Es posible que a muchos el nombre de Charles F. Feeney (Chuck) no les suene de nada, pero es más que probable que todos hayamos paseado por los pasillos de sus tiendas curioseando mientras esperábamos a embarcar en nuestro vuelo.
Chuck Feeney, fallecido en noviembre de 2023 a los 92 años, ocultó durante décadas una historia de filantropía que sirvió de inspiración para que Bill Gates creara su fundación y que, algo más tarde, se uniera a Warren Buffett en su proyecto The Giving Pledge para animar a otros millonarios a donar gran parte de su fortuna a fines filantrópicos.
El secreto de Chuck Feeney: no era millonario
La historia de Chuck Feeney es la de un joven que recién graduado tuvo que luchar en la Guerra de Corea. Gracias a un programa de veteranos de guerra, Feeney pudo continuar sus estudios graduándose en gestión hotelera en la Universidad de Cornell. En aquellos años, un nuevo modelo de negocio empezaba a despuntar con fuerza: las compras libres de impuestos para viajeros que estaban abandonando el país.
Así comienza su primera aventura empresarial junto a Warren Miller, un compañero de estudios, con una tienda en el aeropuerto de Shannon, en Irlanda. El negocio prospera rápidamente y deciden abrir nuevas tiendas en Asia que vendía licores libres de impuestos a militares estadounidenses desplegados allí, fundando la Duty Free Shoppers Group, con la que expandirían la marca a otros aeropuertos como el de Hong Kong y Honolulu.
Feeney entró en la lista Forbes 400 de los estadounidenses más ricos en 1988, con una fortuna estimada de 1.300 millones, según publica la propia revista. En 1996, la firma de productos LVMH, propiedad del hoy segundo hombre más rico del mundo Bernard Arnault, hizo una oferta de 3.000 millones por la compra de Duty Free Shoppers Group. Eso fue el detonante que hizo saltar el secreto de Chuck Feeney: en realidad, él no era el propietario de la empresa.
La supuesta participación de Chuck Feeney en Duty Free Shoppers Group era del 38,75% de sus acciones. Sin embargo, el fundador había transferido en secreto esas acciones a la firma de inversiones The Atlantic Philanthropies, una sociedad filantrópica que había fundado el propio Feeney, que se encargaba de invertir de forma anónima todo su capital para apoyar proyectos filantrópicos en atención sanitaria y educativa.
Es decir, pese a que se le atribuía una fortuna de más de 3.200 millones de dólares, en realidad, Chuck Feeney no era millonario y, según testimonios de quienes le conocieron, llevó una vida bastante austera junto a su esposa en un apartamento alquilado. Según Forbes, durante toda su vida donó más de 8.000 millones de dólares en proyectos filantrópicos.
Fuente de inspiración para Bill Gates y Warren Buffett
En una carta en memoria de Chuck Feeney, Bill Gates calificaba al filántropo fundador de los Duty Free como uno de sus héroes personales, y fuente de inspiración para la Fundación Bill y Melinda Gates y para el proyecto de filantropía The Giving Pledge, que busca el compromiso para que otros millonarios donen gran parte de su fortuna.
En su carta, Gates explica que conoció a Feeney cuando él y Warren Buffett comenzaban a pensar en cómo enfocar The Giving Pledge. El millonario cuenta que su historia le impactó y desde entonces tuvo claro que la forma de sacar adelante el proyecto era siguiendo el ejemplo de Chuck Feeney. “Chuck fue una piedra angular en términos de inspiración para Giving Pledge” declaró Warren Buffett a Forbes.
Tal y como el propio fundador de Duty Free expresara cuando se unió a The Giving Pledge: “No puedo pensar en un uso más apropiado y gratificante de la riqueza que dar mientras uno está vivo: dedicarse personalmente a esfuerzos significativos para mejorar la condición humana”.
El “no millonario” fundador de Duty Free también influyó en Bill Gates y Warren Buffett en lo personal. Feeney usaba un reloj de 15 dólares y usaba bolsas para llevar sus documentos en lugar de caros maletines. El ejemplo de austeridad enseñó a los dos millonarios a priorizar en los gastos que realmente importaban y dejar a un lado los lujos absurdos. Hoy, tanto Bill Gates como Warren Buffett, son famosos por sus gustos sencillos.
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Imagen | Wikimedia Commons (Comercio Internacional de EE. UU, Lukasz Kobus), The Atlantic Philanthropies
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