Los robots están para ayudar a los humanos, pero en ocasiones también necesitan un pequeño empujón para poder realizar con éxito su tarea. Del mismo modo que los humanos nos consideramos autónomos pero siempre viene bien una mano, los robots autónomos repartidores también fallan de vez en cuando. ¿Significa eso que no sirven para su función? Nada más lejos de la realidad.
El ejemplo de hoy es muy representativo sobre cómo los robots necesitarán pequeñas muestras de civismo por parte de los humanos para desempeñar su función. En Tallinn es fácil encontrar por las calles los robots de Starship, una pequeña compañía de origen estonio que dispone de robots autónomos para entregar comida a domicilio. Unos robots que, cuando se quedan atascados, piden ayuda a los transeúntes a través de su sintetizador de voz para que los liberen.
Y también da las gracias
Estos robots llevan varios años utilizándose en Tallinn. Son capaces de moverse por la nieve y aunque llueva. Disponen de cuatro ruedas, doce cámaras, sensores de ultrasonido, radares, GPS y sus sistemas de visión por computador son capaces de detectar obstáculos, incluyendo animales, peatones, ciclistas y otros robots repartidores.
Pese a todo, el entorno real es un campo de pruebas desafiante y desde Starship entienden que sus robots pueden quedarse atascados. De ahí que idearon una posible y sencilla solución: que alguien que pase cerca les ayude desinteresadamente.
Modern times in Estonia. A robot which had become stuck in the snow, saw me coming, and asked with a synthesised voice whether I could help out. So I did, and both of us carried on with our day. pic.twitter.com/4H7SbwVn6t
— IllimarLepikvonWirén (@iLepikVonWiren) December 7, 2021
Además de solicitar por voz la ayuda, los repartidores de Starship también dan las gracias cuando alguien los mueve y pueden seguir circulando. Se trata de una programación establecida y también una idea bastante llamativa para impulsar el civismo hacia los robots.
Starship empezó a utilizar sus robots en la calle en 2017 y desde entonces se encuentran en cinco países diferentes. Sus robots son autónomos, pero pueden ser controlados remotamente por el equipo técnico.
En ocasiones, ni siquiera controlando manualmente el movimiento es posible liberar al robot. Ahí es donde entra la ayuda física. La compañía dispone de operadores locales en unidades móviles, pero el añadido de la voz permite agilizar enormemente la tarea, si tienen la suerte de que haya alguien cerca dispuesto a ayudar al robot.
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