En noviembre de 2022, OpenAI, compañía fundada en 2015 por, entre otros, Elon Musk, lanzó ChatGPT, un bot conversacional capaz de producir todo tipo de textos, resumir reuniones de trabajo telemáticas, participar en juegos online e incluso crear sus propios videojuegos.
En apenas unos días desde su lanzamiento, ChatGPT fue utilizado por tanta gente que sus servidores se saturaron. Su uso, por otro lado, se ha extendido progresivamente entre los estudiantes, algunos de los cuales han encontrado en el chatbot la trampa definitiva para hacer sus deberes. Ello ha generado un debate sobre cómo afecta ChatGPT al ámbito educativo.
Prohibición en Nueva York. La inquietud en la enseñanza está extendida a nivel global. El portal Chalkbeat New York informó el pasado 6 de enero que el departamento de educación de Nueva York había decidido prohibir el acceso a ChatGPT en los dispositivos electrónicos de las escuelas públicas de la ciudad. El motivo, según explicó Jenna Lyle, era la preocupación “sobre los efectos negativos en el aprendizaje estudiantil” y sobre “la seguridad y exactitud” del contenido producido por el bot conversacional.
Universidades australianas preocupadas. En Australia, recientemente, se ha hecho público el uso de ChatGPT, por parte de algunos universitarios, para la realización de sus tareas de clase, exámenes incluidos. Ello ha provocado que, según The Guardian, las ocho principales universidades australianas, organizadas en el llamado Group of Eight (Grupo de las Ocho en castellano), hayan tenido que revisar sus métodos de evaluación para este año.
¿Hacia un nuevo modelo de tareas escolares? El Dr Matthew Brown, representante del Group of Eight, reconoció en declaraciones al periódico británico que el rediseño de la evaluación estudiantil es clave para adelantarse a los avances de la Inteligencia Artificial. En la misma línea, María del Mar Sánchez, miembro del Grupo de Investigación de Tecnología Educativa de la Universidad de Murcia, afirmó en un artículo publicado por elDiario.es que ChatGPT evidencia que “el modelo tradicional de deberes debería cambiar”, y que el verdadero reto no es cómo impedir el uso de estas herramientas sino cómo integrarlas en el sistema educativo.
Convivir con la IA y desarrollar la creatividad. En este sentido, Sánchez señaló que es necesario enseñar a los jóvenes a convivir “de forma saludable” con este tipo de tecnologías, las cuales constituyen “un aspecto básico” de nuestra sociedad. Se trata de una idea compartida, también, por Marc Romainville, profesor de la Universidad de Namur (Bélgica) quien afirmó recientemente en declaraciones a RTBF (la compañía pública belga de radiotelevisión) que ChatGPT es un instrumento que permite desarrollar “las competencias superiores de la inteligencia humana”, es decir, lo que la IA no puede hacer, como pensar y evaluar de forma crítica.
En este sentido, el profesor sugirió la realización de textos escritos en los cuales los estudiantes tengan que integrar su experiencia personal, con el objetivo de potenciar su creatividad.
Entre la cautela y la alarma. Adicionalmente, el profesor mandó un mensaje de calma. Romainville afirmó que la historia demuestra cómo “con la llegada de un cierto número de objetos tecnológicos, la escuela iba a ser revolucionada (…) y nada cambió en el fondo”, por lo que es preciso tomarse con calma a ChatGPT. Se trata de una opinión que no es compartida por Carmen Fernández Morante, profesora de la Universidad de Santiago de Compostela, quien afirmó, en declaraciones a RTVE que el uso de ChatGPT “anula procesos cognitivos que son necesarios en el proceso de maduración y aprendizaje en el sistema educativo, como puede ser el pensamiento crítico, la habilidad comunicativa…”.
La brecha digital. Enseñar a los jóvenes a utilizar aplicaciones como ChatGPT parece algo razonable, sin embargo, Marc Romainville apunta a la brecha digital como el principal obstáculo para conseguirlo. El profesor recordó la existencia de la desigualdad educativa, y afirmó que la creación de una nueva pedagogía a partir de ChatGPT puede crear nuevas fracturas sociales, ya que no todo el mundo será capaz de disponer de esta tecnología y desarrollar las habilidades para utilizarla. Como sugerencia para resolver este problema, propuso la formación de profesores en el uso de chatbots.
Imagen: Pixabay
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