Conocemos más a Xiaomi por sus móviles, pero hace mucho ya que la empresa diversifica sus esfuerzos y ha atacado otros segmentos del mercado de la electrónica de consumo. Entre ellos está el de los relojes inteligentes, en el que ahora refuerzan su catálogo con el nuevo Amazfit Stratos+.
Este smartwatch mantiene buena parte de las prestaciones de su predecesor, pero añade mejoras sobre todo en diseño con una pantalla curva 2.5D "de zafiro" y una correa de piel. En lo demás el Stratos+ mantiene su apuesta como reloj inteligente muy orientado a deportistas a los que les gusta variar de disciplina.
Amazfit Stratos+: especificaciones técnicas
Las especificaciones del este dispositivo coinciden con las de su primera versión, de modo que tenemos la misma pantalla de 1,34 pulgadas que esta vez cuenta con un cristal protector "de zafiro" según el fabricante que mejora la resistencia del cristal templado de la versión anterior.
AMAZFIT STRATOS+ | Características |
---|---|
PANTALLA | Capacitiva LCD táctil de 1,34 pulgadas (320 x 300 puntos) |
MICROPROCESADOR | Ingenic M200S dual-core 1,2 GHz |
MEMORIA PRINCIPAL | 512 MB |
ALMACENAMIENTO | 4 GB (aproximadamente 2 GB de espacio para usuario) |
CONECTIVIDAD INALÁMBRICA | Bluetooth 4.0 BLE, WiFi 802.11n |
SISTEMA OPERATIVO | Propietario basado en Android |
CAJA | Fabricada en metal, plástico y cerámica |
CORREA | 22 mm intercambiables (incluye una en piel y una deportiva de silicona) |
GEOPOSICIONAMIENTO | Sí, mediante GPS y GLONASS |
SENSORES | Acelerómetro, giroscopio, magnetómetro, sensor óptico para medición del ritmo cardiaco (PPG) y VO2Max, medición de luz ambiental y barómetro |
BOTONES | Tres botones con accesos directos mediante pulsaciones corta y larga |
RESISTENCIA AL AGUA | Hasta 5 ATM, hasta 50 m de profundidad |
REQUISITOS | Smartphones con Android 4.4 o superior, o iOS 9.0 o superior |
BATERÍA | 290 mAh |
TIEMPO DE CARGA | <= 2 horas |
PUERTO DE CARGA | Base de carga |
DIMENSIONES | n.d. (correas de 22 mm) |
SONIDO | No (notificaciones por vibración) |
PESO | 60 g (sin la correa) |
PRECIO | n.d. |
En esa hoja de especificaciones nos encontramos de nuevo con el procesador dual-core Ingenic M200S que permite gobernar todas las funciones del reloj. En el informe de producto del procesador (PDF) no se indica un dato clave, su tecnología de fabricación, pero fuentes externas señalan que es un diseño basado en MIPS y fabricado en tecnología de 40 nm.
Este último dato sorprende ahora que nos movemos con nodos de fabricación mucho más avanzados (el Snapdragon Wear 2100 está fabricado en 28 nm), pero aún así esta CPU demuestra no tener problemas para lograr una eficiencia sorprendente, y de hecho su batería, como veremos más adelante, es uno de los claros puntos fuertes de este modelo.
El diseño se refuerza
Aunque no se indica de forma clara en el producto, en realidad es Xiaomi la empresa detrás de este desarrollo. Su división Huami, ya conocida por otros cuantificadores personales y relojes inteligentes, es la responsable directa del Amazfit Stratos+.
El nuevo modelo es una versión ligeramente mejorada de su predecesor, y de hecho las diferencias son esencialmente externas: contamos con un cristal protector en el que además de la curvatura 2.5D contamos con el uso del zafiro —no conocemos la proporción— en dicha capa exterior. La diagonal mide 46 mm, lo que deja claro que se trata de un reloj "grandote" (y grueso) que tiene un peso de 60 gramos con la correa de piel.
El otro elemento diferencial es la correa de piel incluida en este reloj. El Amazfit Stratos contaba únicamente con una correa de silicona, pero este modelo llega por defecto con esta correa de piel aunque también incluye la correa de silicona si preferimos usarla por ejemplo para sesiones deportivas. Las correas incluidas hacen uso de un sencillo sistema de anclaje y desanclaje, y son de 22 mm de anchura.
Por lo demás el diseño es idéntico al Stratos: la caja imita la textura de la fibra de carbono, pero está realizada en cerámica con algún elemento en metal. Por ejemplo los tres botones, hechos con acero inoxidable.
El diseño circular del reloj cuenta con una pantalla de 1,34 pulgadas y resolución de 320x300 píxeles que está "recortada" en la parte inferior. Ese recorte nos recuerda a los "viejos" Moto 360, y hace que la interfaz efectivamente no pueda aprovechar la parte inferior del círculo. No es algo que se note especialmente, y en nuestro caso nos acostumbramos rápidamente a no contar con una pantalla totalmente circular.
En la parte posterior encontramos el sensor óptico que permite obtener el ritmo cardiaco mediante la técnica de fotopletismografía (PPG) común entre los dispositivos cuantificadores de este tipo. Además tenemos los cuatro pines de carga del reloj, que hace uso de una cuna de carga externa que se conecta a un puerto USB tradicional para ese proceso.
La conexión a e esa cuna de carga es curiosa porque no basta con "posar" el reloj sobre ella: el contacto no es completo hasta que no encajamos el reloj a la cuna por completo, algo que hace que haya un pequeño "clac" que efectivamente permite confirmar que el reloj está bien conectado a la cuna. Esa cuna no solo sirve para cargar el reloj, sino para conectarlo al PC y poder, por ejemplo, transferir música a la memoria interna.
Una pantalla sin brillo, un reloj con mucha autonomía
En otros relojes las pantallas AMOLED han mostrado demostrar su eficiencia y sus buenas prestaciones a la hora de ofrecer una visualización fantástica de todas las opciones del reloj, pero la pantalla del Amazfit Stratos+ se nos ha quedado algo corta en un apartado fundamental: el brillo.
La tecnología capacitiva de esta pantalla LCD hace que el brillo sea reducido incluso al ponerlo al nivel máximo (5 niveles preestablecidos), aunque el efecto se nota especialmente en interiores.
En exteriores la visibilidad mejora algo, pero en todos los casos nos hemos encontrado con una pantalla "gris" en su representación visual por esa forma "apagada" de mostrarlo todo.
Es probablemente una de las mayores pegas a la hora de echar un vistazo rápido a los datos que ofrece el reloj: en las sesiones deportivas con las que lo he probado me he encontrado con esa pantalla algo oscura, con una detección del brillo automático que no me convencía. Acababa siempre estableciendo el nivel máximo de brillo, pero ni aún así he quedado satisfecho con el resultado.
Probablemente esa falta de brillo sea uno de los elementos clave de la eficiencia de este reloj, que cuenta con una batería muy discreta (290 mAh cuando algunos competidores se acercan a los 500 mAh) pero que aún así logra alargar su vida útil de forma sorprendente.
Los responsables de Huami aseguran que es capaz de aguantar 5 días sin problemas, y nosotros hemos comprobado que aunque la cifra es algo optimista, sí se sitúa en esa línea: incluso realizando sesiones deportivas más o menos "intensivas" de un par de horas cada día, el reloj llegó a los cuatro días sin demasiados problemas.
Aquí sorprende de hecho lo que comentábamos en las especificaciones: el Ingenic M200S es un procesador que no parece especialmente avanzado en materia de eficiencia energética, pero la realidad es que su comportamiento en este aspecto ha sido excepcional. No es el procesador más rápido en este segmento y de hecho la interfaz no va todo lo suave que nos gustaría, pero al menos los beneficios en materia de autonomía son evidentes.
Software limitado en la usabilidad general
Uno de los apartados diferenciales de los relojes de Amazfit es la presencia de un sistema operativo propio derivado de Android (no de Wear OS, sino del sistema operativo para móviles) que Huami ha adaptado para poder gobernar todas las funciones del reloj.
El resultado es funcionalmente correcto, aunque el reloj es más un cuantificador que cualquier otra cosa. Al contrario que lo que plantean otras plataformas en las que el reloj tiene acceso a aplicaciones externas, en el Amazfit ese soporte es muy limitado.
El escritorio permite acceder a algunas miniaplicaciones al arrastrar la pantalla hacia la izquierda (cronómetro, alarmas, información meteorológica, reproductor de música), pero la personalización en este apartado es muy limitada, como también lo son las opciones.
Esa experiencia es diferente incluso en el control de la interfaz, que se puede realizar tanto a través de la pantalla táctil como a través de los tres botones del lateral.
Estos botones darán acceso a diferentes opciones según en qué parte de la interfaz nos encontremos, y la pulsación corta o larga de cualquiera de ellos permitirá por ejemplo desbloquear la pantalla, iniciar una actividad física (o pausarla, o pararla) o ir pasando de un "escritorio" a otro para ir navegando por las miniaplicaciones o las distintas pantallas que van presentando datos.
Podremos desde luego cambiar las esferas (watch faces) con las que personalizamos el aspecto del reloj principal que nos muestra la hora, pero aquí la riqueza de opciones es muy inferior a la que propone por ejemplo Wear OS, donde el catálogo de esferas disponibles es enorme. Afortunadamente, eso sí, es posible aprovechar el formato WFZ para estos diseños que podremos encontrar en catálogos de esferas en internet.
La navegación táctil deja algo que desear en cuanto a tiempos de respuesta y sensibilidad de la pantalla, y aquí la interfaz (que está en español) no es lo rápida o suave que uno podría esperar: el procesador probablemente tiene que ver, y aunque la experiencia no es mala, sí es sensiblemente peor que otros dispositivos de este segmento que hemos podido analizar.
También hay limitaciones en cuanto a la parte de la gestión de las notificaciones. No hay altavoz ni posibilidad de control por voz, y esas notificaciones aparecen con un aviso en pantalla y una vibración del reloj. El problema no es ese en realidad, sino el hecho de que las notificaciones se pueden ver individualmente solo cuando tenemos una o dos: a partir de ahí el sistema las agrupa, y para verlas el reloj nos redirige al teléfono.
Tampoco podremos contestar a esas notificaciones directamente desde el reloj de forma nativa. Hay formas de añadir esa opción, pero hacen necesario que conectemos el Stratos+ al PC e instalemos el paquete APK de AmazMod vía ADB (aunque hay instaladores automatizados en Windows) para tener acceso a esta y otras opciones avanzadas. Aunque es interesante contar con esa posibilidad, acceder a ella no es en absoluto trivial y limita las opciones de esta plataforma.
En cuanto a las miniaplicaciones disponibles, su funcionamiento es correcto aunque una vez más algo limitado. Ocure por ejemplo con el reproductor de núsica: podemos transferir canciones a través de la cuna de carga, pero a partir de ese momento solo podremos activar al reproducción secuencial o aleatoria, no pudiendo establecer listas de reproducción.
No hay soporte nativo para aplicaciones como Spotify o aplicaciones de podcasts, algo que puede ser un hándicap para usuarios acostumbrados a este tipo de opciones. Afortunadamente hay solución para esa ausencia de soporte nativo, ya que sí es posible controlar esa reproducción con aplicaciones externas activando esa opción desde la configuración de la aplicación Amazfit App en el móvil.
Este Stratos+ es para deportistas muy deportistas
Puede que la pantalla y la interfaz sean discretas, pero si hay un apartado en el que este reloj deportivo cumple es precisamente en cuando lo usamos para hacer deporte: su versatilidad y opciones son en este apartado destacables.
Para empezar, contamos con soporte para 16 tipo de actividades deportivas directamente disponibles en la selección del reloj: correr, caminar, ciclismo, natación en piscina, natación en aguas abiertas, cinta estática, spinning, elíptica, montañismo, senderismo, triatlón, esquí, tenis, fútbol, multideportes (por ejemplo para configurar el seguimiento de un duatlón), y saltar a la cuerda.
Cada una de ellas permite hacer el seguimiento de aspectos como la distancia recorrida, velocidades medias y máximas, calorías quemadas e incluso uno de los factores más interesantes para los deportistas "serios": el VO2máx o consumo máximo de oxígeno.
Como sucede con el ritmo cardiaco, este valor se mide con el sensor óptico y permite medir nuestro esfuerzo y ajustar los entrenamientos atendiendo a este valor. Para calcularlo se hace uso de un motor analítico licenciado por Firstbeat, y el dato se puede consultar a partir de ese momento en la pantalla del reloj (o del móvil) para poder ajustar esa intensidad del entrenamiento (en entrenamientos aeróbicos, eso sí) en cada momento.
La cantidad de datos que proporciona el reloj es notable, casi diríamos que exagerada. El seguimiento realizado no solo permite repasar entrenamientos pasados, sino que además se nos generan una serie de resúmenes semanales que pueden ser muy útiles para empezar cada semana con esa información de cara a afrontar los entrenamientos de los próximos días.
En esos entrenamientos -en los que podremos establecer objetivos y alertas- se nos ofrecerán todos esos datos agrupados de una forma visualmente clara y que desde luego deja claro que en este apartado la propuesta de Amazfit es muy relevante.
Aparte de las actividades específicas el reloj cuenta con un "Centro de Formación" desde el cual podremos configurar planes de entrenamiento para afrontar carreras de 5 km, 10 km, media maratón y maratón. En esos entrenamientos especializados en el ámbito de la carrera también hay otra función interesante, y es la de la "liebre", que podremos activar para saber si durante cualquier entrenamiento estamos yendo por debajo o por encima de nuestro ritmo anterior.
No somos triatletas y no hemos podido probar cómo funciona el reloj en este tipo de actividad —los botones del reloj permiten señalar el cambio de disciplina, por ejemplo— pero sí parece claro que el soporte de esas actividades y la resistencia al agua (hasta 5 atmósferas de presión o hasta 50 m de profundidad) lo hacen adecuado para este popular deporte, aunque no esté específicamente destinado a él.
En mis pruebas realicé una actividad deportiva no especialmente exigente a lo largo de una semana: jugué un par de partidos de pádel, salí a a caminar y a hacer carrera ligera y también di una vuelta corta en bici. En todas esas actividades fui alternando entre cada modo de entrenamiento, y en cada una de ellas los datos se ajustaban a esa actividad.
En pádel —la medí como tenis en realidad— se contabilizaron los golpes de derecha y de revés, y aquí tenemos la peculiaridad de que debemos colocarnos el reloj en la mano con la que sujetamos la pala. La información es interesante a nivel informativo, pero lo más relevante sigue siendo el dato sobre el consumo de calorías o la monitorización del ritmo cardiaco por ejemplo.
Con el resto de actividades sí que intervienen factores más directos como tiempos medios por kilómetro y ritmos al andar, correr o ir en bici, y en todo momento el seguimiento GPS permite que podamos no solo analizar esos recorridos sino incluso exportarlos a otras plataformas como Strava o Endomondo por ejemplo: trabaja con ficheros de rutas GPX que son desde hace tiempo uno de los estándares de facto en el mercado.
El soporte de deportes acuáticos es también destacable aunque no pudimos probarlo. Aquí lo que indica el fabricante es que al usar el reloj para hacer seguimiento de nuestras sesiones de natación se desactiva la interfaz táctil, y tendremos que operar el reloj con los botones físicos.
Además de ese seguimiento de actividades deportivas el Stratos+ puede monitorizar el sueño, como también hacía su predecesor. El informe generado permite conocer por ejemplo cuántas horas hemos estado en sueño profundo y cuántas en sueño ligero, así como las horas en las que detectó que nos dormimos y nos despertamos.
La información mostrada en el reloj es interesante, pero aquí tenemos como soporte fundamental la aplicación del móvil, Amazfit App, que nos permite consultar todos esos datos de forma aún más cómoda. La herramienta segmenta con claridad esos datos del apartado de configuración en el que podemos ajustar con comodidad (más que en el propio móvil) varios de los parámetros de configuración.
Xiaomi Amazfit Stratos+: la opinión y nota de Xataka
La propia evolución del mercado de los relojes inteligentes ha demostrado que sus funciones como relojes deportivos son cada vez más relevantes para sus usuarios. El Apple Watch lo ha confirmado en sus últimas ediciones, y lo mismo ha hecho Google con la plataforma Wear OS.
Con el Amazfit Stratos+ la apuesta también es evidente: este es un reloj eminentemente deportivo que pone todo el foco en diversos tipos de actividades y entrenamientos y que desde luego es una gran opción a la hora de recolectar datos sobre esas sesiones para luego analizar nuestro progreso.
Es una lástima que la pantalla no ofrezca mayor brillo y contraste para visualizar toda esa información de forma más clara, pero lo cierto es que a la hora de registrar esas sesiones el Stratos+ se comporta de manera notable, sobre todo por su versatilidad a la hora de registrar toda esa actividad, animarnos con herramientas que refuerzan entrenamientos y además nos ofrece métricas interesantes como el ritmo cardiaco o el VO2Max.
Es importante también destacar su batería, que incluso al utilizarlo en sesiones de entrenamiento variadas aguanta más de cuatro días sin problemas.
Eso, unido a las mejoras en el diseño con la correa de piel y esa buena construcción conforman un dispositivo que puede no ser el mejor para deportistas profesionales, pero sí puede ser una alternativa perfecta para aquellos que practican varios deportes de forma más o menos frecuente y quieren contar con un acompañante muy correcto en el seguimiento de esas actividades y la recolección de datos que permite plantear mejor esos entrenamientos y sacar el máximo partido de ellos.
7,75
A favor
- Diseño mejorado y con opción de correa deportiva o de piel
- Soporte de una gran variedad de actividades deportivas
- La autonomía de la batería es realmente notable
- Muchísima información y herramientas auxiliares para reforzar nuestros entrenamientos
En contra
- EL software es limitado salvo por sus funciones deportivas
- La pantalla es muy poco vistosa
- La interfaz no va especialmente suave
Este producto ha sido cedido para la prueba por parte de Xiaomi/Huami. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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