Anunciar que nos vamos a comprar un portátil para jugar es exponerse a posibles burlas y miradas imbuidas por el horror y el desconcierto.
Sí, todavía es normal encontrarse por ahí a algún que otro… desinformado que nos pone las carnes del revés con afirmaciones agresivas. “¡Pero si los portátiles para jugar son un ladrillo!”, “¡Un sobremesa siempre será mejor!”.
Hoy vamos a hacer acopio de todos estos mitos que, si bien en alguna época remota pudieron ser ciertos, hoy no tienen cabida en el inconsciente colectivo del mundo gamer. El objetivo es claro: tumbarlos de una vez por todas. Lo haremos por partes y valiéndonos de un poderoso ariete capaz de derribar estos 7 muros él solito, el GS65 de MSI, un portento tecnológico con aspiración de transformar el ecosistema gaming en PC para siempre.
1. Los portátiles gaming son todos unos ladrillos
Esta es una de las frases que más cacarean los detractores del portátil gaming, como si por repetir algo que no es cierto pudieras convertirlo en realidad.
Pero no hay problema, aquí estamos nosotros para descubrir esta afirmación como lo que es: una falsedad. O una half-truth, como dicen ahora.
Los portátiles gaming no son un ladrillo, ni una nave alienígena, ni nada que pese un quintal. No todos, al menos. Tal noción del portátil especializado en videojuegos como aparatejo monstruoso que necesita de grúas para ser transportado de un lado a otro está ya hace años anticuada.
Su origen proviene de los estrambóticos diseños futuristas con la que las fabricantes pioneras en esto del gaming laptop decoraban sus productos. Así pretendían esconder las, entonces sí, desorbitadas dimensiones del equipo.
Pero ya se sabe que con el avance de la tecnología todo se hace más pequeño, y así es como tenemos hoy en día portátiles gaming tan finos como una libreta
Y como ejemplo qué mejor que el GS65 de MSI. Menos de 2 centímetros de grosor tiene el último invento de la reputada fabricante, que con 1,8 kgs de peso se convierte en uno de los portátiles para jugones que mejor encarnan la parte “portátil” del término.
2. Ningún portátil es tan potente como un sobremesa
Al GS65 de MSI lo mueve un procesador Intel Core i7-8750H de 8ª generación y 6 núcleos, tiene una tarjeta gráfica GeForce 1070 de Nvidia y 16 GB de RAM.
Que alguien nos diga que ese setup no iguala la potencia de un sobremesa. Sin hacer trampas.
Con especificaciones como estas tenemos garantizado el tándem mágico de los 1080p/60 FPS en prácticamente cualquier juego del mercado. Pero no solo el de MSI es capaz de lograr estos resultados; las fabricantes de tarjetas gráficas y procesadores llevan años esforzándose por conseguir que sus piezas de hardware para portátiles funcionen de manera casi idéntica a sus equivalentes para PCs de sobremesa.
Es decir, que eso de que los portátiles tienen que bajar los gráficos o se sobrecalientan cuando echamos a correr los juegos más exigentes no es verdad. Ni de lejos.
Y hablando de esto último, el sobrecalentamiento…
3. Los portátiles se sobrecalientan
Volvemos a lo que comentábamos antes: bastan unos cuantos casos en los que uno o varios equipos han tenido problemas con el calentamiento del hardware para que se perpetúe una leyenda urbana, en este caso aquella que dice que todos y cada uno de los portátiles son propicios al sobrecalentamiento. Tanto, que según ciertas afirmaciones, parecería que podemos freír huevos sobre el teclado.
Es cierto que este ha sido, históricamente, uno de los mayores quebraderos de cabeza del gaming en portátiles. Y es que no es fácil meter todo lo que tiene un PC de alta gama en un espacio infinitamente más reducido y que además no se achicharre cuando la carga que tiene que soportar es elevada.
Por suerte, los avances también han sido espectaculares en este terreno, y el sobrecalentamiento forma parte del pasado en equipos como el GS65, que con su sistema exclusivo Cooler Boost Trinity consigue mantener el portátil frío como el hielo incluso durante el juego o la edición de vídeo con múltiples programas abiertos.
Lo consigue gracias a su triple ventilador y sus 4 heatpipes (tubos de calor), dispuestos en dos segmentos para atender tanto a CPU como GPU de manera independiente, maximizando los recursos para que no tengamos que jugar bajo el aire acondicionado.
4. La pantalla se ve mal
Aquí pueden llevar algo de razón; las pantallas de muchos portátiles gaming suelen ser más bien mediocres, con un ángulo de visión demasiado estrecho.
Para situarse dentro de un marco de precios bajo hay que cortar de aquí o allá. Algunos fabricantes meten la tijera en elementos cosméticos como el teclado retroiluminado, pero otros toman la –arriesgada– decisión de cicatear con una de las piezas más importantes de un portátil: la pantalla.
Así es como nos encontramos luego con portátiles de especificaciones técnicas envidiables pero una calidad visual mediocre debido a las también mediocres cualidades del panel.
MSI sabe algo de monitores, y por eso no están dispuestos a relegar la pantalla a un segundo o tercer plano. El GS65, de hecho, es el primer portátil de la historia en contar con una pantalla ultrafina de 144Hz.
El monitor solo queda enmarcado por 4,9mm de bisel, casi imperceptible ante la magnitud de una pantalla que deja en evidencia la de cualquier otro portátil. Y es que las demás ofertas que cuentan con una pantalla a 144Hz se cuentan con los dedos de una mano.
5. El sonido es cutre
Hablábamos antes de recortes y señalábamos la pantalla como una de las partes del portátil que más suelen sufrirlos, pero no es nada comparado con lo que tienen que soportar las placas de audio y los altavoces de un portátil que no se toma en serio el sonido.
MSI sí se lo toma en serio. El GS65 cuenta con tecnología del sistema de sonido Dynaudio, que ofrece calidad de sonido en Hi-Res y 24 bits y 192 kHz de frecuencia para los auriculares.
Además, el portátil viene con el programa Nahimic 3 incluido para que el usuario pueda disfrutar del sonido inmersivo Virtual Surround 7.1 y personalizar a su gusto la experiencia auditiva de la música, películas y videollamadas. Por no hablar de las ventajas que pueden exprimir gracias al sonido envolvente 3D los jugadores de shooters competitivos como CS:GO o Fortnite en los que incluso el eco de los pasos de tu enemigo puede determinar el triunfo o fracaso de la partida.
6. La batería se funde en una hora
Los detractores del gaming en portátiles siempre echan mano de los mismos recursos. Ya hemos recordado algunos de ellos, pero nos falta uno de los más recurrentes. Cuando todo lo demás falla, tiran del “¡pero la batería no te dura nada!”.
Todo dependerá del uso que le demos al portátil, eso es evidente, pero la batería del GS65 puede estrujar hasta ocho horas.
7. Los portátiles gaming son todos feos
Volvemos a algo que tocamos al principio del artículo y vamos a retomar para cerrar la lista con la mayor evidencia imaginable de que, sobre todo este, es un mito absolutamente irreal.
Los portátiles gaming ya no son feos.
A ver si nos concienciamos de esto de una vez, hombre. Que sí, que los hay muy feos, antiestéticos incluso, pero ya deberíamos saber que unos cuantos individuos no son representativos de todo un común.
Para convencerse no hay más que echar un ojo al GS65. Te lo puedes llevar a una LAN party, pero también a la oficina. Es delgado, no pesa nada y su diseño elegante solo está al nivel de sus prestaciones.
Ultrafino, ultraligero y ultrapotente. No suena tan mal, ¿verdad?
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