Hace unos días, OpenAI y Google nos mostraban las nuevas capacidades conversacionales y de reconocimiento de elementos en tiempo real. Estas mejoras no dejan lugar a dudas sobre el potencial de esta tecnología y el impacto que tendrá en todos los aspectos de la vida, incluido el mercado laboral.
La generación anterior de ChatGPT ya tuvo un gran impacto en algunos empleos, en los que se ha utilizado para automatizar procesos tales como la generación de informes, documentos legales, contratos, análisis de datos o asistencia a la programación.
IA: un aliado o un sustituto para los humanos
Una de las mayores preocupaciones que ha suscitado la IA es si en un futuro cercano reemplazará a los humanos haciendo que estos pierdan sus empleos. A raíz de esa preocupación, han surgido distintos estudios que han analizado el impacto de la IA en distintos sectores industriales.
Uno de estos estudios ha sido ‘Empleos del Mañana: Grandes Modelos de Lenguaje y Trabajos’, elaborado por la organización World Economic Forum en colaboración con la consultora Accenture. Para hacer más visuales y fáciles de interpretar los datos de este informe, el portal Visualcapitalist.com ha creado un gráfico muy explicativo.
El gráfico muestra qué sectores de la industria soportarán un mayor impacto de la inteligencia artificial en sus procesos. Para establecer el impacto, el estudio de World Economic Forum evaluó más de 19.000 tareas en 867 profesiones en distintos sectores industriales.
Esto les sirvió para determinar el grado de impacto de los modelos LLM (Large language models) en el desempeño de esa tarea. Si se consideraba que la IA podría intervenir de algún modo en esa tarea, se tenía en cuenta la necesidad de participación humana en ese desempeño. Por ejemplo, una IA puede ser capaz redactar un contrato comercial entre dos partes, pero serán las partes quienes deberán negociar las condiciones y trasladarlas al modelo de IA para incluirlas en el contrato.
En base al grado automatización de esas tareas, el estudio determinó el porcentaje de impacto, designando como “Gran impacto” a aquellas tareas totalmente automatizadas. Se ha catalogado como “Pequeño impacto” a aquellas tareas en las que la automatización todavía requiere de actuación humana. La denominación “Sin impacto” como aquellas en las que la IA apenas se utilizaría como soporte o no fuera posible aplicar esa automatización por el alto componente manual de la tarea.
Los sectores más sensibles a la IA
En este contexto, los segmentos con un mayor impacto de la IA serían las industrias de la tecnología de la información y el de las finanzas, con un impacto del 73% y el 70% de tareas altamente automatizadas, respectivamente.
Solo el 26% de las tareas que se realizan el sector TI no tendría un gran impacto con la llegada de la IA. En el sector financiero, el porcentaje de las tareas con un impacto pequeño de la IA se reduce hasta el 21%. Solo el 1% de las tareas del sector de TI quedarían libres de la influencia de la IA. Suponemos que alguien deberá hacer el café en el futuro y, probablemente, será un humano. En este punto, el sector financiero marca diferencias, desmarcándose con un 9% de las tareas que no sufrirían el impacto de la IA.
Analizando los datos del estudio podemos determinar que, un ejemplo de profesión altamente susceptible a la automatización mediante modelos de IA es la de analista de créditos y verificadores. Estos empleos muestran un porcentaje de automatización del 88% de sus tareas.
En cambio, los técnicos en ciencia forense, registran un 58% de automatización de sus tareas por IA, pero lo compensan con un 37% de sus tareas en las que la IA no tiene ningún impacto, por lo que la presencia humana continúa siendo imprescindible, aunque se multiplicará su productividad.
Humanos + IA: la fórmula mágica de la productividad
Algo similar es lo que sucede en sectores como ventas u operaciones, donde, pese a que muestran valores del 67% y 65% respectivamente, lo compensan con un 17% de las tareas que, al menos de momento, no puede hacer una inteligencia artificial.
Eso implica que, en esos sectores, en los próximos años se experimentará un considerable incremento en la productividad porque los empleados dejarán de ocuparse de las tareas más rutinarias, y se concentrarán solo en las que no pueda hacer una IA.
Un panorama más complejo se dibuja para los sectores de recursos humanos, marketing y asesoría legal. En ellos, la IA mantiene un gran impacto en cuanto a automatización completa (entre el 57% y el 46%) y ejercerá muchas tareas de soporte aligerando procesos de análisis (entre el 41% y el 50% de las tareas).
No obstante, mantienen un pequeño porcentaje entre el 2% y el 4% en el que es imprescindible la presencia humana. Eso implicaría la reducción de fuerza laboral en estos segmentos, pero dada su importancia estratégica, todavía se mantendrán muchos empleos.
El sector que sufrirá un menor impacto de la IA será el de la cadena de suministro y manufacturas. El estudio muestra que, si bien es cierto que se podrán automatizar el 43% de los procesos, todavía mantiene un 39% de tareas que una IA no podrá asumir.
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Imagen | Visualcapitalist.com
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