Es el sueño de algunos, que otros están convirtiendo en realidad con un ejercito de pequeños robots, incluso podemos hablar de un proceso rápido. Hablamos de utilizar impresoras 3D para crear la estructura de una casa o edificio, en lugar de seguir con la forma tradicional.
Como era de esperar, en China llevan trabajando en la idea a nivel industrial durante bastante tiempo. La compañía WinSun presume de contar con tecnología para montar diez casas en 24 horas, con un coste de 4.800 dólares por cada una de ellas.
La "tinta" sale de construcciones demolidas
Igual de interesante es conocer que para la elaboración de la estructura se utilizan materiales reciclados, más bien residuos de otras construcciones, desechados, como el cemento y otros residuos.
En China se generan millones de toneladas de material utilizable, sacado de construcciones que son demolidas. Hasta ahora se estaban utilizando un 5% de ellos, muy lejos de lo que consiguen los japoneses, que rozan el 95%. La cifra podría cambiar si este nuevo sistema explota.
La compañía utiliza cuatro impresoras 3D de gran tamaño para poder llegar a cubrir con garantías las proporciones de la casa. Hablamos de cubrir un espacio de seis metros de alto, por diez metros de ancho y cuarenta de largo. Como podéis comprobar, crear casas con una única habitación (que se pueden unir para formar construcciones más complejas).
Una vez demostradas las posibilidades, los dirigentes de la compañía quieren montar 100 fábricas a lo largo de China para refinar materiales y conseguir más materia prima para la construcción.
El problema más grande - que intentan resolver con Minibuilders - es que las impresoras siempre tienen que ser más grandes que el objeto a reproducir. Por esto también se plantean construir simplemente paredes que puedan ser desplazadas a donde haga falta.
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