Cualquier tiempo pasado fue mejor, dicen. Los que no vivisteis la época del cassette, creedme, os librásteis de una buena. Por mucho encanto que tuviera, la llegada del CD primero, de las descargas después y del streaming han sido pasos gigantes para el disfrute de la música a todos los niveles.
Eso no quita para que el formato siga teniendo encanto, y parece que en el Reino Unido la nostalgia ha funcionado. Las ventas han crecido un 125% en 2018 con respecto al año anterior, pero frente a quienes tratan de recuperarlo están los escépticos que lo califican como un formato horrible que no tiene cabida en el panorama actual.
¿Postureo musical?
Las cifras oficiales de ventas en el Reino Unido hablan de más de 50.000 álbumes vendidos en formato cassette en 2018, una cifra casi ridícula si la comparamos con los 83 millones que se vendieron en su momento álgido en el año 1989.
Algunas personalidades del mundo de la música siguen teniendo el formato en cuenta. Ariana Grande sigue publicando sus álbumes en este formato, pero por ejemplo es Kylie Minogue la que triunfó en esas cifras de ventas junto a la banda sonora de 'Guardians of the Galaxy - Awesome Mix 2' -muy apropiado- en 2018.
Puede que el cassette tenga desventajas claras, pero algunos precisamente ven virtudes en sus problemas. Algunos como DJ Phin creen que "es esa capacidad de tocar este formato coleccionable y acceder a una forma de reproducir música que no es simplemente una transmisión o una descarga". Este artista va más allá y explica que "las cintas tienen caducidad, y al contrario de la música digital, hay decadencia y muerte del formato. Es como algo vivo, y eso me atrae".
El peor formato de la historia
Como explican en The Guardian, el auge del cassette no es comparable al del vinilo -o ya puestos, al magnetófono-, pero algunos creen que en ese otro formato del pasado hay muchos más inconvenientes, sobre todo por los costes de producción.
Otros, claro, no le ven sentido a esta vuelta voluntaria al pasado. Para Peter Robinson, editor y fundador de PopJustice, "los cassettes son el peor formato para música de la historia, y os lo dice alguien que tiene un single de Keane en un pendrive USB".
Aunque este experto confiesa que entiende que haya esa visión romántica del cassette, "de hecho me divierte la audacia de cualquiera que intenta rescatar un sentido de nostalgia por un formato que apenas era tolerado en su mejor época". Puede que no se equivoque del todo, pero las ventas siguen creciendo: ya ocurrió en 2017, y será interesante ver qué pasa en 2019. Estaremos atentos (mientras disfrutamos de Spotify, eso sí).
Vía | The Guardian
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