España se enfrenta a un dilema demográfico y financiero de difícil resolución. Por un lado, la pirámide poblacional se acerca al final del proceso de inversión, por lo que unos años predominará una población envejecida que cobrará una pensión de jubilación por la que han estado cotizando toda su vida.
Por otro lado, las tablas de natalidad del INE presentan un escenario desolador, que hace prever un empeoramiento de la tasa de dependencia se sitúe por encima de la media europea, según estimaciones de la Unión Europea y el último informe anual del Banco de España. Desde 2008, la caída en la natalidad ha sido del 38%. La única solución que le queda a España, es atraer a extranjeros para estimular el crecimiento demográfico y mantener la demanda del mercado laboral, tal y como apuntan desde el diario El Correo.
Los datos de empleo ya reflejan esa tendencia. Los últimos datos oficiales de afiliación a la Seguridad Social indican que los trabajadores extranjeros son cada vez más esenciales para el mercado laboral de España. Según el gobernador del Banco de España en la presentación de la última memoria de la entidad, España necesitaría unos 25 millones de inmigrantes para cubrir las necesidades del mercado laboral y el sistema de pensiones.
El número de trabajadores españoles creció a un ritmo del 1,8% durante la primera mitad del año, mientras que el de trabajadores extranjeros lo hizo en un 8,63%. Esta diferencia significativa resalta la creciente dependencia de la mano de obra inmigrante, que ahora representa el 13,6% de la fuerza laboral total en España. En términos porcentuales, eso implica un incremento de 0,8 puntos con respecto a 2023.
Cuatro de cada diez empleos lo ha cubierto un inmigrante. Los datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones revelan que, de enero a junio de 2024, el 40% de los nuevos empleos fueron ocupados por extranjeros. Según datos de la Encuesta de Población Activa del cuarto trimestre de 2023, en su conjunto, los trabajadores extranjeros y aquellos empleados con doble nacionalidad, ahora constituyen una quinta parte del total de la población activa en España, que incluye tanto a las personas empleadas como a las que se encuentran en situación de búsqueda de empleo.
Tirando del carro del nuevo empleo. Los datos de junio de 2024 indican que habían 21,39 millones de trabajadores afiliados a la Seguridad Social en España, de los cuales 18,49 millones eran españoles y 2,9 millones eran extranjeros. Esta proporción se ha duplicado durante la última década, lo que resalta una tendencia al alza en la fuerza laboral extranjera.
La primera mitad de 2024 fue positiva para el mercado laboral español, con la creación de 556.879 nuevos empleos, continuando la tendencia de creación de empleo de los dos últimos años, con 523.419 empleo registrado en 2022 y 573.669 en 2023.
Cabe destacar que los empleados extranjeros cubrieron el 41,3% de estos nuevos empleos, lo cual es una proporción significativa, considerando que representan solo el 13,6% de todos los afiliados.
La precariedad femenina no entiende de nacionalidades. El informe de la Seguridad Social muestra cómo las mujeres extranjeras han registrado un incremento del 9,3% en el empleo durante el primer semestre, en comparación con el 8,1% para los hombres extranjeros y un 1,9% para las mujeres españolas.
Pese a este repunte en el empleo, las mujeres extranjeras ganan significativamente menos, con un ingreso bruto promedio de 13.401 euros en 2022, que es 3.500 euros menos que el promedio de los trabajadores extranjeros y sustancialmente más bajo que el promedio de los trabajadores españoles, que es de 26.488 euros para los hombres y 21.033 euros para las mujeres, según datos publicados por El País.
Más población, más empleo. según datos de la última Estadística Continua de Población publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la población española ha crecido en 67.367 personas durante el segundo trimestre de 2024 y se situó en 48.797.875 habitantes a 1 de julio de 2024. Ese crecimiento poblacional no se ha producido por un incremento en el número de nacimiento, sino que ha sido fruto de la llegada de personas nacidas en el extranjero.
Según los datos de población, el número de personas nacidas en España disminuyó en 21.680 personas, alcanzando un total de 39.761.459. En cambio, la población nacida en otros países aumentó en 89.047 personas, alcanzando así los 9.036.416 habitantes. Esto significa que los nacidos en otros países representan ya el 18,5 % de la población total de España. Este fenómeno se debe, en buena parte, a los procesos administrativos de adquisición de nacionalidad española, que afectan a los extranjeros que ya residen en el país.
Los datos de población y empleo coinciden. Las principales nacionalidades de los inmigrantes que llegaron a España durante el segundo trimestre de 2024 fueron la colombiana, con 36.900 nuevas llegadas; la marroquí, con 25.100 y la venezolana, con 21.400 personas. Destaca también el retorno de 20.600 personas que ya tenían la nacionalidad española pero residían fuera de España. Además, llegaron 15.200 peruanos, 10.300 italianos, 8.300 argentinos, 7.300 ucranianos, 6.400 hondureños y 5.500 paraguayos.
Si cruzamos estos datos con los de la afiliación a la Seguridad Social, las nacionalidades de los nuevos afiliados coinciden con las de los nuevos residentes en España.
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