Durante años Uber nos prometió un futuro lleno de robotaxis. Su ambición en este ámbito se ha visto truncada por sucesos como el trágico accidente de 2018. Ahora han vuelto a trabajar en ese reto, pero sus avances van aparentemente despacio. Y como ellos no disponen de los vehículos autónomos que quieren ofrecer al público, han acabado usando los de los demás.
A Uber se le resiste el coche autónomo (como a todos). Tras el atropello de 2018 Uber retomó ese proyecto en 2020 reemprendieron ese camino y siguieron planteando un futuro lleno de robotaxis. Su sistema de conducción autónoma parece estar avanzando, pero no al ritmo al que están haciéndolo sus rivales. ¿Solución? Aliarse con ellos.
Uber se alía con Cruise. La firma anunció ayer la alianza con Cruise. Los usuarios de Uber podrán contratar trayectos que realizarán los vehículos autónomos de Cruise. Se trata de una alianza estratégica con una duración de varios años —sin especificar— que se pondrá en marcha en 2025, aunque no se sabe en qué ciudad.
Cruise tiene sus propios problemas. La firma también se vio afectada por un accidente en San Francisco el año pasado en el que un viandante resultó gravemente herido. Su cofundador y exCEO, Kyle Vogt, dimitió a raíz de aquello, y la empresa suspendió temporalmente sus operaciones con coches autónomos.
Uber ya se alió con Waymo. La firma ya había anunciado previamente una alianza idéntica con Waymo, cuyos coches —acaba de anunciar la sexta generación de sus robotaxis— se podrán contratar con esta plataforma en la ciudad de Phoenix. Eso, por supuesto, ha impulsado los trayectos que los usuarios de Uber realizan con coches autónomos: en el último trimestre esos trayectos se han multiplicado por seis.
Popularizando los robotaxis. Estas alianzas tienen como objetivo impulsar el uso de los coches autónomos. Para coger un Cruise o un Waymo era necesario hacer uso de sus propias aplicaciones, mucho menos extendidas. Poder hacerlo con Uber abre la puerta a que muchos más usuarios descubran este tipo de opción y la acaben aprovechando.
Y de paso, dando más beneficios. Según Financial Times esos trayectos pueden llegar a ser más rentables para Uber, que al usar coches autónomos se ahorra el coste que impone un conductor humano. Ni Cruise ni Uber han desvelado los términos del acuerdo ni cómo se repartirán los ingresos por trayecto.
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