Algunos aún esbozamos una sonrisa recordando a la antigua Nokia, sobre todo ahora que muchos móviles intentan dar un golpetazo en la mesa con sensores de 48 megapíxeles sin conseguirlo. Aquí hemos comentado varias veces que más que los megapíxeles lo que importa es el tamaño del sensor, y el que casi se lleva el récord de momento es precisamente uno de aquella época, por eso hemos querido poner a prueba al Nokia Lumia 1020.
Hemos podido dar con un terminal completamente funcional (con un software que ya no recibe actualizaciones desde hace tiempo, claro) y pasearnos con él en modo turista, haciendo fotografías en todas las condiciones. El resultado tiene un poco de todo, y sorpresas también hay.
Poniéndonos en contexto: quién es el Nokia Lumia 1020, quién fue y qué significó
1/1,2 pulgadas. Ni 41, ni 48 ni 108, el número a batir es ése, el tamaño del sensor del Nokia 808 Pureview y el precio a pagar quizás se note más en espacio que en dinero, y si no que se lo digan a un móvil que fue precursor de todos esos módulos protuberantes de cámaras traseras con una gran joroba, casi dando más apariencia de cámara que de móvil.
El Nokia Lumia 1020 tenía un sensor algo menor, pero tampoco se quedaba muy atrás. 1/1,55 pulgadas y 40,1 megapíxeles quedaban tras la lente de este móvil, cuyo ADN aún integraba ese plástico Nokia que en nuestro recuerdo es indestructible (ahí estaba el Nokia 3310) y ya se encuadraba en la era Microsoft a nivel de software.
En su momento supuso un gran salto: no sólo disponía de un sensor muy superior a lo que integraban móviles coetáneos (hablando de tamaño, estaban por ejemplo las 1/3,2 pulgadas del Nexus 5 o las 1/3 pulgadas del iPhone 5s, que malas fotos tampoco hacían), si no que disponía de una app que permitía disparar ajustando manualmente la ISO, el enfoque, el balance de blancos, la exposición y la velocidad de obturación de una manera sencilla e intuitiva, además de dar opción al guardado en varios formatos.
Esto, por suerte, se normalizó con los años, aunque hoy en día aún vemos modos manuales sin alguna de estas opciones y muchos móviles (incluso de gama alta) en los que no podemos obtener el archivo RAW. No en vano, la marca comecializó un accesorio que hacía las veces de grip (para sujetar mejor el terminal) y de batería extra, pensando en su uso como cámara de fotos.
Puestos ya en perspectiva lo mejor es que dejemos a un lado los recuerdos y veamos de qué es capaz aún este dispositivo, cuyo sensor sigue siendo más grande y con más resolución que muchos móviles de gama alta actuales. Veamos qué fotografías es capaz de obtener un móvil de 2013 en 2019.
Una cámara por la que pasan los años, aunque no tanto como pensábamos
No sólo han pasado seis años, han pasado muchas más cosas hablando de móviles, hablando de fotografía. La única cámara ha dejado de ser algo actual (aunque ha costado), la triple es tendencia, lo son también los sensores de profundidad y es evidente el gran papel de la fotografía computacional. La venta de cámaras digitales ha caído frente al loco ascenso de la de smartphones, porque los "estándar" (y no los productos tan específicos como este Nokia o algo como el Panasonic Lumix CM1) ya hacen las veces de cámara en muchas ocasiones (¿recordáis el post sobre L'Espai Verd? Todo eran forografías hechas con el Huawei P30 Pro y no hubo dramas).
Con esta locura tras esos seis años, no es justo revisar las fotografías del Nokia Lumia 1020 con ojos actuales por mucho que fuese un avanzado a su tiempo, teniendo en cuenta que el tiempo también pasa por lo electrónico igual que pasa por nuestros órganos vitales. Y por eso no vemos tan mal las fotografías obtenidas por el Lumia 1020, de hecho en algunos tipos de disparo se conserva bastante bien incluso pensando en el resultado de móviles actuales.
El rango dinámico tiene mucho margen de mejora. Eso, junto a una neblina que suele acompañar la mayoría de disparos (acentuándose cuando disparamos con el sol de cara), pueden ser las características que más atrás quedan.
La exposición tampoco queda muy bien en general, encontrándonos una subexposición demasiado habitual y en ocasiones una interpretación incorrecta de iluminaciones y sombras. Los colores son realistas, aunque les falta algo de saturación.
Hay un par de aspectos que nos han sorprendido para bien: la fotografía nocturna y las macro. La primera no por sobresaliente, pero sí por aprobar con nota por no ser borrones llenos de ruido (como llegan a serlo las de móviles de gama media-baja actuales), y las macro pueden darnos resultados sorprendentes si el enfoque nos lo permite (o tirando de la app Lumia Camera para el disparo manual).
De hecho, gracias a esta app logramos sacar a relucir ese potencial para las macro dado que el enfoque automático es bastante errático, y no suele hacernos caso cuando nos colocamos cerca del objeto principal (sí en planos generales). La app de serie permite establecer alguno de los parámetros manualmente como la ISO o el balance de blancos, pero para ello hemos de entrar en los ajustes, bastante menos cómodo que con los populares aritos de la app Lumia Camera.
Otro del que nos podemos olvidar es del HDR. Es algo muy habitual en las apps de cámara actuales, pero no hay modo de alto rango dinámico en el Nokia Lumia 1020 (y le vendría de perlas). Tampoco hay modo noche, pero la verdad es que tratándose del caso tampoco es que el resultado en baja luz sea malo.
Os dejamos unas cuantas fotos hechas con este móvil, en distintas condiciones y usando tanto la app de serie como Lumia Camera.
Dato curioso: para extraer las fotografías del móvil hemos tirado de Dropbox, app que aún se encuentra disponible en la tienda de apps de Microsoft para Windows Phone. Quizás por la antigüedad del sistema el servicio de almacenamiento no registraba el móvil hasta que pasaron unas semanas, pudiéndonos "saltar" la limitación de dispositivos que tienen las cuentas básicas.
Una materia prima de calidad
Resulta bastante curioso ver cómo rinde un terminal que en su momento presentaba características poco imaginables para un smartphone. De hecho, si hoy en día la batería parece ser cierto techo a la hora de mejorar los equipos, era uno de los cuellos de botella para este teléfono que más bien resultó ser un smartphone a una cámara pegado.
Las fotografías quedan lejos de lo que vemos hoy en los buques insignia, también de móviles de otras gamas sobre todo a nivel de nitidez, exposición, rango dinámico y colorimetría. Pero las fotos nocturnas llegan a ser más nítidas y en conjunto más logradas que las que vemos en móviles actuales de gama media, y aunque en los planos generales pierde sobre todo por el rango dinámico, la exposición y el detalle las macro nos han sorprendido para bien, estando ahí también a la altura de un móvil contemporáneo.
Eso sí, el móvil se puede encontrar online por algo más de 200 euros. Un precio por el que encontramos propuestas muy válidas que, sin tener un sensor tan grande, nos darían un mejor resultado globalmente, aunque sólo sea para subir fotografías a redes sociales (y sobre todo, con un software actual).
Pero la premisa de este móvil es la que a muchos nos gustaría ver en los actuales o los venideros: que se priorice el tamaño del sensor y no tanto los megapíxeles. El Lumia 1020 fue un golpe en la mesa a ambos niveles, pero hoy en día pocos son los que aspiran a meter sensores más grandes y muchos los que presumen de 48 o más megapíxeles, aunque claro está se cuenta con muy poco espacio para integrarlos (algo que no era un problema para el móvil de la joroba).
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