Uno de los libros más emblemáticos y queridos de Almudena Grandes renace como novela gráfica de la mano de Claudio Stassi

Pacientes
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Mucho se ha hablado de las consecuencias de la Guerra Civil; una herida aún sigue abierta, al menos en términos conceptuales, sobre buena parte de la población española. “Las cicatrices duelen con los cambios de tiempo”, reza en determinado momento Guillermo García Medina, el médico de la ficción que nos ocupa, precisamente el único que sabe coser en propiedad. Ausente ya entre nosotros, parece que Almudena Grandes todavía sabe cómo calentar los corazones con su característica prosa.

Porque justo ahora, con la llegada del frío, llega a las librerías de nuestro país la adaptación en clave de novela gráfica de ‘Los pacientes del Doctor García’, el cuarto ‘Episodio de una Guerra Interminable’, su gran saga enfocada en este periodo negro de nuestra historia. El gigantesco Claudio Stassi ha sido el encargado de dar vida a este relato donde los grandes ignorados de la historiografía, los silenciados en cunetas de huellas borradas por el tiempo durante la dictadura de Francisco Franco, cobran la voz del protagonista.

Hemos tenido la oportunidad de charlar con Claudio, segunda ocasión ya y redescubrir una obra que, pese a su enclave en un tiempo pasado, posee una lucidez y una vigencia total. El mismo Claudio que ya adaptó la ‘Nada’ de Carmen Laforet y a Eduardo Mendoza en 'La ciudad de los prodigios' nos desvela su propia guerra, amores y vicisitudes adaptando este inadaptable.

En el corazón de la Guerra Civil

‘Los Pacientes del Doctor García’ arranca con una explosión y una necesidad: encontrar sangre para abastecer a los heridos. La novela gráfica traza en apenas dos folios ese clima de urgencia y tensión para saltar, al segundo, una década y un mes más allá. Del 19 de noviembre de 1936 al 12 de diciembre del 46. Las fechas son capitales porque ellas nos clavan en la realidad, en la autenticidad de los hechos.

Ya en el marco de un Francisco Franco victorioso, Guillermo García se reencuentra con la persona que lo salvó del paredón, Manuel Arroyo Benítez, su mejor amigo. Tras un exilio desde Suiza, Manuel vive en el exilio y busca infiltrarse entre los prófugos del Tercer Reich que llegaron hasta el barrio de Argüelles, hasta el corazón de una España que les dio reconocido cobijo y protección. Una misión letal que tiene que llevar a cabo entre las minas de los falangistas. Menudo arranque, ¿verdad?

La Guerra Civil española ha sido durante décadas la fuente envenenada que ha inspirado decenas de obras maestras. De Clara Campoamor a Stanley Payne, de Nogales a Hemingway, de Orwell a Elena Fortún; distintas perspectivas, distintas literaturas. Pero hay una voz que, por templada e historicista, ha servido como uno de los testigos más coherentes de las víctimas y sus verdugos. Almudena Grandes, con sus Episodios de una Guerra Interminable, ofrece una perspectiva única.

No es, por tanto, una tarea fácil de adaptar 800 páginas, de condensar o simplificar acaso, una tarea que la novela gráfica asume por los propios códigos lingüísticos y necesidades visuales de este formato narrativo. Pero mejor que sea el propio Claudio Stassi quien nos ilustre bajo lo ilustrado.

Portada

Para los nuevos lectores que nunca han tenido un acercamiento a la obra original, ¿qué es ‘Los pacientes’...?

Para mí es como un mosaico de la historia de España desde que empezó la guerra en el 36 hasta que murió Franco en los años 80. Una visión general donde tenemos a unos protagonistas que son como reencontrarse con algunas personas que vivieron realmente la época, te podrías reflejar en ellos. Por un lado tenemos a un médico, doctor García, Guillermo, que de alguna manera lucha contra el régimen pero a su manera, salvando vidas.

Y por el otro lado tenemos a un espía, de los de toda la vida, Manolo, que tiene muchos contactos con los países aliados y hace de puente para mitigar el ataque dictatorial de Franco, con un retorno a la República. En resumen, este libro habla de personas comunes, que es una de las constantes de Almudena Grandes: contar la gran historia a través de las voces de las personas corrientes que vivían las vidas cotidianas y que por conjeturas de la vida se enfrentaban a lo que era la historia la gran historia que todos conocemos como la guerra civil (o tierra civil) que ocurrió en España.

Los silenciados, ¿verdad? El pueblo que vive el relato histórico pero no tiene voz en su escritura.

Exacto, porque al final quien escribe la historia son los ganadores, a su manera, silenciándolos. Y en parte el gran trabajo de escritores como Almudena fue recuperar estas voces silenciadas para que la historia se volviera a escribir de la manera correcta, o que por lo menos hubiera otra voz, la del pueblo, y solo ese relato oficial construido por las voces de los militares, de los dictadores o en general quienes apoyaban este régimen totalitario.

Cura

Estamos en 2022: ¿por qué esta novela y por qué ahora? Es decir, ¿por qué elegir esta novela y no, por ejemplo, otro clásico de Carmen Martín Gaite o de Ana María Matute?

Porque creo que la gente está olvidada. Mira, yo soy italiano y solo hay que ver lo que está ocurriendo en Italia. Y no olvidemos que Italia siempre ha sido el banco de pruebas para Europa. Tener un gobierno de extrema derecha en Italia significa probar la extrema en el gobierno: lo hizo Mussolini en su día y luego todos los demás países europeos siguieron copiando el dictamen italiano. Luego llegó Hitler y luego llegó Franco… Hay que tener, digamos visión histórica, para ver los errores que no debemos repetir.

La de Almudena es una visión progresista. A través de su relato tenemos un faro para que no choquemos contra la pared del extremismo.

Hacer una novela gráfica que sea una adaptación de este gran libro de Almudena Grandes, que nos cuenta lo que fue la historia de España, puede ayudar llegar a la gente que no conoce la historia de España y que no conoció la historia de esta gente, de pueblo, de los que lucharon en contra del franquismo, de los que partieron y que murieron. Y, en resumen, que no se tiene que repetir la historia, abogando por una democracia sólida y fuerte, de diálogo, de conexión social, es la única manera para seguir adelante.

Mapa

Y la de Almudena es una visión progresista. A través de su relato tenemos un faro para que no choquemos contra la pared del extremismo. Cuando tuve la posibilidad de adaptarla no me lo pensé, vi que tenía en la mano una de las obras más increíbles de la literatura española.

‘Los pacientes del Doctor García’ es la cuarta novela de una saga inconclusa. ¿Y por qué adaptar esta novela y no la primera, cronológicamente hablando, dentro de la saga?

Lo hemos hablado. Fue la primera pregunta. Cuando yo termine ‘Nada’, David Hernando me dijo “y ahora qué”. Y yo le dije “a mí me gustaría seguir”. Había acabado de leerme otro libro, ‘El lector de Julio Verne’ y me hubiese encantado hacerlo. Pero David me dijo “¿y por qué no ‘Los pacientes del doctor García’? Ahí fue cuando yo dije “¿y por qué no el primero?”. Y entonces fue cuando él me dijo que aunque es una saga, al fin y al cabo los libros son autoconclusivos. Tú puedes leer ‘Los pacientes del doctor García’ o cualquier otro.

Adaptar 'Los Pacientes' era la opción más interesante. Y la más loca, también, porque estamos hablando de un libro de 800 páginas.

Y si bien otros libros de Almudena hablan de una época, donde igual pasan 10 años, en ‘Los pacientes’ tenemos este mosaico, esta visión general de la historia, de lo que pasó desde las primeras bombas que cayeron sobre la ciudad de Madrid hasta la muerte de Franco. Tenemos una visión completa y era lo que a mí me interesaba. Tras la conversación con David Hernando concluimos que era la opción más interesante. Y la más loca, también, porque estamos hablando de un libro de 800 páginas.

¿Cuándo comenzó la preparación y cuánto te ha llevado el proceso de adaptar el original?

Justo después de acabar ‘Nada’. Fuimos a tomar un café para celebrarlo con David Hernando y Alexandra, mis dos editores, ahí fue cuando empezamos a hablar de ‘Los pacientes’. Yo tenía mucho miedo porque conocía la novela y dije “esto es difícil”. Además tenía un tiempo límite de un año, por razones editoriales. Dije “necesito un día para pensarlo” y entonces mi cabeza se llenó, empezaron a nacer imágenes del libro, empecé a ver cómo era Guillermo, cómo era Manolo, empezaron a surgir las caras… y ese fue el arranque.

Pacientes

¿Tuviste oportunidad de charlar con Almudena? ¿Estaba ella al tanto de este proyecto?

Sí. Tuve la posibilidad de intercambiar algunos mails con ella justo al principio de la adaptación. Yo le había enviado unos perfiles de personajes y ella me dijo que le había gustado mucho cómo los había dibujado. Me pidió, por ejemplo, que Guillermo tuviera el pelo castaño —yo al principio lo dibujé con pelo rubio—.Era una persona muy amable y, por lo que sé, conocía mi trabajo, porque una vez habló con David Hernando y le dijo que le había gustado ‘Nada’ y que le hubiera gustado que yo adaptara uno de sus libros. Creo que llegó a ver unas primeras páginas y poco más. Luego la enfermedad, lamentablemente, se la llevó. Habíamos quedado en que teníamos que tomar un café. Nos teníamos que haber visto en Madrid por la feria del libro… Pero todo eso no ocurrió.

La última vez que hablamos nos contaste que te sentías especialmente cómodo en el formato realista. Pero una cosa es hablar de una transición más o menos acomodada y otra de la primera línea de guerra. ¿Ha cambiado algo desde entonces? ¿Tu compromiso político es aún más fuerte?

Siempre he trabajado con compromiso político, desde mis primeras obras hasta el día de hoy. ‘Brancaccio’, por ejemplo, mi primera obra, habla de mi barrio y de la densidad mafiosa que hay en el barrio. Por eso ‘Yo me llamo Giovanni’ hablaba de Giovanni Falcone, el juez que la mafia mató a los 90. ‘Banda Stern’ del comando sionista que mataba en el nacimiento del Estado de Israel… Quizá ‘La ciudad de los prodigios’ es un poquito más negra respecto a la situación catalana en los finales del 1800 y ‘Nada’ habla supuestamente de la posguerra y es un fresco de toda esa visión política y social en España desde el 36 hasta los 90.

Entonces, mi trabajo siempre tiene impacto político y social. Porque cuando te quedas un año entero o más, sobre una historia, quieres de alguna manera que esto se convierta en algo universal que puedas leer en 2022 y también en 3022. Es la única manera, para que puedas aportar a una causa mayor. Es decir, hago “polis”, esta palabra griega sobre política social. Yo lo hago a mi manera, con el cómic.

Y lo que cambia, por supuesto, es que yo me hago más viejo. Esta parte ayuda porque tengo más experiencia, más capacidad técnica y además tengo la posibilidad, gracias a la editorial que me lo permite, de experimentar tanto en narrativa como en la parte técnica.

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Aquí queríamos llegar. ¿Qué “novedades” técnicas utilizaste en el desarrollo?

Por ejemplo, hay muchas páginas que son libres de formato, que no están enjauladas dentro de las tres-cuatro tiras clásicas que conocemos en el mundo del cómic y cree unas cuantas de las que estoy particularmente orgulloso. Y luego la parte gráfica, donde el color no es solo un elemento de descripción de atmósfera y se convierte en un protagonista, utilizando una técnica que es casi acuarela —sin serlo porque es digital— pero con intención de que parezca algo totalmente manual.

Esta madurez me ha servido para evolucionar mi estilo gráfico. Además, cada historia necesita un traje diferente. Si miras ‘Los prodigios’ o ‘Nada’ y miras ‘Los pacientes del Doctor García’, ves tres novelas gráficas que narran temáticas que podríamos tildar de similares pero narradas y dibujadas de tres formas diferentes, con tres trajes diferentes.

De hecho, en esta última “trilogía” se aprecia cierta homogeneidad estilística, eso que denominan “la mano del autor” pero en esta última, ‘Los Pacientes’, se desprende de cierto abigarramiento. Es más desnuda que ninguna. Vemos que algunas escenas de guerra se reducen a carbón y acuarela, gris y rojo sangre, un minimalismo abrumador respecto a ‘La Ciudad de los Prodigios’.

Sí, pero ten en cuenta que en ‘Los Prodigios’ la ciudad es la protagonista. Entonces tienes que detallarla bien para que se reconozca. Sin embargo, en ‘Los Pacientes’ la ciudad casi se convierte en visión impresionista, incluso en algún momento expresionista, donde hay solo manchas y no detalles ni definiciones. Porque al fin y al cabo no son los protagonistas. Aquí los protagonistas son Manolo, Guillermo, Amparo y demás. El cómic no necesita solo ser un bonito fondo con un balloon encima: el cómic es arte y, en función de esto, tengo que pensar muy bien cómo expresar mi obra a través de la narración para que los personajes cumplan su rol.

En ‘Nada’ reconstruiste una Barcelona hiperrealista. ¿Usaste esta vez material fotográfico para recrear el fondo histórico de Madrid?

Sí, pero a la manera impresionista: el recuerdo de la foto. No estaba atento al tiempo o al detalle. Porque lo que yo quería hacer era la impresión de la ciudad. Sí, estamos en Madrid pero la ciudad no es la protagonista, es el escenario de lo que ocurrió a las personas.

Almudena era conocida por sus muchas líneas donde se encontraban decenas de personajes, su profusión de nombres sin un protagonista específico. Y nos alucina cierta parte donde resuelves la presentación de un montón de personajes de un simple vistazo, casi como fichas policiales, ventanas que congelan ideas. ¿Cómo llegaste a esta idea?

Hacer una adaptación de un libro de 800 páginas fue una locura. Pero teniendo en cuenta que es una adaptación, tuve que crear expedientes gráficos, sintetizando partes del libro que igual eran 100 páginas. En esta escena en concreto, esta fiesta donde había un montón de personajes, no sabía cómo hacerlo. Vale, ellos van paseando y empiezan a hablar con algunos, hice pruebas y tal, pero ¿puedo hacerlo con todos? El lector se va a aburrir. Y esto solo porque quiero presentar que en esta fiesta hay un montón de nazis y franquistas clave. No funcionaba. En el libro funciona pero en el cómic no funciona. Cuando adaptas, tienes que adaptar la narración al medio.

Adaptar un libro es complicado y tienes que ser fuerte, tienes que tener agallas para decidir qué quitas y qué cambias totalmente.

Y fue ahí cuando dije “¿y por qué no hacer una splash page grande, donde allí están todos, entrando en esta gran sala, y luego hacer como fichas de cada uno de ellos con sus rostros, donde se explica quiénes son? Esto me resultó gráficamente mucho más interesante que recurrir a la simple imagen narrativa donde adaptaba a personajes que hablaban. Adaptar un libro es complicado y tienes que ser fuerte, tienes que tener agallas para decidir qué quitas y qué cambias totalmente.

Un ejemplo muy tonto: en el primer libro de Harry Potter, cuando los Dursley llevan a Harry al zoo con su primo, en el libro hay otro niño. Esto decidieron quitarlo en la película, así el lector focaliza su atención en Harry y el primo. A veces hay que hacer estas cosas. En ‘Los pacientes’, ya en la escena inicial, tras los bombardeos, en el libro está Experta y yo decidí quitar su historia porque era redundante en la narración porque restaba importancia a la relación entre Amparo y Guillermo, que allí mismo empezaba. De esta “trilogía” que decías, adaptar ‘Los Pacientes’ ha sido el más difícil.

Collage

Y claro, tras la fiesta, Manolo se queda toda la noche en la mesa escribiendo lo que ha visto y lo que ha oído. Para mí hay un elemento policial al documentar todo eso. Porque Almudena solo da un nombre, pero es un punto de partida. Fue mi trabajo documentar todo eso, rastrear de quiénes hablaba, investigar sobre aquellas personas reales.

Leyendo el cómic a veces se olvida que esto existió, que solo es ficción en parte. Guillermo es en parte Henry Norman Bethune, el médico canadiense aliado al Ejército Republicano que salvó cientos de vidas y que vivió en Madrid bajo una identidad falsa.

Claro, yo tenía que buscar su documentación, sus fotos, su historial. Aparte de leerme las 800 páginas tuve que realizar una búsqueda de documentación brutal sobre cada personaje. Si hacen un control sobre mi ordenador creerán que soy una especie de fan de los nazis porque tuve que buscarme no sé cuántas fichas técnicas de esta gente.

Clara Stauffer, por ejemplo, es un personaje muy importante en la historia del libro, una poderosa nazi y falangista que existió, y Almudena rebaja su sombra convirtiéndola casi en una tontita.

Pero ahí está la clave, en el aspecto humano: el simple hecho de llamarlos por sus nombres ya rebaja su estatus social a un estatus humano. Esto es increíble. Clara Stauffer, por ejemplo, es un personaje muy importante en la historia del libro, una poderosa nazi y falangista que existió, y Almudena rebaja su sombra convirtiéndola casi en una tontita. Yo omití esta parte de Manolo en Argentina, pero en el libro ella se enamora de Manolo y Manolo la rechaza. Entonces, esta figura mitológica de los grandes políticos nazis se convierte en una tontita rechazada por un hombre. Es algo brutal. Y es el signo de Almudena: usar expedientes de personajes reales, como Guillermo, y añadir directamente a personas que realmente existieron, como Clara.

¿Y qué tal se lleva dibujar al “Caudillo”?

(Risas) Te digo una cosa: yo dibujé esta escena justo cuando comenzó la guerra en Ucrania. El día que Rusia comenzó a bombardear la frontera de Ucrania yo estaba dibujando la escena de guerra, de estos esqueletos con uniformes de soldados galopando, que no deja de ser una escena mitológica y medieval muy común que se encuentre en muchos frescos. En Palermo, en el Palazzo Abatellis hay uno que se llama ‘El triunfo de la muerte’. Yo estaba entonces mirando la tele y mirando la página, en blanco y negro. Y dije “quiero poner rojo”. Ese rojo de la sangre que empezaba a brotar en las noticias.

Hablando de la tele, sabemos que este mismo año comenzó el rodaje de una serie basada en la misma novela, coproducida por RTVE y con participación de Netflix. ¿Has tenido en mente esta adaptación?

Lo sé, pero yo no he visto nada. Sé que es una serie que tendrá mucho público, es una serie muy fuerte y tengo ganas de verla. Pero decidí no ver nada y no pedir nada porque no quería condicionarme por los actores que hubieran escogido, por las escenas del libro que hubieran escogido o cuáles descartaron. Yo he decidido eliminar partes del libro por razones narrativas y no sé si ellos las han mantenido.

Ya has adaptado cuatro de las más grandes novelas de nuestra literatura “moderna”, ¿qué queda? Volvemos a preguntarte, ¿cuál es el siguiente paso?

Quedan muchas. Mi nuevo trabajo será una obra totalmente mía, escrita, dibujada y coloreada por mí para publicar por Planeta en 2024. Ahora estoy tomándome una pausa de las adaptaciones y esto me dará tiempo de leer nuevos libros para luego volver al ataque con otra adaptación. Porque realmente a mí me gusta. Es solo que tenía esta otra historia en la cabeza, lo hablé con David Hernando y le encantó la historia. Y ya estoy prácticamente en ella.

La nueva historia que estoy escribiendo nace a raíz de todas mis lecturas de Almudena Grandes

Lamentablemente no te puedo decir nada porque estoy bajo secreto instructorio (risas) pero sí te puedo contar algo: de alguna manera, la nueva historia que estoy escribiendo nace a raíz de todas mis lecturas de Almudena Grandes. Para mí es un referente muy importante, para mi evolución creativa en el plano literario.

Interesante spoiler. Almudena es alguien que estamos redescubriendo constantemente. Como siempre, nosotros estaremos pendientes.

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