Esta fiesta del consumismo que es Black Friday existe porque aparentemente las ofertas son interesantes, los precios de los productos bajan con respecto a un día normal, y es el momento ideal para comprar aquello que llevas tiempo persiguiendo, o a veces, comprar algo que no te hace falta pero te lo ofrecen por una cantidad bastante rebajada.
Si nos ponen por delante una tele coreana que normalmente cuesta 800 euros, con un descuento del 40%, podemos entender que es fácil picar, pero el comportamiento humano es extraño, y en ocasiones nos gusta pagar más de la cuenta por un cachivache. El caso que lo demuestra es el de un juego de mesa, ‘Cartas Contra la Humanidad’.
En alguna ocasión os hemos hablado sobre este juego, pero es justo sacarlo en este día señalado, que es cuando sus macabros creadores hicieron bastante caja vendiéndolo más caro de lo habitual. Miento, no vendían nada productivo, nos sacaban el dinero de una forma impresionante. Y el ser humano compraba.
Nos tenemos que remontar al Black Friday de 2013 para ver como sus creadores lo vendían a un precio superior al habitual, sin que nadie pareciera darse cuenta. Al siguiente fue peor, quitaron el juego de la circulación para ofrecer a cambio una mierda, de toro, seca. 30.000 personas compraron esa cajita, hablamos de 150.000 euros de ingresos en media hora.
Decidieron que el dinero recaudado quedara a la vista del gran público, y cada uno de los socios tenía que decir en qué se lo han gastado - muchas consolas de videojuegos -. Afortunadamente gran parte de la recaudación iba a parar a donaciones y buenas causas, como ayuda humanitaria.
¿Quién va a querer comprar esto? Son unas cartas caras sin ilustración que gratuitamente podemos imprimir - la propia web te indica cómo -, y ellos mismos te muestran críticas negativas sobre el juego. Pero la realidad es que en Amazon sigue siendo un juego muy vendido - top en la sección juguetes -, y en la filial española se puede encontrar desde 21 euros. Las expansiones se pagan aparte.
¿Qué es ‘Cards Against Humanity’?
Para el que quiera ahondar en el juego de cartas, comentar que nació en Kickstarter casi como una broma - entretenimiento de instituto -, y ahora tiene millones de jugadores alrededor del planeta, con muchas ganas de reírse de todo.
Cuando digo ‘todo’, digo barbaridades, y es que primero hay que entender el mecanismo para apreciar hasta donde puede llegar la mente humana. En este invento de Max Temkin y siete amigos hay dos tipos de cartas, como nos explican en Magnet:
Blancas, más de 400 con frases escritas en negro: nombres propios (“Hanna Montana", "Michael Jackson"), situaciones posibles ("ver Nickelodeon en pelotas") e imposibles ("masturbarse en una piscina de lágrimas infantiles"), ocurrencias surrealistas ("serpientes voladoras sexuales"), cosas, conceptos ("la agricultura", "morir de disentería")...
Negras, con el texto en blanco. En estas se hacen preguntas o plantean frases a medias: "El Oscar de la Academia es para...", "En esta nueva película de Disney Channel, Hanna Montana se enfrenta a ________________________ por primera vez".
Imagen: El muro de las recomendaciones
Conocidas las cartas, ahí va la mecánica:
1 - Antes de empezar la partida se reparten diez cartas blancas por jugador.
2 - El ganador del último turno comienza partida y es nombrado Zar. Si es la primera se hace un sorteo.
3 - El Zar elige una carta de pregunta, las negras, y la lee en voz alta.
4 - Los jugadores entregan una o dos de sus cartas de respuesta (blancas) al Zar.
5 - El Zar lee en voz alta cada una y elige la que más le gusta.
6 - El jugador con la mejor respuesta recibe un punto de victoria.
7 - Todos los participantes vuelven a coger cartas blancas hasta tener diez cartas de respuesta.
8 - El nuevo Zar es el jugador que se encuentra junto al antiguo Zar siguiendo la dirección de las agujas del reloj.
Los participantes compiten por dar la respuesta más absurda u ocurrente a preguntas aparentemente inocentes. Salen cosas como: "Hanna Montana se enfrenta a Bromas sobre el Holocausto en un momento inoportuno por primera vez”. Os podéis imaginar hasta donde se puede llegar, jugando con conceptos como terrorismo, esclavitud, o cáncer.
En definitiva, ‘Cartas Contra la Humanidad’ nos sirve para romper el tópico de que no nos gusta pagar por las cosas que se pueden obtener gratuitamente. El tiempo ha hablado a su favor y ya hay montones de traducciones y ampliaciones, destacando la que realizaron con Netflix y House of Cards.
Ver 24 comentarios