Estos son los orígenes mitológicos que inspiraron las invocaciones en Final Fantasy VII Remake

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Final Fantasy VII marcó un antes y un después en sentido literal. Un juego de ambición sin precedentes. Con tres CD-ROM en la caja de Playstation original demostró al resto de estudios internacionales que al videojuego en general y el J-RPG en particular le quedaba mucho por decir. Veintitrés años después del original, el remake que nos ocupa porta el peso de un icono, historia de un medio e influjo de toda una generación.

Y lo es, en parte, por su condición de contenedor cultural. Final Fantasy VII Remake es un juego pletórico de referencias mitológicas. La gran ciudad de Midgar, capital del planeta donde se extrae la energía vital que la alimenta, debe su referencia a Midgard, el reino de la mitología nórdica creado por Odín y equivalente a nuestra Tierra. La compañía Shinra debe nomenclatura al mito del dios-sol, núcleo de luz y energía.

Y por último, Sephiroth proviene del árbol sefirótico de la Cábala, la suma de diez estados que revelan una cadena de manifestaciones hasta alcanzar la plena sabiduría, el flujo de conocimiento místico. Eso y no otra cosa buscaba el gran némesis del juego. Porque el mayor poder siempre vendrá subordinado de un gran saber.

A través de sus invocaciones descubrimos incluso las personalidades e intenciones veladas de algunos personajes. Aquí te las descubrimos.

Ifrit, el fuego del averno

Ifrit

Ifrit también es un viejo conocido y la primera invocación que obtendremos a lo largo del juego, hacia el final del episodio 3. Su primera aparición en FFIII ya estableció sus canónicos cuernos retorcidos. Y en FFVII Remake luce mejor que nunca. Su relación con nosotros oscila entre la oscuridad y la servidumbre. Esta bestia/demonio atiende a quien considera un igual en fuerza y espíritu. Como es evidente, su poder se fundamenta en la magia Piro, pudiendo invocar meteoritos en llamas.

Como su mitología, etimológicamente provienen del árabe y la poesía preislámica. Los Ifrit o Efrit son demonios de gran poder creados con el mismísimo «fulgor de Alá». Como otros tantos genios, Alá ordenó a Ifrit servir al hombre, pero éste se negó al considerarlo una criatura inferior. ¿Una raza nacida del fuego postrada frente a una nacida del barro? Su actitud sarcástica y perversa, por tanto, no es sino una traslación directa de su mítico resentimiento.

Shiva, polvo de diamantes

Shiva

La sensual Shiva, presentada por primera vez en Final Fantasy III, es la dueña del viento gélido y el fulgor glaciar. También es la primera invocación que podemos combatir, a través de la misión ‘El informe de Chadley’ en el capítulo 3. Un pilar de la franquicia que domina el hielo y daña a los enemigos con ataques de zona.

En la religión hinduista, Shiva posee algunos rasgos diferentes. De hecho, usualmente es presentado en género masculino. También conocida Mahadeva, “deidad de deidades”, Shiva significa “sagrado” y es uno de los tres seres supremos que crea, transforma y equilibra el universo. El universo se vertebra sobre el poder de Brahma, Vishnu y Shiva, la Trinidad hinduista.

Su figura ya aparece en antiquísimas pinturas entre los refugios rocosos de Bhimbetka y en varias cuevas de Nepal. Y su poder no nace del frío, sino del caos: como dios de la naturaleza, moldea y da forma a través de la destrucción controlada.

Leviatán, el tsunami de agua

Leviathan

Una de las invocaciones más sugerentes de todo Final Fantasy, su primera aparición data de 1988, en Final Fantasy II, como simple monstruo marino. En la tercera entrega adquirió la categoría de invocación y el actual es una revisión mucho más poderosa y atractiva. Como deidad del agua, domina los ataques de este elemento, como si de un Poseidón/Neptuno se tratase.

Como revisión de Lotan, la serpiente sirviente del dios Yammu, el Leviatán mítico es un dragón herencia de las serpientes y caimanes que navegaban el Nilo y sus afluentes. En el Antiguo Testamento es referenciado hasta seis veces —el Libro de Job, Isaías, Salmos...— y su procedencia, según la mitología hebrea, se remonta al mismo Génesis del mundo, cuando existían dos leviatanes, macho y hembra, y Dios decidió aniquilar la hembra y dársela de comer a los hombres, para evitar que procrearan e invadieran el mundo.

Símbolo de la pesca más violenta —caza de ballenas, por ejemplo, la hidra griega, el Jörmungandr vikingo o el orochi japonés son primos hermanos de este mito.

Chocobos y chocobitos

Rubi

Aunque chocobos y chocobitos no parten de ninguna mitología específica, sí poseen un peso importante en las tramas de los distintos FF. Han aparecido en casi cualquier entrega de la saga —protagonizando minijuegos— y, aunque no dejan de ser monturas para movernos más rápido entre largas distancias, también son fieles compañeros de batalla cuando la ocasión lo demanda. Y resisten la magia que da gusto.

Diseñados por Koichi Ishii, su genealogía está inspirada en los gastornis, una familia de enormes aves no voladoras extinguidas hacia el Paleoceno, la misma fuente de inspiración de Kai y Kui, los horseclaws usados como monturas en el anime ‘Nausicaä del Valle del Viento’.

Cactilios y sus mil agujas

Cactilio

Si llegamos a reservar la Deluxe Edition, Digital Deluxe Edition o la 1st Class Edition ya contaremos con él. Esta invocación exclusiva se remonta a FF VI y, si bien aparecieron como enemigos, también son recurrentes mascotas debido a su aspecto cute. Los pequeños cactus en flor, con su actitud huidiza, sirven a un gran Cactilio, mucho más poderoso en escala y ataque, e igual de rígido.

Partiendo de un boceto dibujado por Tetsuya Nomura, los cactilios se basan en los haniwa japoneses, figuras de terracota elaboradas para usos rituales en túmulos funerarios durante el Período Kofun (del 280 al 538 d.C.).

Los cristales de Rubí

Otro beneficio exclusivo de la Digital Deluxe Edition o la 1st Class Edition en forma de mascota. Rubí también es un viejo conocido —debutó en FFV— y podríamos decir que se trata de un animal mitológico a caballo entre un conejo-ardilla y un zorro de las nieves. Siempre portando un rubí en su frente o cuerno, su poder mágico nace de esta joya engarzada, la cual también protege al equipo con el estado Reflejo.

Como Cactilio, tampoco parte de ningún mito específico, pero sí podemos rastrear su nombre, Rubí —o carbuncle, en inglés—, al cual se le atribuyen propiedades protectoras, utilizados para engalanar coronas y blasones sobre el pecho de las armaduras, entendiendo que amparaban a sus portadores.

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