Poder hacer más trabajo en menos tiempo es algo que siempre interesa a quienes buscan optimizar al máximo su tiempo. Es por ello que solapar distintas actividades para ejecutarlas en paralelo es un concepto que, a priori, puede hacernos pensar que mejorará la productividad.
Si eres un robot eso puede ser cierto, pero para los seres humanos tenemos malas noticias: No es nada eficiente. De hecho, una investigación de la Universidad de Standford establecía que es un 40% menos productivo intentar realizar varias tareas simultáneamente, frente a realizarlas una tras otra. Según los investigadores, podría afectar a nuestra capacidad cognitiva de una forma muy similar a la que se experimentaríamos “fumando marihuana o quedándonos despiertos toda la noche”
Hacer muchas cosas y olvidarlo todo. La ciencia ha demostrado que trabajar en modo multitarea afecta a la memoria a largo plazo, a la retención de datos y, sobre todo, en el aprendizaje de procesos. Es decir, aunque desarrolles una buena capacidad para cambiar de tarea con facilidad, tu cerebro borrará esa información tan pronto como acabes la tarea. Es probable que eso te sirva para momento puntuales, pero olvidar citas o tareas futuras no te hará más productivo a medio plazo.
Trabajas el doble, te estresas el doble. Realizar varias tareas simultaneas implica exigir al cerebro unos niveles muy elevados de concentración y un ritmo de procesado excesivo. Su respuesta: estresarte más de lo habitual.
Las investigaciones en la materia han demostrado la multitarea tiene un coste elevado para el cerebro, que se traduce en niveles de estrés por encima de la media (que ya de por sí es elevada), sumiendo al cerebro en un estado de emergencia constante denominado sobrecarga alostática. Estos altos niveles de estrés impactan de forma notable en los sistemas neuronal, cardiovascular, autónomo, inmunológico y metabólico.
Evita la multitarea, reduce las distracciones. Por muy de moda que esté el concepto, el cerebro humano no está diseñado para realizar varias tareas complejas simultáneamente. Necesita fijar un objetivo de la tarea y concentrarse al máximo en ella para realizarla en el menor tiempo posible y con los mejores resultados.
La profesora Gloria Mark, profesora rectora de informática en la Universidad de California, recomienda evitar distracciones que te perturben esa concentración. Apagar todas las notificaciones de los dispositivos. Aunque tengas una voluntad de hierro y aguantes sin coger tu smartphone, el simple hecho de saber que algo sucede ya reducirá tu nivel de concentración.
Respira y dale un respiro. Aunque no se encuentre en modo multitarea, cuando el cerebro se concentra durante mucho tiempo en una tarea incrementa considerablemente su actividad neuronal. La ciencia aconseja programar descansos periódicos de cinco minutos cada hora de trabajo.
Sin embargo, debes prestar tanta atención al tiempo de descanso como al de trabajo. Tras un par de horas con el foco puesto en la tarea, tus redes sociales y mensajes cobrarán un especial atractivo y cada vez te resultará más complicado resistirte a la tentación de un vistazo rápido. Esos cinco minutos se puede convertir sin darte cuenta en una hora.
Crea una lista de prioridades. Antes de comenzar la jornada, elabora una lista de tareas ordenada por prioridad o, si tienes tendencia a procrastinar, alterna tareas de distinta intensidad a lo largo de la jornada.
Esto te ayudará a planificar tu jornada para ir haciendo solo una tarea a la vez, en lugar de combinarlas e irlas dejando sin concluir. Terminas una, descansa y vuelve al trabajo con la siguiente tarea de la lista. Si no tienes el hábito de crear una lista de tareas antes de comenzar tu jornada, tal vez es hora de comenzar a adquirirlo.
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