Si nos vamos al diccionario y buscamos el término “disrupción", veremos una definición que seguramente muchos encontrarán demasiado simple en relación a todas las connotaciones que lo rodea: “Rotura o interrupción brusca”. Es simple pero concisa, y lo cierto es que hoy se utiliza con demasiada frecuencia para designar ideas o productos que se salen de lo normal, pero sin embargo no todos ellos suponen esa “rotura”.
Es muy interesante buscar estas disrupciones en la industria del automóvil, puesto que nos movemos en un territorio que se ha debatido entre el conservadurismo tecnológico y estético (que aseguraba ventas) y la posibilidad de romper, de apostar y de arriesgar con innovaciones estéticas y conceptuales, los llamados superdiseños.
Si hacemos zoom en la historia de una marca como Renault, su filosofía se ha debatido en esa contradicción, pero gracias a esta, ha dejado un alto valor intangible aportando avances a las tendencias del diseño y creación del automóvil. Vamos a sumergirnos por esos superdiseños que supieron aprovechar oportunidades, o simplemente apostaron a riesgo de perder inversiones millonarias, cada uno con resultados diferentes.
Renault 5, o la gran apuesta por un urbano que hoy vuelve
A finales de los 60, Renault se vio impulsada a la creación de un nuevo modelo utilitario mediano. Había razones de peso: la irrupción en el mercado del polivalente Fiat 127 en 1971, que tuvo gran éxito de ventas desde su nacimiento y al que Renault quería emular; una creciente clase media urbana, joven, más culta, más moderna, más práctica, con más tiempo libre, viajera y por último la entrada de la mujer como usuaria del automóvil. El modelo de entonces, el Renault 4, tenía una estética poco armónica y con reminiscencias de vehículo rural francés.
Michel Boué diseñó las líneas generales de la carrocería para un nuevo modelo de Renault partiendo de una foto del Renault 4 en sólo dos días y durante su tiempo libre. Y fue genial. Al momento, los ejecutivos de la marca quisieron poner el proyecto en marcha bajo las líneas que marcaban esos bocetos.
Boué creó una carrocería de aspecto muy armónico, con unas proporciones perfectas de volúmenes marcados y rectos pero con aristas muy redondeadas, una trasera muy inclinada y un minimalismo general que lo hacían descaradamente moderno.
El minimalismo del Renault 5 fue imitado en generaciones de coche venideras, por ejemplo, el paragolpes totalmente integrado en la forma de la carrocería
Este minimalismo fue imitado en generaciones de coche venideras, por ejemplo, el paragolpes totalmente integrado en la forma de la carrocería es algo a lo que estamos acostumbrados hoy, pero en su momento supuso una innovación estética que conseguía la limpieza de líneas característica de su silueta del 5. ¿El resultado? Entre 1972 y 1996 se fabricaron 9 millones de unidades y actualmente este icono vuelve renovado y cargado de tecnología que nos habla de futuro: R5 E-Tech 100% eléctrico.
Renault Espace, el aterrizaje del primer monovolumen de la historia
En una década de los 80 en la que el cine nos inculcaba un imaginario futurista con películas como 'Alien', 'Terminator' o 'Regreso al Futuro', el paso majestuoso de los primeros Renault Espace, tan diferentes a cualquier coche del momento, nos hacían sentir que venían de otra dimensión. De hecho, su historia no fue una historia normal.
El proyecto de Matra (empresa francesa dedicada en su origen a la aeronáutica) para la creación del primer monovolumen, fue rechazado en principio por varias marcas, pero finalmente vio la luz gracias al arrojo y el acierto en las directrices de Renault. El resultado fue un vehículo rompedor, supermoderno, que descubrió un nuevo concepto y marcó tendencia en el mercado durante más de dos décadas.
El gran éxito de este superdiseño fue conseguir que nadie lo llamara furgoneta, naciendo así un nuevo concepto
El diseño revela sin duda una nueva forma de entender el automóvil, se trata de un turismo de gran espacio interior pero con el aspecto inequívoco de eso, de un turismo. El interior modular transformable mediante el giro de los asientos fue una premisa de Renault para que el coche tuviera la imagen más de salón familiar que de un minibus. Elegancia, ligereza, luminosidad, modularidad interior, piso plano, confort. El diseño conseguía que, por fin, el usuario que necesitara espacio, no tuviera que recurrir a un vehículo derivado de comercial o de un todoterreno. Además, era un vehículo moderno, elegante y distinguido. Quizá el gran éxito de este superdiseño fue conseguir que nadie lo llamara furgoneta, naciendo así un nuevo concepto: el turismo monovolumen.
Desde entonces, todas las marcas tuvieron que seguir la estela de Renault y crearon sus propios monovolumen, que finalmente conquistaron otros segmentos.
A día de hoy, la estela del Espace continúa revisado como un SUV de alta gama en su última versión, que responde a la misma idea de confort ideal para grandes viajes, pero que por su motorización híbrida es capaz de hacer el 80% de conducción eléctrica en la ciudad.
Renault Twingo, un "coche mascota" para la juventud
El Renault Twingo comenzó a gestarse en los 80 bajo la premisa de ser el más pequeño de su segmento, pero sin entrar en competencia con sus hermanos, como el mítico Renault Clio. Además, y esto fue lo rupturista, debía ser de tipo monovolumen en su silueta, intentando aprovechar la tendencia exitosa del Espace. Salió a la venta en 1993.
El director del proyecto, Patrick Le Quément trabajó en diferentes prototipos pero en un momento avanzado del proyecto no terminaban de encajar en su idea, resultándoles impersonales. Entonces se lanzó a la creación de unos bocetos que definieron las peculiares líneas frontales, y decidió que el futuro modelo debería tener “cara de ranita”. Esto supondría una rotura arriesgada de la imagen conservadora que debería tener un coche con aspiraciones a superventas.
Buscando un frontal con más personalidad, Patrick Le Quément decidió que el futuro Twingo debería tener “cara de ranita”
De las cavilaciones de Le Quément nació así el concepto Twingo: más que un coche, una filosofía práctica, divertida y desenfadada. El interior es inconfundible por sus formas generales con abundancia de esferas, cilindros, y porta objetos. El exterior, con su peculiar cara, sus colores y su aspecto super ancho es inconfundible. El espacio interior se maximiza: el habitáculo casi pasa por encima del motor, que queda relegado a un espacio mínimo. Las ruedas parecen expulsadas hacia las cuatro esquinas del coche, el cuadro de instrumentos y salpicadero casi desaparecen y todo queda en una gran bandeja porta objetos, los asientos traseros corredizos pueden permitir a la vez convertir el coche en una gran cama o en un gran maletero. El éxito estaba asegurado, ¿o no?
La juventud del momento tuvo suerte de poder elegir este pequeño gran primer coche para todo lo que se les ocurriera hacer, y con una estética original y divertida. El Twingo estuvo 15 años en el mercado considerándose un modelo exitoso que formó parte del paisaje estético de los 90.
Renault Avantime, una corta historia que dejó huella
Ya su nombre dejaba claro que no iba a ser un coche convencional. El Avantime fue un intento de Renault de crear un nuevo tipo de carrocería, un nuevo concepto. En una continuidad de explotar el concepto Espace, probó a crear un “monovolumen coupé”. A nivel técnico, el condicionante estético ya suponía a priori un reto debido a la ausencia de pilar central, sumado a unas enormes puertas. Además, incluía una estética rompedora sobre todo en su parte trasera, que junto con su morro ancho y afilado, recordaba en algo a un monoplaza de competición.
El modelo salió en 2001 y fue incomprendido por el mercado (tan solo 8.000 unidades vendidas), aunque sí cumplió con la misión de avanzadilla estética del Renault Megane II de cinco y tres puertas, con el que compartía su peculiar silueta trasera y que resultó superventas, salvando así con buena nota el arriesgado ejercicio de estilo de Renault.
Renault Megane II: no solo fue un golpe estético
En 2002 Renault pretendió hacer subir un escalón al Megane con un cambio global. Se dirigió hacia un usuario más sofisticado, con un diseño de más presencia y con la personalidad que ya adelantó el Avantime. Así, aumentó las prestaciones, tecnologías y confort, llevando al segmento C a una categoría superior.
La peculiar estética del Megane II polarizó al público entre admiradores y detractores, pero supuso un éxito comercial razonable
El diseño de las versiones de tres y cinco puertas mostraba cualidades muy originales, con una silueta general muy expresiva y distinguida. ¿Cómo se consiguió? Mediante el estrechamiento y acortamiento del volumen superior del coche en su zona trasera, y un ancho y vertical pilar final, se conseguía una sensación "musculosa" en el eje trasero. Junto con un también ancho y afilado morro, el conjunto general daba una sensación de potencia, solidez y estabilidad.
La peculiar estética del Megane II polarizó al público entre admiradores y detractores, pero supuso un éxito comercial razonable. Curiosamente, Renault con el Megane III volvió a cambiar radicalmente hacia una carrocería de formas suaves pero que, lejos de resultar anodina, tuvo gran aceptación.
Del pasado al futuro con Renault Scenic E-Tech 100% eléctrico
Podríamos pensar que en esta lista de hitos deberían estar modelos que hayan sido también juzgados por el paso del tiempo, pero aún a riesgo de precipitarnos, los ingredientes que anuncia Renault para sus lanzamientos en 2024, parece que nos llevarán a otro hito de referencia en el mercado de la automoción.¿Difícil de justificar?, veamos.
Para empezar, la marca anuncia que el Renault Scenic E-Tech 100% eléctrico va a ser la materialización de la Renaulution, una regeneración empresarial en la que el grupo Renault vira hacia la modernidad eléctrica, la movilidad sostenible y las tecnologías intuitivas, donde encarna su estrategia de desarrollo sostenible a través tres pilares: medio ambiente, seguridad e inclusión. Esta Renaulution anunciada se materializa plenamente en este renacimiento del Renault Scenic.
Un Scenic tiene que ser popular, familiar y viajero, pero, ¿puede cumplir esto un coche 100% eléctrico?
Aunque el nuevo modelo va a suponer un cambio radical en todos los aspectos, el nombre Scenic tiene que portar algo de la esencia de una saga de 27 años que fue un superventas. Así, tiene que ser popular, familiar y viajero, pero, ¿puede cumplir esto un coche 100% eléctrico? Ahora, sí. Y es que este super Renault Scenic E-Tech 100% eléctrico anuncia una autonomía WLTP superior a 620 kilómetros y, si esto es cierto, aquí estaría el hito de la automoción que estábamos esperando.
Si no ha quedado claro aún lo que la Renaultion plasma en este coche en cuanto a sostenibilidad, hay que decir que el vehículo utiliza hasta un 24% de materiales reciclados y el 90% de su masa -incluida la batería- podrá reciclarse. Junto a este gran esfuerzo de diseño merece un especial elogio su propuesta estética. Aunque el diseño a primera vista se encuadra en la tendencia SUV, sus líneas generales son muy fluidas y aerodinámicas, recordando más a una berlina desde ciertos ángulos. Y, por último, su frontal tiene una marcada y original personalidad, destacando la nueva firma lumínica de Renault: la mirada rasgada de los faros junto con las luces diurnas triangulares en los laterales que hacen juego al rombo de la marca.
Los ejemplos descritos muestran cómo una estrategia rupturista como la que ha ejercido Renault en ciertos momentos, puede cambiar las tendencias. Hoy el mercado de los modelos más vendidos en casi todos los segmentos parece sumergido en el concepto del SUV, el cual tomó el relevo de la tendencia monovolumen. Pero la historia del diseño del automóvil sigue, y seguirá impulsada por la lucha entre la tendencia y la ruptura de los superdiseños.
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