El libro del Génesis (1:28) lo dejó claro. "Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla". La humanidad cumplió, y aunque fue algo lenta en el proceso, luego la cosa explotó. Hasta ahora.
200 años de explosión demográfica. Se estima que en el mundo había unas 300 millones de personas cuando nació Jesucristo. Tardamos 1.800 años en alcanzar los 1.000 millones de habitantes en todo el mundo, pero a partir de ahí la cosa se aceleró (mucho).
Hoy Naciones Unidas ha declarado este 15 de noviembre de 2022 como el "Día de los 8.000 millones". Seremos aún más próximamente, sin duda, pero los tiempos de ese crecimiento desaforado que ha añadido 7.000 millones de personas en los últimos dos siglos parece que tocan a su fin.
Jamás creceremos tan rápido como en los últimos 12 años. Es lo que hemos tardado en pasar de los 7.000 a los 8.000 millones de habitantes en la Tierra. Un ritmo frenético que no obstante comienza ya a decelerar: las estimaciones de Naciones Unidas indican que tardaremos unos 15 años en alcanzar los 9.000 millones de habitantes, pero no está tan claro que lleguemos a los 10.000 millones. Si lo hacemos y los superamos, no será por mucho según las proyecciones actuales. A partir de ahí, caeremos.
Previsiones que pueden cambiar. El modelo de Naciones Unidas se basa esencialmente en las tasas de fertilidad, de migración y de mortalidad. En esos factores influye de forma clara la evolución de nuestro mundo: la población mundial se está haciendo urbana a marchas forzadas (en 2050 el 66% de la población vivirá en ciudades, dicen las previsiones), pero eventos como la pandemia puede que hagan que esas estimaciones se desvíen.
Tasas de natalidad a la baja. Lo cierto es que aquí hay también un gran cambio cultural: los futuros padres quieren tener dos niños "de media", y las familias numerosas de antes en España (cuatro o más hijos) no son las de ahora (en 1994 pasó a ser de tres o más hijos). La caída de la natalidad es notable en los últimos años en todo el mundo, y especialmente pronunciada en Asia y el norte de África.
Al cole. No solo eso: que cada vez haya más niños y sobre todo niñas en el colegio y estudiando es según un estudio de hace una década en Science el factor esencial de la caída de la tasa de natalidad. Los movimientos migratorios también influyen, especialmente en países desarrollados, pero ni siquiera eso parece que hará que las previsiones cambien de forma notable.
¿Hay comida para tantos? Patrick Gerland, responsable de estas estimaciones en Naciones Unidas, explicaba en National Geographic cómo "hasta ahora la experiencia general es que el mundo ha tenido éxito a la hora de adaptarse y encontrar soluciones a nuestros problemas. Creo que necesitamos ser algo optimistas". Aún así, destaca que "no hacer nada no es una opción" y la humanidad debe actuar para luchar contra amenazas como el cambio climático.
Espera, China ya no es el país más poblado. Esa evolución demográfica también ha dado sorpresas recientes, como la del "sorpasso demográfico" que ha hecho que China haya dejado de ser el país más poblado del mundo. Ahora lo es India (o lo será en pocos meses). Es difícil calcularlo, porque los censos en algunas regiones de nuestro planeta van con retraso o son imprecisos.
Los chinos (e indios) se hacen mayores. Asia, eso sí, empieza a envejecer (bueno, como el resto del mundo), y el gran motor del crecimiento demográfico está según Naciones Unidas en África. La edad media de Nigeria es de 17 años, menos de la mitad de China. A pesar de la pobreza extrema que sufre una tercera parte de la población, se prevé que los 216 millones de habitantes actuales de Nigeria podrían convertirse en más de 800 millones para el fin de siglo. Y sin embargo...
La explosión demográfica toca a su fin. Todos los modelos revelan que lo ocurrido en los últimos dos siglos no se repetirá. Las Naciones Unidas sitúan actualmente el tope en 10.400 millones de personas. El International Institute for Applied Systems Analysis de Viena indicó en 2018 que la población crecerá hasta los 9.700 millones en 2070 y caerá a 9.000 millones cuando acabe el siglo.
Por su parte, el Institute for Health Metrics de Seattle predice 9.700 millones también en 2064, pero la caída según ellos será más pronunciada y en 2100 la población será de 8.800 millones o menos. La conclusión es clara: seguiremos creciendo las próximas cuatro décadas, pero a partir de entonces lo más probable es que la población humana comience a descender, algo inaudito en la historia de nuestro planeta.
Imagen: Chuttersnap
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