“Circulaba al lado y no me vio al cambiar de carril”. Deportistas y usuarios de la vía cuentan cómo comparten su día a día con automóviles

Las seis de la mañana de un frío día de invierno. Martín G., de la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes, se sube a su bicicleta de carretera un día más para cubrir los cinco kilómetros que van de su casa al trabajo. Siempre circula con precaución y mucho respeto, y no ha tenido grandes percances hasta este día. El primer tramo lo recorre sin incidentes, como es habitual, pero el último kilómetro es el más peligroso, pues ha de realizarlo por carretera junto a todos los vehículos que en ese momento circulan en dirección a su entorno laboral.

Todo sucedió en un instante. El automóvil que circulaba en paralelo intentó cambiar al carril de Martín. El conductor no lo vio. El ciclista procuró esquivar el golpe, pero era demasiado tarde. Los dos únicos recuerdos que le quedan de los momentos posteriores al accidente son imágenes fragmentadas de verse tendido en el suelo y los clavos con los que reconstruyeron su brazo en el hospital. Un pensamiento permanece en su cabeza a día de hoy: ¿podría haberse evitado?

En busca de la seguridad de todos

“Normalmente voy por el carril bici. Ahí nunca he tenido ningún problema, salvo cuando paso por encima de un paso de peatones y está algo resbaladizo porque ha llovido”, comenta Martín, dos años después del accidente, ahora completamente recuperado. “En carretera la situación es diferente, tienes que ir siempre con cien ojos. Puedes tener seguridad en ti mismo, pero no sabes qué van a hacer los demás. Para mí, la solución pasa por aumentar los kilómetros de carril bici en las ciudades e implementar en bicicletas y automóviles tecnologías que ayuden a reducir los riesgos de accidentes”.

El ciclista es uno de los usuarios de la vía más expuestos en caso de accidente, dadas las propias características de la bicicleta. Como señala Martín, cualquier ayuda encaminada a reducir la siniestralidad es bien recibida por todo el colectivo. Renault es consciente de ello y tiene muy presente la seguridad del ciclista en su programa Human First, cuyo objetivo es mejorar la seguridad de todos los usuarios de la vía.

En el marco del programa Human First, Renault ha desarrollado una serie de sistemas avanzados de asistencia a la conducción (ADAS) encaminados a la protección y aumento de la seguridad de los usuarios más vulnerables de la vía; como pueden ser los ciclistas, los corredores, los peatones, los usuarios de patinetes y hasta las mascotas. Tecnologías como el aviso de ángulos muertos, la salida segura de los ocupantes y la ayuda a la frenada de emergencia son innovaciones que contribuyen al aumento de la seguridad en nuestras carreteras.

Aviso de ángulos muertos

Una de las situaciones de mayor riesgo a la seguridad en carretera se produce cuando un automóvil y un vehículo ligero (bicicleta, patinete, etc.) circulan simultáneamente en un mismo tramo. El área alrededor del automóvil que escapa a la visión directa del conductor, conocida como el “ángulo muerto”, puede dar lugar a la falta de percepción de otros vehículos al realizar maniobras como cambios de carril o giros, aumentando así el riesgo de accidentes si no se extrema la precaución. El ángulo muerto es uno de los mayores temores de Manuel A., un ciclista de Madrid: “Los momentos más delicados son las salidas de los semáforos. Suelo pararme delante de todos los vehículos y me aseguro de que soy visible para todos. Y vigilo los ángulos muertos. Miro al conductor en las maniobras para ver si se ha percatado de mi presencia”.

Accidentes como el de Martín y situaciones como la que comenta Manuel, podrían prevenirse con una mayor concienciación por parte de los conductores y mediante la implementación de tecnologías capaces de reducir el peligro en este tipo de escenarios.

Ese es el objetivo que persigue Renault con su programa Human First y con ADAS como el de aviso de ángulo muerto. Este sistema inteligente, diseñado para aumentar la seguridad de los usuarios de la vía, se activa cuando la velocidad alcanza los 15 km/h y alerta al conductor sobre la presencia de vehículos que podrían no ser detectados en su campo visual, mostrando una señal en el retrovisor.

Salida segura de los ocupantes

Además del ángulo muerto, existen otras circunstancias que presentan altas probabilidades de accidente, tal y como nos cuenta Leire S., de San Sebastián: “Utilizo el patinete eléctrico para desplazarme de mi casa al centro de la ciudad. Uno de los momentos que más miedo siento es cuando paso al lado de un coche aparcado”.

Todos tenemos que reconocer que cuando conducimos un automóvil o somos un pasajero, en ocasiones, por ir a menudo con prisas, abrimos la puerta con precipitación y sin comprobar si hay algún obstáculo en el exterior. Esto puede dar lugar a situaciones de riesgo, tanto para el que sale del vehículo como para el que circula por la calzada. “Una vez circulaba por un parking con coches aparcados, cuando iba a pasar al lado de uno, abrieron la puerta justo en ese instante. Tuve que tirarme al suelo para no golpearme contra ella”, comenta Leire.

Por suerte, no sufrió grandes daños, más allá del susto. Sin embargo, su anécdota pone de manifiesto lo peligroso que es abrir la puerta de un vehículo de manera distraída. En estas situaciones, existen tecnologías que nos hacen la vida más fácil y nos ayudan a evitar algún disgusto. De nuevo, Renault cuenta con un ADAS dedicado a prevenir estos casos y que avisa al conductor si algún pasajero abre las puertas. Si en ese momento existe un riesgo (por ejemplo, otro vehículo va a pasar cerca), se emite una señal luminosa en el retrovisor y una alerta visual y sonora desde el salpicadero.

Los peatones y corredores, también son usuarios de la vía

Hasta ahora, hemos hablado de los ciclistas y de la gente que utiliza el patinete eléctrico para desplazarse. Pero hay otro tipo de usuarios de la vía que también pueden beneficiarse de los últimos sistemas inteligentes para la asistencia a la conducción. Nos referimos a los corredores habituales o runners.

Gonzalo H., de Madrid,  corre entre 5 y 10 kilómetros varios días a la semana. El running es su pasión y no se imagina vivir sin hacerlo, pero en alguna ocasión ha sufrido algún contratiempo durante la práctica de su gran afición: “Normalmente salgo a correr después del trabajo, cuando en invierno ya es de noche. Suelo hacerlo por caminos de tierra, pero también por las calles de la ciudad. Nunca he sufrido un accidente, pero he tenido dos grandes sustos. En ambas ocasiones fue al cruzar un paso de cebra corriendo, pensando que el conductor me había visto. Las dos veces frenaron a centímetros de mí, los conductores sorprendidos y yo con un susto increíble en el cuerpo”.

Por desgracia, los despistes al volante son habituales, probablemente más cuando circulamos relajados por poblado y nos desplazamos a menor velocidad, lo que nos da una falsa sensación de seguridad. Es en estas situaciones cuando un ADAS como la ayuda a la frenada de emergencia de Renault puede evitar un accidente. Este sistema avisa al conductor cuando hay riesgo de colisión frontal, sea con un ciclista, un peatón o cualquier otro usuario de la vía. En caso de que el conductor no realice la maniobra para detener el vehículo a pesar de las alertas emitidas, el sistema frena automáticamente. “Implementar en los automóviles este tipo de tecnología, que minimiza las distracciones del conductor, me transmitirían más seguridad como corredor”, concluye Gonzalo.

Un futuro seguro para todos

Hasta hoy, a la hora de implementar nuevos sistemas de seguridad en el sector automovilístico, se ponía el foco principalmente en la seguridad del conductor y de los ocupantes del vehículo. Sin embargo, por nuestras calles circulan y conviven todo tipo de usuarios, como peatones, ciclistas o corredores.

Cualquier innovación tecnológica y sistemas de asistencia a la conducción encaminados a mejorar esa convivencia serán siempre bien recibidos por todos. Precisamente, es en esta dirección en la que trabaja Renault a través de su programa Human First. Con los ADAS que ya hemos visto y otros; como el detector de fatiga, la alerta por cambio de carril o las cámaras con visión en 360 grados, se avanza con paso firme hacia unas carreteras más seguras para todas las personas.