La empresa no acaba de acertar con su apuesta por la IA, y hay quien opina que en realidad la batalla la perdieron hace años
Es una de las empresas más importantes del planeta. Lleva un cuarto de siglo dominando la forma en la que buscamos, navegamos o usamos el móvil. Esta empresa se llama Google, y a pesar de todo sus recursos, está perdiendo la batalla de la IA. O más bien la perdió hace una década.
Google, qué te pasa con la IA. La empresa prefirió ir con cuidado en el ámbito de la IA. Lanzó Bard tímidamente y con errores, y en las últimas semanas ha tratado de consolidar su apuesta con el lanzamiento de Gemini y Gemini 1.5. Sin embargo los escándalos con su generación de texto y de imágenes excesivamente inclusivas han hecho que la confianza en la capacidad de Google para competir con OpenAI se haya derrumbado tanto como su cotización en bolsa.
Esto viene de lejos. Othman Laraki, cofundador y CEO de Color, trabajó varios años en Twitter y antes en Google, donde fue uno de los responsables del desarrollo del navegador Chrome. En un largo mensaje en X este directivo explicaba su visión del problema de Google con la IA, y según él la empresa "no va a perder contra OpenAI mañana. Perdió con ella en los últimos diez años".
A Microsoft le pasó lo mismo con Google. Hace 25 años quien dominaba el mundo de la tecnología era Microsoft, y Laraki nos recuerda aquello y lo compara con la situación actual de Google con OpenAI. "ChatGPT nos ha hecho darnos cuenta de que muchas de las tareas que hasta ahora etiquetábamos como "búsqueda" y que nos hacían pinchar en enlaces azules eran en realidad tareas de investigación, análisis y toma de decisiones".
De las búsquedas a la conversación. Google resolvió el problema más importante de ese flujo de trabajo: logró reunir toda la información del mundo y ponerla a nuestra disposición en forma de motor de búsqueda. Logró crear uno de los negocios más jugosos de la historia, pero "ChatGPT, Perplexity y otros nos han mostrado que muchas de las tareas que centrábamos en la búsqueda se realizan mejor como una conversación con estos chatbots.
OpenAI puede arriesgar, Google no. Hay otro problema que ha resuelto muy bien Microsoft. Ellos podían y han arriesgado metiendo IA en todas sus soluciones de forma casi obsesiva —hola, copilotos—, pero Google no podía hacerlo porque podía poner en juego su reputación. Nos fiábamos (más o menos) del motor de búsqueda, pero si Google empezaba a ofrecer resultados erróneos o inventados, todo su negocio estaría en peligro. El problema es que cuando han intentado apostar por la IA con Gemini el resultado ha sido malo: siguen sin llegar a la altura de GPT-4, y sus errores —también los tiene el modelo de OpenAI— pesan mucho más porque están siendo especialmente escandalosos.
¿Cómo es posible? Resulta realmente sorprendente que a estas alturas, año y medio después del lanzamiento de ChatGPT, Google siga sin plantar cara de forma efectiva a OpenAI. Sobre todo porque fueron sus ingenieros quienes realmente plantaron la semilla de ChatGPT con su célebre estudio 'Attention is All You Need' sobre Transformers, pero además por contar con DeepMind, que parecía ser protagonista de este segmento y ahora se ha difuminado.
Y ChatGPT no para de crecer. Y según Laraki el problema es cada vez mayor para Google "porque cada día que pasa, todos estamos alimentando a OpenAI con nuestros patrones de uso, comentarios, GPTs personalizados, integraciones, etc... A estas alturas, no hay forma de que Google cambie la velocidad de su reloj, a menos que esté dispuesto a hacer la vista gorda al mercado y a sus clientes durante un tiempo y decir lo siento, el futuro nos llama - siéntete libre de no participar e invertir tu dinero en otra parte".
Imagen | Maurizio Pesce | Village Global
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