Call of Duty vs. Battlefield, un enfrentamiento entre dos fornidos púgiles del universo shooter que se ven las caras un año más en la encarnizada lucha por el trono del género.
Dos franquicias de masas que encaran en 2018 uno de sus duelos más impredecibles con Battlefield V, del lado de EA, y Call of Duty: Black Ops 4 con Activision sobre sus hombros.
Battlefield V, un clásico renovado
La apuesta de DICE y EA nos lleva de vuelta a la segunda guerra mundial tras el minimalista Battlefield 1943 en el que es el primer título numerado en regresar al icónico conflicto bélico desde aquel mítico Battlefield 1942.
Los fans del veterano shooter se encontrarán aquí con todos los elementos que definen a la veterana franquicia. Es decir, los tanques, los aviones, los mapas gigantescos y muchas banderas que capturar. Esta ‘quinta’ entrega introduce no obstante importantes novedades con respecto a su predecesor, el colosal Battlefield 1 que vio la luz en 2016. Se han eliminado los polémicos ‘behemoths’ y la posibilidad de marcar a los enemigos, por ejemplo.
Una guerra diferente
En cuanto a ambientación, la II G.M. de Battlefield V no se parece a la que estamos acostumbrados a ver. Los suecos nos pusieron en preaviso desde el primer momento: bajo el prisma de Battlefield V veríamos una segunda guerra mundial “como nunca antes la habíamos visto”.
Un arriesgado movimiento que dejaría en el banquillo a los pesos pesados de la guerra como son el desembarco de Normandía o la batalla de Pearl Harbor, y que en su lugar daría cobertura a otros enfrentamientos menos mediáticos como el de Narvik o Hamada, ambos incluidos en el juego.
Este nuevo approach provocó también que el tráiler inicial del juego fuese vapuleado por una oleada de negatividad del que poco a poco parece ir recuperándose, pero que todavía achaca.
Pero si bien el contexto en el que se centra la acción ha podido decepcionar a algunos fans del conocido conflicto bélico, al menos no han defraudado a la hora de recrear este nuevo y desconocido teatro de guerra.
Espectáculo bélico en cualquier parte
Battlefield V toma el relevo de Battlefield 1 y nos deslumbra con unos escenarios, vistas y efectos visuales que dejan por los suelos a cualquier otro shooter anterior.
Intensas partidas de 64 jugadores con infantería, tanques, explosiones, aviones y humaredas por todos lados que es imposible materializar sin un equipo potente.
El portátil GE75 RAIDER, por ejemplo, aprueba con nota todos los requisitos que según los ingenieros de DICE debería cumplir nuestro ordenador para disfrutar de Battlefield V en todo su esplendor.
El GE 75 Es el primer portátil del mercado que puede presumir de tener una tarjeta gráfica GTX 1070 de NVIDIA dentro de una pantalla ultrafina de 17”. Esta formidable gráfica, de hecho, va más allá de lo que nos piden los requisitos mínimos de Battlefield V –más exigente que Black Ops 4–, una GTX 1060. De GPU, por lo menos, vamos bien servidos.
Y hablando de Black Ops 4, ¿qué pasa con Black Ops 4?, ¿es tan exigente como BFV? Vamos a verlo.
Black Ops 4, un poco de todo
Hablando de Fortnite, por la puerta asoma Blackout.
La última entrega de Call of Duty deja atrás la campaña para centrarse en lo que de verdad se le da bien: el multijugador. Regresan los modos de juego tradicionales como Team Deathmatch y Buscar y Destruir. También están de vuelta los zombies en el ya indispensable modo supervivencia de la saga. Pero si hay algo que define a este Black Ops 4 es sin duda Blackout, la modalidad battle royale del título.
Blackout ha llegado como un ciclón para hacer tambalear al duopolio de Fortnite y Playerunknown’s Battlegrounds. El juego de Activision ha conseguido hacerse un hueco entre los dos grandes del género con un battle royale frenético y divertido que parece querer posicionarse justo en medio de ambos títulos, valiéndose para ello de lo mejor de cada uno.
Black Ops 4 partía con una misión muy difícil: redimir a Call of Duty: WW2. ¿Lo ha conseguido? Eso deberán juzgarlo los fans, pero una cosa está clara, Blackout está siendo todo un éxito. Tanto, que algunos de los streamers más populares de Fortnite se han pasado al battle royale de CoD, aunque sea temporalmente. Nada menos que Ninja y Shroud, participantes ambos del primer torneo competitivo del juego.
La longevidad de ambos títulos dependerá del apoyo que le quieran dedicar sus respectivos estudios. Los 3 años de soporte que recibió Black Ops 4 sientan un buen precedente para su secuela, pero el decepcionante contenido post-lanzamiento de Star Wars: Battlefront II nos obliga a dudar de las ‘Mareas de Guerra’ de Battlefield V, que es como han bautizado en DICE al live service de su último trabajo.
Con todo, y haciendo el juego de palabras fácil, la marea siempre cambia. ¿Quién sabe si finalmente es Black Ops 4 el que cabrea a los fans con un DLC mediocre y una serie de actualizaciones desastrosas? Con esto de los 'juegos como servicio' ya se sabe, solo queda esperar.
No olvidemos tampoco que Battlefield V también contará con su propio battle royale el año que viene.
Duelo de graficazos
Lo cierto es que tanto Black Ops 4 como Battlefield V tienen su público. A algunos les encanta el battle royale de Black Ops 4. Pero ambas posturas están de acuerdo en una cosa: ambos juegos se ven de escándalo. Sobre todo en PC, claro.
Lo de Battlefield V no nos sorprende. Al fin y al cabo, el motor gráfico Frostbite y sus varias iteraciones llevan desde 2011 dejándonos con la boca abierta. Battlefield 3 supuso un antes y un después en el apartado técnico de los shooters con sus espectaculares gráficos, sus enormes mapas y su revolucionario sistema de destrucción a gran escala. Desde entonces, el aspecto de Battlefield no ha hecho más que mejorar, con Battlefield 1 como prueba más reciente de su poderío visual.
Eso sí, para disfrutar del showcase gráfico de ambos títulos con todo lujo de detalles y máxima fluidez en el gameplay no nos valdrá cualquier cosa.
Evitando el bottleneck
Battlefield V, con 64 jugadores y un sinfín de posibilidades sandbox (utilizar vehículos en tierra y aire, revivir jugadores, destruir edificios…) es un juego tremendamente exigente con la CPU. Lo mismo ocurre con el modo Blackout de Call of Duty: Black Ops 4. Mientras más jugadores haya en una misma partida, más trabajará la CPU.
De nada sirve una gráfica puntera si nos va a estar haciendo bottleneck una CPU mediocre. Por suerte, las GPU del GE75 RAIDER están respaldadas por la última generación de procesadores Intel i7 de ocho núcleos. Bastante más de lo que exigen los requisitos mínimos –e incluso los recomendados– de Battlefield V y Black Ops 4.
Ni un bajón de FPS
Black Ops 4, y más concretamente Blackout, tienen un componente competitivo más marcado que Battlefield V. Después de todo, la franquicia de DICE nunca se ha interesado demasiado por el universo eSports.
En Blackout no hay respawn. Si mueres, mueres. Hasta el más mínimo desliz se antoja crucial cuando la muerte tiene la más grave de las consecuencias, quedarte fuera de la partida.
Por eso es imprescindible jugar con una tasa de frames por segundo elevada y estable que solo es posible con monitores de 144Hz como el de GE75 RAIDER, que además nos permitirán disfrutar de la grandeza visual de ambos títulos gracias a su panel IPS que no pierde fidelidad por ningún ángulo y la tecnología MSI True Color, lo más cercana posible al rango de colores 100% sRGB.
Inmersión absoluta
Tampoco podemos quitar importancia al apartado sonoro de ambos títulos. Algo tan aparentemente sencillo como poder escuchar los pasos del enemigo puede suponer la diferencia entre matar o morir.
Pocos son los equipos que cuentan con un sistema de sonido lo suficientemente sofisticado para ofrecer la misma fidelidad y precisión cuando no usamos cascos.
Los altavoces con Dynaudio del GE75 RAIDER nos permiten escuchar cada paso y cada bala gracias a su descomunal tamaño, consiguiendo meternos de lleno en las inmersivas batallas multitudinarias de Battlefield V y que nos movamos en Blackout como un ninja entre las sombras.
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