Caemos con frecuencia en valorar un smartphone según su resultado en el benchmarking. Si está muy arriba en el ranking de la tabla es que el móvil es bueno. Fin. Y nada más lejos de la realidad. Tim McDonough, vicepresidente de marketing de Qualcomm, empresa líder en la fabricación de procesadores, decía que la compra de un teléfono basándose en su CPU es como comprar un coche sólo por los neumáticos.
¿Valorarías la calidad de un vehículo sólo por su velocidad punta?
Cuando nos fijamos en un nuevo terminal presentado en el mercado observamos sus datos fríos, el retrato que arrojan esos gigas y esos tests bajo entornos controlados. Ahora demos la vuelta a la metáfora: ¿valorarías la calidad de un vehículo según su velocidad punta? ¿Y qué hay de la calidad y construcción de los materiales? ¿Qué hay del rendimiento y consumo en carretera?
Un benchmark frío puede arrojar resultados que al lector de Xataka no le impresionan. Hagamos de mythbusters y veamos cuánto hay de verdad en estas sentencias. A la hora de la verdad hay mucho más que considerar.
Fuente: Intel. Elaborado por: Pablo Espeso
A más núcleos, mayor velocidad
Sí, pero con matices.
No todos los terminales con mismo número de núcleos tienen el mismo rendimiento. Algunos terminales recurren a la tecnología big.LITTLE: el grupo “big” está compuesto por núcleos potentes y se encarga de tareas de primer nivel, como el multimedia. El grupo “LITTLE”, de núcleos menos exigentes auxilian a los grandes en tareas puntuales y, cuando no son necesarios, se mantienen en estado inactivo
No todos los terminales con mismo número de núcleos tienen el mismo rendimiento
Pongamos un ejemplo donde la configuración de clústeres sea la siguiente: 4+4, cuatro núcleos con una configuración más rápida y cuatro en el banquillo. Supongamos que tienes un teléfono con el que sólo consultas el correo y ves algunos vídeos. El procesador “tirará” de los primeros cuatro núcleos y dejará los otros en reposo, para tareas específicas, optimizando el consumo de batería de forma inteligente.
Ahora supongamos que un día decides instalarte un videojuego, pero mientras tanto has dejado abiertas todas las demás aplicaciones. Entonces ese extra de potencia que le estás exigiendo al procesador podrá dártelo con los dos núcleos de reserva.
No todos los núcleos son iguales
Otro error grande es pensar que todos los núcleos de un mismo procesador son iguales.
No es lo mismo un procesador con arquitectura Cortex A72, cuyo rendimiento es un 50% superior que el de otros con arquitectura Cortex A53 o A57. Por eso no es lo mismo un Qualcomm Snapdragom 652 o un 617 o 615. O lo mismo en el caso de Kirin o Exynoss.
Otro dato a tener en cuenta es la disposición de cada componente. Mediante la tecnología PoP se consigue que la CPU y la GPU accedan simultáneamente a la memoria RAM por lo que se aumenta la velocidad del terminal.
¿Es complicado actualizar un dispositivo? ¿Es imprescindible la labor del fabricante del SoC?
Sí. Y con mayúsculas.
La actualización de un terminal es una labor muy complicada que empieza desde el mismo diseño del SoC. Cuando se diseña un nuevo procesador es necesario tener una visión a largo plazo y solamente grandes empresas como Qualcomm se caracterizan por esa estrategia de actualizaciones.
El diseño es sólo estética, no afecta al rendimiento
Esta afirmación es cada vez más desacertada.
Todos los elementos forman parte de una gran cadena y ninguno es como es por puro azar. El marco del móvil, por ejemplo, es uno de los elementos determinantes a la hora de disipar el calor o para un funcionamiento de la cobertura. Que se quieran fabricar móviles cada vez más finos y de mayor tamaño atiende a dos principios básicos: cuanto mayor es el terminal, mayor espacio para meter más batería. A mayor tamaño, mayor superficie para fugar la temperatura.
A mayor tamaño, mayor superficie para fugar la temperatura
El tamaño también responde a esta máxima: cuanto más grande es el chip, más calor residual es capaz de generar. Pura física. La carrera por reducir de los 28 a los 20, 14 y 10 nanómetros no existe por capricho. Los transistores —la unidad mínima de un procesador—, responsables de crear las puertas lógicas, han ido encogiendo por esto mismo.
Lógicamente, esto es más fácil de ver a nivel superficial. Ya existen soluciones híbridas entre metal y plástico, gracias al nano moulding, donde se utilizan compuestos reforzados con fibra de vidrio que permiten alta adhesión entre estos dos materiales y ayudan a fugar mejor el calor, o la función por inyección (die casting), algo que hemos podido ver recientemente en el BQ Aquaris X5 Plus, y que se traduce en una mayor resistencia de la carcasa a nivel molecular.
Así que, cuando des un paso adelante y adquieras un nuevo terminal recuerda que no estás sólo “pagando diseño”, sino progreso tecnológico.
Test de rendimiento llevado a cabo por AnTuTu (a fecha de abril de 2016). Fuente: AnTuTu
Una task killer soluciona todos los problemas
Ojalá.
A un nivel superficial las aplicaciones para controlar la CPU sí aportan algún que otro segundo extra, pero se cobran un precio, sino en desgaste a nivel interno, en batería.
Las propias apps reclaman RAM, así que estas task killer lo que hacen es congelarlas y detener los procesos para que parezcan una revolución delante de una gráfica, pero cada vez que querramos pasar de una aplicación a otra sufriremos retardos. Sólo se limitan a esconder las peticiones debajo de la alfombra, no hacen magia.
A más procesadores, mayor consumo de batería
Volviendo al punto del principio, depende de la arquitectura.
La tecnología big.LITTLE, que hemos comentado antes, al optimizar el uso de los núcleos se reduce considerablemente el consumo de batería.
No obstante, la realidad es más compleja de lo que parece. La calidad de los semiconductores por ejemplo, es capital. No en vano Qualcomm adquirió NXP, una de las fabricantes de semiconductores líderes, con una década de conocimiento en su haber. Todos los componentes están relacionados y todos afectan al rendimiento final de un terminal.
Pequeños detalles que muestran la diferencia
Además de hablar de rendimiento, el procesador permite otras muchas características. Por ejemplo el procesador Qualcomm Snapdragon 652, integrado en modelos como el Aquaris X5 Plus, permite Wi-Fi Dual Band (2,4 y 5 GHz), Bluetooth 4.2 o vídeos en 4K.
La verdadera potencia está tras esos pequeños detalles inapreciables que hacen a un terminal corriente en algo especial.
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