El próximo mes de diciembre asistiremos a una nueva era en el Universo Star Wars, y millones de seguidores de la saga esperan como agua de mayo el estreno de la nueva entrega de "La Guerra de las Galaxias". Ya hemos podido comenzar a salivar con un impresionante tráiler, pero la maquinaria Disney -actual propietaria de los derechos- ha empezado a funcionar.
De hecho mañana sus responsables celebrarán lo que llaman el "Force Friday", un día en el que "la nueva generación de juguetes, coleccionables, libros y ropa" relacionada con la esta saga se pondrá a la venta en las tiendas. Pero si sois aficionados a la robótica y a Star Wars el juguete que os conquistará probablemente será el BB-8 de Sphero, el pequeño robot controlado por smartphone que imita a uno de los personajes robóticos de la nueva entrega.
La fuerza no acompaña al BB-8: lo hace la electricidad
En realidad el producto no es más que una personalización de la ya llamativa "bola robótica" que Sphero lleva tiempo comercializando y que permite que controlemos la velocidad y dirección en la que se mueve esa particular esfera por distintos terrenos. La compañía y Disney han unido fuerzas para aprovechar ese concepto que ya anunciaron que lanzarían antes de que se estrenase la película.
Como en dispositivos anteriores, el BB-8 se controla a través de un smartphone basado en iOS o Android (aunque entre las novedades está el soporte Bluetooth LE), pero con la llegada del BB-8 aparecen nuevos modos de conducción. En el modo Holographic Messaging se utilizará un sistema de realidad aumentada para que los vídeos parezcan los mensajes holográficos de Star Wars. El modo Patrol permitirá a los pequeños (y no tan pequeños) registrar los movimientos del BB-8 y programar rutinas de movimiento para aprovechar ese potencial. El último de los modos disponibles, Driving, hace lo que suponemos: dejar que controlemos ese movimiento a nuestro gusto.
En la parte superior del BB-8 se sitúa la "cabeza" del robot que no es más que una pieza que se mantiene en la posición correcta encima (aunque no justo en la parte más alta del "cuerpo") gracias a una serie de imanes. Eso unido a la decoración externa, que imita a la del BB-8 de la película, hace que probablemente se convierta en un éxito de ventas e impulse de forma notable las ventas del "simplón" modelo original. Lo que no pueda convertir en oro Star Wars...
Vía | Time
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