Suele pensarse que no hay consumidor más exigente que los gamers. Lo cual es un error de bulto, porque no hay nadie con un talento tan especial para sacar pegas a un portátil aparentemente perfecto que los fanáticos del diseño. Y si además dicho usuario es aficionado a los videojuegos, el listón se pone por las nubes. No es fácil satisfacer a un público tan exquisito, pero hay formas para conseguirlo.
Lo más importante es conocer cuáles son sus exigencias, así como sus inclinaciones en materia de ergonomía y usabilidad. De entrada sabemos que el grosor y el peso son fundamentales, pero... ¿acaso no son críticos el cromatismo de la pantalla o la capacidad para pasar horas y horas editando imágenes sin miedo a quedarse sin batería? ¿Y hasta qué punto están dispuestos a sacrificar funciones a cambio de reducir el tamaño de un portátil?
Como siempre, todo es cuestión de necesidades y prioridades. Que son muchas, tal y como corresponde a un público tan sibarita.
1) Color y contraste: fidedigno con buena saturación
No importa si eres diseñador gráfico o jugador. El negro debe ser negro, el rojo no puede ser naranja y la escala de grises debe ser eso, no una colección de brochazos. Por este motivo es imperativo que el portátil en cuestión tenga un panel de alta calidad para brindar el contraste y la colorización que necesitan profesionales y gamers por igual.
Si bien los paneles IPS tienen una serie de ventajas frente a los habituales VA que podemos encontrar en los equipos "de oficina", esta no es la única opción. MSI utiliza paneles TN "IPS-Level", que no solo ofrecen la calidad propia de la tecnología IPS, sino que mejoran aspectos críticos como la latencia y el refresco, problemáticos para los monitores IPS generalistas.
Como referencia, el MSI P65 Creator se configura como un equipo multipropósito, lúdico y para trabajar, al poder cubrir prácticamente el 100% del espacio de color sRGB. Esto significa que se verá de cine con cualquier videojuego, pero también que los diseñadores gráficos no se llevarán un susto al llevar a imprimir sus creaciones o mostrarlas a un cliente en un monitor profesional. Y además es rápido como una centella.
2) El tamaño de la pantalla y la resolución: apunta por encima de las 13 pulgadas
No es fácil equilibrar una buena ergonomía para trabajar con una portabilidad adecuada. Una pantalla demasiado pequeña garantiza menos peso y un tamaño más compacto, aunque nos acabaremos dejando la vista tratando de mover vectores o encajar a un enemigo en nuestras migas. Pásate de grande y el resultado será un "portátil" puramente nominal, tan grande y pesado que no querrás quitarlo del escritorio.
El equilibrio perfecto es para gran parte del público un tamaño de 15,6 pulgadas. Ni muy grande, ni muy pequeño. Y todavía se puede ajustar más, puesto que el panel del P65 Creator ha sido engastado por MSI usando unos marcos tan finos que posee las dimensiones de un equipo de 14 pulgadas. Win-win.
Por otro lado, debemos evitar la tentación de usar una pantalla de altísima resolución. No solo perjudica a la batería, sino que reduce el rendimiento del hardware al exigirle procesar un mayor número de píxeles y encima estos quedan desperdiciados dado el tamaño del monitor. A lo mejor los 4K son lo más de lo más en televisores, pero hay buenas razones para que el Full HD siga siendo la norma en los portátiles para juegos.
3) La velocidad de refresco: un antes y un después
Si el gaming para portátiles no ha despegado hasta ahora no ha sido solo por la falta de la potencia. Las pantallas eran malas. Muy malas. En parte porque la mayoría son demasiado lentas e incapaces de adaptarse a tasas de fotogramas superiores a los 60 Hz. Esto cambia con la aparición de equipos a 144 Hz como la edición limitada del MSI P65 Creator, caracterizada por su color blanco y cuyas pantallas se equiparan con las de los mejores monitores para juegos de sobremesa.
Además de brindar imágenes mucho más fluidas y evitar problemas de calidad, esta pantalla ofrece una latencia de 7 milisegundos. Esto significa que el tiempo que tarda un píxel en cambiar de color es notablemente inferior al necesitado por otros equipos, evitando el ghosting.
4) El procesador: el apellido lo es todo
Un procesador Intel Core i7 es un procesador Intel Core i7... salvo cuando no rinde como tal. El problema con muchos portátiles es que utilizan versiones de bajo consumo y prestaciones anémicas. Así que hay que estar atento para que no te den gato por liebre. Esto no es un problema con el MSI P65 Creator, que integra un Intel Core i7-8850H.
Este chip de octava generación ha sido específicamente diseñado para portátiles de gama alta. Cuenta con una configuración de seis núcleos y doce hilos, pero lo que es más importante: rinde casi un 50% más que un Kaby Lake equivalente. Esto asemeja sus prestaciones a las de un musculoso ordenador de sobremesa pero con una mayor eficiencia. El resultado es un equipo todoterreno y preparado para las aplicaciones más exigentes.
5) La tarjeta gráfica: esto va de trabajar (o jugar, tú decides)
Tanto si hablamos de programas de diseño 3D como si pensamos dedicarnos al juego puro y duro, vamos a necesitar una buena GPU. Nvidia juega prácticamente en solitario cuando hablamos de portátiles gaming de gama alta, especialmente con el lanzamiento de la familia Max-Q. Estas tarjetas gráficas se caracterizan por ofrecer un alto rendimiento pero con mejoras específicas a nivel de software y voltaje para reducir tanto su perfil térmico como el consumo.
Una tarjeta GeForce GTX 1050 Ti Max-Q permite mover la mayoría de los juegos modernos en Full HD y con un elevado nivel de detalle con tasas de 60 FPS y superiores. Una GTX 1060 Max-Q llega aún más lejos.
La GTX 1070 Max-Q de la edición limitada del MSI P65 Creator es un buen cañón para juegos, pero también para herramientas profesionales de diseño 3D. Lo más potente que se puede obtener en portátiles manteniendo un grosor próximo al de un Ultrabook.
Este despliegue gráfico requiere naturalmente de un avanzado sistema de refrigeración. Para lidiar con el calor generado por la GPU es necesario un diseño inteligente de los elementos de intercambio y evacuación, que en el caso que nos ocupa despliegan tres ventiladores silenciosos y cuatro heat pipes para poder utilizar el portátil en el regazo cómodamente.
6) El sonido: es la mitad de la experiencia
Cuidado con esto, porque muchos fabricantes descuidan totalmente el sonido de los portátiles. "Total, seguro que usan auriculares", suele ser la excusa. Y es cierto, pero en muchas ocasiones no querremos hacerlo. Por ello es interesante que nuestro portátil no solo tenga un buen equipo de audio integrado, sino que además permita su configuración. Algo complicado cuando hablamos de equipos extrafinos, casi sin espacio para cámaras acústicas.
Un punto a favor es la presencia de herramientas como Nahimic, que permite generar sonido envolvente virtual, configurar perfiles de audio para distintos usos (juego, películas conferencias) y modificar manualmente tanto los agudos como los bajos. Solo así evitarás el efecto "enlatado" de tantos otros portátiles.
7) Las capacidades de red: el lag mata
Un fallo recurrente con muchos portátiles es que el pobre rendimiento de su conectividad Wi-Fi. Tanto en consumo como en recepción. Y esto puede ser un problema en entornos profesionales como el de una oficina, pero también a la hora de jugar. MSI lo ha resuelto en su gama Creator con el uso de un módulo Intel Wireless-AC 9560 a/c, que no solo es compatible con los routers más recientes, sino que incorpora una antena 2x2.
Asimismo, y puesto que en no todas las oficinas (ni hogares) es posible usar una red inalámbrica, el P65 Creator integra un conector de red Ethernet. Así que no es no es necesario usar un adaptador fácil de perder. Un detalle cada vez menos frecuente debido al énfasis que hacen muchos otros fabricantes en ofrecer equipos delgados aunque sea a costa de las opciones de conexión.
8) Máxima autonomía: porque nadie sabe cuánto va a durar tu día
La batería no importante mucho en un portátil estrictamente para jugar. Después de todo, lo vas a usar principalmente en casa. Pero cuando además se busca un equipo apto para trabajar en cualquier lugar, ya hay que prestarle más atención.
MSI demuestra que delgadez, rendimiento y autonomía no están reñidos al ofrecer más de 8 horas de trabajo ofimático continuado con el MSI P65 Creator, lo que supone que tiene capacidad para aguantar toda una jornada antes de pedir que lo conectes al enchufe.
9) El teclado: no vas a llevar otro en la mochila
¿Ultraportátil y teclado? Mala combinación. Por regla general la mayoría de los equipos de estas características tienen teclas apretadas, excesivamente flexibles y de pobre recorrido. Por este motivo es importante la colaboración de especialistas como la firma de periféricos Steelseries, que ha dejado su sello en el diseño y los interruptores del MSI P65 Creator. Solo así se puede combinar la estética de un Ultrabook de altas prestaciones con las prestaciones y buen tacto de un teclado gaming.
10) Las posibilidades de expansión: que tu portátil no se quede pequeño
Está claro que la delgadez y un peso reducido son las metas de todo esteta que se precie. O de cualquier profesional que deba viajar con el portátil a cuestas. El problema está en que últimamente estamos viendo muchos equipos que solo logran sus ambiciosos objetivos de cotas eliminando algunos puertos fundamentales, y eso es un problema realmente serio en entornos de trabajo.
Idealmente todo equipo con una orientación profesional deberá contar como mínimo con dos puertos USB para conectar periféricos (un disco duro externo o pendrive y una tableta digitalizadora o un ratón, por ejemplo), así como un conector Ethernet gigabit. Pero también una salida de vídeo HDMI, para monitores externos, y si es posible una DisplayPort o incluso un conector USB-C con Thunderbolt 3.
Este último puerto hace posible utilizar desde unidades gráficas externas o eGPU para disfrutar de rendimiento profesional en entornos tridimensionales a conectar hasta tres pantallas externas en función de la configuración, con la capacidad para mostrar imágenes a resolución 4K.
Sea como sea, cualquier amante del diseño sabe que no puede escatimar en puertos. Porque una cosa es centrarse en la estética del equipo y otra terminar con un bello portapapeles de líneas aerodinámicas eternamente conectado a un espantoso dock industrial para suplir sus carencias.
11) El almacenamiento: que no corra, que vuele
Por último, que no menos importante, hay que prestar atención al almacenamiento. Y no hablamos de la capacidad sino de la tecnología. Los discos duros de platos pueden ofrecer una gran capacidad, pero como sabe cualquiera que edite fotos en formato RAW o trabaje con contenidos especialmente pesados, cargar una galería desde un disco duro tradicional es una tortura. Se hace necesario el uso de una unidad SSD.
Más importante todavía, esta SSD tiene que utilizar una interfaz moderna para evitar cuellos de botella. Así que deberemos evitar los modelos más baratos e ir a por uno más reciente y sofisticado con conexión NVMe PCIe 3, que será el que proporcione la máxima velocidad de carga. Solo así nos aseguraremos de la máxima velocidad de carga tanto para Windows como para cualquier archivo al que queramos acceder.
Y es que el tiempo de todo profesional es oro, ya esté editando imágenes a contrarreloj o grindeando cuando no mira ningún cliente.
Imágenes | MSI
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