Hay problemas con las baterías de portátiles, y en esta ocasión no es por explosiones ni calentamientos graves. Todo es consecuencia del incendio de una fábrica química de LG, de donde procedían una gran cantidad de las baterías de Ion-Litio que la mayoría de fabricantes colocan a sus ordenadores portátiles.
La dependencia de esas baterías de LG es variable entre los fabricantes, pero hay algunos que lo están sufriendo de forma especial. Asus por ejemplo dice que afectará al 40% de sus modelos que venda en la segunda mitad de año. Y Dell ha afirmado que también tiene serios problemas, pero que como otros, está buscando alternativas.
El fabricante americano, como otros, ha hecho oficial que sube los precios de las baterías extras que vende tras comprar el portátil, pues quiere asegurar primero la disponibilidad de baterías para los portátiles que vende a diario.
También ha aprovechado Dell para recordar consejos para optimizar el funcionamiento de las baterías, como desactivar la conectividad WiFi cuando no es necesaria, bajar el brillo de las pantallas, pasar más a menudo a modo hibernación, entre otros.
Este incidente refleja perfectamente la dependencia de unas marcas respecto a otras en un mercado cada vez más globalizado, y que lejos de depender de un solo fabricante, vemos como cada uno busca cada pieza donde mejor le conviene.