Los empleados de Apple no volverán finalmente a las oficinas en septiembre. Pero el motivo, al menos el oficial, no es que los directivos hayan decidido ceder a las peticiones de mayor flexibilidad de sus trabajadores, sino el aumento de los casos de Covid de la variante Delta en Estados Unidos, según han contado varios miembros de la compañía de Cupertino, California, a Bloomberg.
La citada información señala que los dirigentes de Apple habrían decidido retrasar la vuelta a las oficinas como mínimo hasta octubre ante el aumento de contagios, pero nada más. Es decir, que por el momento mantienen el polémico plan de trabajo híbrido que ha hecho estallar el conflicto por la flexibilidad laboral en su seno: trabajo presencial al menos tres días a la semana -obligatoriamente lunes, martes y jueves- y la posibilidad teletrabajar el resto.
Esta información aparece tan sólo unos días después de que se conociese que la guerra interna de Apple ya tenía sus primeras víctimas: diez empleados que habrían dimitido debido a la poca flexibilidad laboral que les ofrecían los directivos. Además, otros, ante el descontento que manifestaban en distintos foros, como sus redes sociales, han advertido de que han recibido suculentas ofertas para marcharse a otras compañías.
Asimismo, este lunes el medio estadounidense Vox informaba de que los empleados habían enviado una segunda carta a los ejecutivos de Apple pidiéndoles que recapaciten. En la primera carta, enviada a principios de junio, los trabajadores ya advertían de que la estricta decisión de la dirección les estaba poniendo en la tesitura de elegir entre sus familias y sus carreras, una disyuntiva en la que los de Cupertino podrían no salir bien parados, en especial si tenemos en cuenta la cruenta guerra por el talento que hay entre las grandes tecnológicas.
El conflicto empezó en junio
El conflicto entre empleados y directivos de Apple por la flexibilidad laboral comenzó el pasado junio, cuando Tim Cook, CEO de la compañía, informó de que la mayor parte de su plantilla volvería a la oficina en septiembre con un modelo híbrido de tres días obligatorios y preestablecidos por los jefes, sin tener en cuenta las preferencias de los trabajadores. Aquellas medidas no gustaron a muchos de los profesionales de la tecnológica de Cupertino, que demandaron en una primera carta mayor flexibilidad y se quejaron de la desconexión de la dirección con sus subalternos.
Apple respondió a esa carta con un vídeo interno en el que Deirdre O’Brien, un importante directivo de la compañía, defendía que la colaboración presencial ha sido la que ha permitido a Apple convertirse en la poderosa empresa que es ahora, motivo por el que querían seguir basando su trabajo en las oficinas.
El vídeo no hizo sino encender aún más las quejas de los empleados que demandaban mayor flexibilidad, y habría sido el detonante de que algunos trabajadores ya hayan dimitido y otros estén estudiando las ofertas que otras tecnológicas les han hecho llegar.
Ahora, el anuncio del retraso de la vuelta a las oficinas hasta octubre por el coronavirus da algo de margen a las partes para seguir negociando. Está por ver si los directivos de Apple, después de las primeras pérdidas, deciden ceder un poco en sus posiciones o se mantienen firmes en ellas a pesar de la fuga de talento que está empezando a provocar.
Imagen | iphonedigital
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