Israel ya tiene su sistema de defensa láser. El Escudo de Luz mantiene una potencia de 100 kW a 10 kilómetros para freír drones y misiles

  • El sistema de defensa láser de Israel tiene una potencia de 100 kW a una distancia de 10 km

  • Estados Unidos ha aportado 1.200 millones de dólares en su desarrollo

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La humanidad lleva años intentando crear armas láser. En la Guerra Fría, la URSS experimentó con pistolas láser en proyectos secretos, pero puede que la tecnología no estuviera lista. Sin embargo, estos últimos años hemos visto la proliferación de armamento que ya no es sólo experimental, sino que se está probando en el campo de batalla. ¿Ejemplos? El BlueHalo Locust de Estados Unidos, el cañón Zarira ruso, el DragonFire británico o el ‘Proyecto Star Wars’ surcoreano.

Quien también lleva una década desarrollando su cañón láser es Israel. Llamado Iron Beam y con un desarrollo de más de 1.000 millones de dólares, tiene a alguien muy interesado en el proyecto: Estados Unidos.

Cúpula de Hierro. Israel cuenta con uno de los mejores sistemas de interceptación de misiles en la actualidad. La Cúpula de Hierro, o Iron Dome, es un sistema de defensa aérea que cuenta con misiles tierra-aire diseñados para interceptar cohetes, misiles y aeronaves. Tiene varias capas con misiles de corto y largo alcance y, desplegado en 2011, ha tenido algunas actualizaciones para mejorar el rango de sus misiles.

Diseñado y fabricado por las empresas israelíes Sistemas de Defensa Avanzados Rafael e Industrias aeroespaciales de Israel, alguien muy interesado en el sistema es Estados Unidos, que en varias ocasiones ha contribuido con tecnología y miles de millones de dólares. El sistema ha probado su eficacia en varias ocasiones, siendo una prueba de fuego el ataque desde Irán con 170 drones, más de 120 misiles balísticos y más de 30 misiles de crucero. Según Israel, la Cúpula de Hierro interceptó el 99% de las amenazas entrantes.

Escudo de Luz. Sin embargo, pocos años después de que el Iron Dome empezara a funcionar, Israel ya se interesó en los sistemas de destrucción de misiles y drones mediante armas láser. Presentaron sus planes en 2014 con un concepto de Iron Bean y, con el paso de los años, han ido realizando mejoras en la tecnología e implementándolo como parte de la Cúpula de Hierro en fase experimental.

En principio, se esperaba que el sistema fuera móvil para poder desplegarlo en cualquier lugar, pero debido a la complejidad del arma, a su peso y a la necesidad de una potente fuente de energía, el sistema se volvió fijo. El ‘Escudo de Luz’ entró en fase de pruebas de campo en 2017 con a un sistema de demostración formado por dos sistemas HEL (láseres de alta energía), un radar de defensa aérea y los operarios.

Cargador -casi- ilimitado. En 2023 afirmaron que el láser era capaz de mantener una potencia de 100 kW similar al diámetro de una moneda a una distancia de 10 kilómetros y también se anunciaron pruebas exitosas al derribar drones, cohetes, bombas de mortero y misiles antitanque.

Y uno de los problemas que solventará este escudo láser es el de la munición. James Black es director adjunto del centro de análisis RAND Europe y afirma que "gran parte del interés por las armas láser surgen de la profundidad de cargador que son capaces de ofrecer. No es del todo infinita porque las piezas y los suministros de energía no duran para siempre, pero ofrecen un cargador muy profundo en comparación con las baterías de misiles".

En este vídeo podemos ver cómo funciona:

Cuestión de dinero. Además de que es más complejo recargar una lanzadera de misiles que, al parecer, las armas láser, entra en juego el dinero. Esto es algo crucial en cada conflicto, pero en el caso de la guerra que se libra en el territorio de Israel, Gaza e Irán, es aún más crucial. Se estima que un misil interceptor lanzado por el Iron Dome cuesta entre 40.000 y 50.000 dólares; entre 100.000 y 150.000 dólares si es uno de los más avanzados. Es algo difícil de imaginar al estar fuera del mundo de las finanzas militares, pero sí podemos hacernos una idea si los comparamos con misiles de los enemigos de Israel.

Por ejemplo, en el conflicto de la Franja de Gaza, Hamás ha utilizado cohetes Qassam de fabricación casera. Son ensamblados a partir de tubos industriales y explosivos, con un coste estimado de 1.000 dólares cada uno. Como comparación, cada disparo del arma láser costaría sólo dos dólares. El DragonFire británico, por ejemplo, tiene un costo de 11 euros por disparo.

Daños colaterales. Es triste tener que hablar de ventajas de armas, pero en un mundo en el que están lejos de dejar de existir, la precisión de un arma láser puede ser una ventaja de cara… a los civiles. En lanzamiento de misiles defensivos, hay una probabilidad de fallo. Puede que pierda el objetivo, que se desvíe por cualquier motivo o que falle la propulsión. Si eso pasa, es probable que el misil defensivo defectuoso caiga sobre una zona poblada, algo que no ocurre con un haz de luz.

Evolución a la velocidad de la luz. Pese a los miles de millones invertidos desde hace varias décadas en estos sistemas láser, cuando hace unos pocos años se empezaron a implementar en el campo de batalla en plataformas y vehículos, algunos soldados indicaron que "había disparidades significativas entre los resultados de laboratorio y las pruebas de campo y el despliegue táctico real". Sin embargo, con el sistema LOCUST de BlueHalo que empezó a usarse en operaciones en 2022, las opiniones son más positivas.

Jonathan Moneymaker es el director ejecutivo de BlueHalo y afirma que algo esencial en las armas láser es el software y la inteligencia artificial. El sistema de control no sólo apunta el láser, sino que lo hace de la manera más eficiente, siguiendo al objetivo y calculando los puntos débiles en un dron (en este caso) para causar el mayor daño posible. MoneyMaker comenta que "si tiene rotores, nuestro sistema sabe dónde están y apunta automáticamente".

EEUU tiene un ojo puesto. Aunque Estados Unidos tiene, al menos, 31 iniciativas de desarrollo de sistemas de energía dirigida y lleva unos 3.000 millones gastados en el programa estos tres últimos años, está pendiente de los avances de Israel con el Iron Beam. El motivo es que Israel, por las condiciones del conflicto, emplearía con regularidad el sistema para derribar objetivos.

Mark Neice, director ejecutivo de Directed energy Consultants, cree que, aunque Israel no es el país más avanzado en desarrollo de láseres, el despliegue de Iron Beam proporcionará datos esenciales sobre los aspectos prácticos y técnicos en el mundo real. Esto incluye reparaciones, mantenimiento y la cadena de suministro para mantener los láseres en funcionamiento. "Se puede suponer que se trata de una capacidad que estarían ansiosos por utilizar y que compartirían datos de uso con Estados Unidos", afirma Neice. ¿Por qué lo compartirían? Porque este año, EE.UU. les dio 1.200 millones para el desarrollo de Iron Beam.

2025. Pese a lo prometedor de la tecnología, hay algunos inconvenientes. Dos de los más importantes son la fuente de energía necesaria para garantizar los disparos a la potencia necesaria y, además, el mantenimiento del propio sistema. No es tan fácil como desmontar las armas convencionales, ya que el armamento láser está compuesto por dispositivos que deben ser examinados por especialistas y, en ocasiones, se necesita una sala limpia para esas labores de inspección.

Nir Weingold es el Jefe de la Administración Israelí para el Desarrollo de Armas e Infraestructura Tecnológica y comentó en enero de este año que "el Iron Beam se instalará en el Iron Dome. Luego se decidirá si utilizar el láser o un misil para derribar la amenaza". Sobre la fecha de instalación, el coronel considera que "estará operativo a finales de 2025".

Imágenes | Rafael

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