La cámara gira ligeramente para mostrarnos a Neo, tumbado, ojos cerrados, agitándose levemente, como soñando. De repente despierta, abre los ojos, exhala y, mirando a Morfeo, dice atónito: "Ya sé kung-fu".
Esa escena de la visionaria 'Matrix' —como el combate inmediatamente posterior entre Morfeo y Neo— es célebre, y resulta casi inevitable pensar en un futuro en el que no tendremos que estudiar para aprender algo. Que tiene tanto de atractivo como de inquietante. Ayer OpenAI nos recordó esa escena, porque lo que presentó, aunque muy lejos de esa idea, apuntaba a una nueva y poderosa herramienta educativa.
Sal Khan sabe algo de educación. Es el fundador de Khan Academy, la plataforma educativa que cuenta con más de 160 millones de usuarios registrados en más de 190 países. Ayer aparecía en uno de los vídeos de demostración de OpenAI con GPT-4o, y mostraba algo alucinante.
Lo hacía junto a su hijo Imran, al que ponía delante de un iPad frente a un problema de aritmética. ¿Cómo calcular el seno del ángulo alfa en un triángulo? E la pantalla del iPad aparecía el problema, pero parte de la pantalla estaba reservada para la renovada app de ChatGPT con GPT-4o, y ahí empezó la magia.
El padre le indicó a ChatGPT que le ayudara a su hijo a entender cómo solucionar el problema, pero dando pistas, no soluciones. Le hablaba a la máquina como si le hablara a un profesor particular para su hijo, y a partir de ahí surgía una interacción sorprendentemente natural entre el hijo y ChatGPT, que le iba guiando para llegar a la solución. Es mucho mejor ver el vídeo para entender todo esto:
Como se puede ver en el vídeo, la forma en la que GPT-4o es capaz de guiar al joven Imran es sencillamente espectacular. El lenguaje es natural, y la voz de ChatGPT, amable y motivadora, va preguntando y luego corrigiendo o confirmando las respuestas del alumno.
La demostración es una prueba de hasta dónde pueden llegar estos sistemas en el ámbito de la enseñanza. La corriente del homeschooling, en la que los niños se educan íntegramente en casa, es una de las que desde luego puede verse muy beneficiada por este tipo de opción.
Pero por supuesto esto puede ir más allá: ChatGPT ya planteó un debate importante en el ámbito educativo. Algunos hablaron del fin de los deberes —para qué hacerlos cuando te los puede hacer la IA—, y aunque aún es pronto para saber si los coles ya no serán como antes, lo que está claro es que estas herramientas tienen la capacidad de transformarlos o, al menos, de convertirse en valiosas herramientas si se aprovechan bien.
De hecho el potencial de ChatGPT como tutor o profesor particular va mucho más allá. Los autodidactas de cualquier edad contarán ahora con una herramienta especialmente personalizable y potente que parece poder aplicarse a multitud de campos y que se beneficia de esa capacidad de interactuar con la voz de forma mucho más natural, sino de hacerlo además mientras contempla y reconoce lo que ve.
Esa multimodalidad de GPT-4o es otro elemento fundamental de esta nueva versión: las demos son espectaculares y parecen apuntar a un modelo de IA capaz de describir con precisión todo lo que ve, así que la aplicación de esa opción en el ámbito educativo —la máquina también "ve" lo que haces y te corrige a partir de ello— tiene un potencial asombroso.
Uno que quizás nos lleve a decir también aquello de "Yo sé kung-fu". De momento, eso sí, nosotros tendremos que haber entrenado unos cuantos años —ChatGPT mediante, o no— para poder decirlo.
Imagen | Warner Bros.
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