Marc Alonso no se imaginaba que sus dos hijos de 10 y seis años pasaban horas viendo vídeos de YouTube a altas horas de la noche cuando instaló los controles parentales que ofrecen las tabletas de Apple. Aunque muchos padres y madres se preocupan de controlar el acceso de sus pequeños a los dispositivos que tienen en sus casas poniendo controles, en muchas ocasiones no son del todo efectivos. Hablamos de una generación nativa digital que está muchos pasos por delante en conocimientos informáticos que sus padres y que buscan obsesivamente maneras de saltarse las limitaciones.
En la familia de Alonso, los niños solo pueden usar los iPads los fines de semana por la tarde. Alonso se asegura de que estos límites se cumplen gracias a la herramienta Tiempo de Uso que incorpora cada sistema operativo iOS. “Una noche entré a la habitación del más pequeño y vi que estaba viendo vídeos de YouTube. Yo tenía la seguridad de que las aplicaciones de ese iPad no funcionaban a esa hora y me quedé sorprendido”, cuenta.
Es significativo que este padre, que trabaja en Macnificos, una tienda especializada de Apple, no cayera en que su hijo de seis años había dado con un agujero en el control que su padre había instalado. “Pude comprobar que, desde de la aplicación de mensajes de Apple, iMessage, sí podía interactuar con otras aplicaciones como YouTube y previsualizar los vídeos que se incluyen en los mensajes”. El Tiempo de Uso de Apple permite que los mensajes y las llamadas sigan funcionando sin límites como un modo de seguridad. “El muy granuja había encontrado esa manera de saltarse el control y yo ni me había enterado”, señala Alonso.
Cuenta que cómo llegó hasta ahí es un misterio, pero tiene sus sospechas: “Desbloqueaban el iPad y veían que la única aplicación que les quedaba para usar era la de mensajes. Así que se ponían a enviarse mensajes entre ellos de una habitación a otra. En una de estas ocasiones debieron probar las opciones de la aplicación y vieron el icono de YouTube”, relata este padre que, mediante un tutorial, ha conseguido bloquear las aplicaciones que aparecen dentro de iMessage y que, además, ha instalado un control parental en su red WiFi para que sus hijos no puedan acceder a ciertos contenidos en Internet.
“Me sentí un poco traicionado porque intuí que ya llevaban días saltándose las normas de la casa, pero no le reñí. De hecho, me pareció tan ingenioso que, de alguna manera, le felicité por haber encontrado esa forma de saltarse los controles parentales”, recuerda de forma simpática Alonso.
Para Charo Sádaba, experta en Jóvenes y Tecnología y profesora de Comunicación en la Universidad de Navarra este tipo de problemas solo tiene una solución educativa. “El primer paso es entender que no podemos pretender que el único control lo ponga la propia tecnología. Nosotros somos capaces de ejercer cierto control”, explica la experta. Y apela al “ejemplo” como la mejor herramienta educativa haciendo hincapié en que los padres deben transmitir a los hijos mediante sus rutinas los hábitos de uso de los dispositivos en el hogar.
“Hay que entender que cuando la tecnología te lo pone tan fácil y no podemos esperar ese control por parte de ella, tenemos que implementarlo nosotros y dejar claro que existe tiempo para hacer muchas más cosas a parte de estar pegados a la pantalla”, señala Sádaba.
En la familia de Álvaro Santos llevan tiempo lidiando con las triquiñuelas de su hijo de 12 años para saltarse el control parental que hace unos meses instaló su padre. Santos cuenta que en el colegio de su hijo todo el mundo utiliza el iPad para hacer los deberes. Él mismo deja usarlo en su casa, pero de manera que la mayoría de aplicaciones están inhabilitadas a menos que sean necesarias para las tareas del colegio como Word, Powerpoint o mapas interactivos.
“Un día le pillé navegando por internet y no entendía cómo lo hacía si las aplicaciones estaban bloqueadas”, asegura Santos. “Su modus operandi era usar el Acceso a Llaveros, una aplicación de Apple que gestiona las contraseñas de tus sitios webs como Gmail, Facebook, etc. Al parecer, cuando intentas cambiar una de estas contraseñas, se te abre un navegador predeterminado muy básico que tiene la tableta incorporado y que no funciona como una aplicación al uso. Con eso tenía vía libre para navegar por Internet usando la barra de direcciones del navegador”, explica.
Santos asegura que, aunque borrara las contraseñas guardadas en el Acceso a Llaveros, su hijo podía crear contraseñas nuevas que no existieran solo para tener acceso a ese navegador. Y, según él, lo peor de todo es que esa aplicación no se puede bloquear porque funciona como una parte de las preferencias del sistema. Al final, Santos se dio por vencido y configuró su red Wifi para eliminar el acceso a Internet del iPad de su hijo durante ciertas horas. “Los chavales son así. Si tu pones límites a algo, ellos ya están buscando cómo saltárselo. Me sentí un poco estafado porque él tenía tiempo para usar su tableta, pero siempre necesitaba más y más”, señala Santos.
Paula Jiménez también ha vivido una historia similar. Esta madre instaló Family Link en Android para que su hijo de tan solo cinco años no tenga acceso a parte del contenido que circula por Internet y para limitar el tiempo de uso de algunos juegos del móvil. Se trata de una aplicación de control parental de Google que permite bloquear aplicaciones y contenidos o establecer límites de tiempo y una “hora de dormir” en los dispositivos. Además, da a los padres la opción de controlar de forma remota la actividad e incluso la ubicación de los hijos.
“En el caso de mi hijo, le dejo descargar apps que están calificadas hasta los 10 años. Algo que considero necesario porque hay juegos que son muy violentos”, explica Jiménez. Además, a partir de su móvil, puede controlar de forma remota toda la actividad de su hijo.
“Hasta hace unos días vivía tranquila porque Google no deja instalar la aplicación de Youtube a los niños de la edad de mi hijo y, en su lugar, pueden usar la versión para menores: YouTube Kids”, relata Jiménez, quien hace poco descubrió que su hijo entraba a la versión normal de Youtube con un método sorprendente.
“Lo descubrí todo un día que él me pidió que comentaramos juntos algo en una cuenta de YouTube de un usuario que a él le gusta ver. Yo pensé que lo veía por YouTube Kids y le dije que no se podían ver los comentarios de los videos desde ahí. Entonces él me confesó que entrando por el juego Tom, una aplicación infantil donde cuidas de un gato, puedes redirigirte a través del explorador a la aplicación de YouTube estándar”, cuenta Jiménez.
“Cuando descubrí cómo había conseguido entrar a donde quería, me sorprendió lo hábiles que pueden ser son los niños. Aunque no podía hacer comentarios en los videos, porque YouTube le pedía abrir una cuenta, sí podía leerlos y ver todo tipo de vídeos”, comenta.
Otras maneras ingeniosas de evadir la vigilancia de los controles
Lo cierto es que ni Alonso, ni Santos, ni Jiménez son los únicos padres que tienen que lidiar con este tipo de problemas en casa. La página web de Reddit sobre Apple se ha llenado de comentarios de padres y madres que han vivido incrédulos experiencias similares.
En el hilo ‘Mi hijo ha conseguido saltarse el Tiempo de Uso’, un usuario cuenta que cuando su hijo pequeño sobrepasaba el límite de tiempo y las aplicaciones se bloqueaban, descargaba aplicaciones que habían sido previamente instaladas y luego borradas. De esta manera, podía utilizarlas sin limitaciones de tiempo. Lo que parecía una anécdota se convirtió en todo un debate con casi 500 comentarios de padres y madres que no sabían qué hacer para frenar el ingenio de sus pequeños a la hora de saltarse los controles parentales.
Saltarse los controles parentales no es algo exclusivo de Apple. También en el hilo de Reddit de Android, multitud de padres y madres piden consejo para reforzar la vigilancia y compartir sus experiencias. Un padre cuenta cómo su hija de siete años consiguió saltarse los controles de Family Link.
Relata que pilló a su hija utilizando el Asistente de Google para saltarse el bloqueo de Family Link en el móvil. “Por alguna razón, el Asistente de Google seguía funcionando, y lo que ella hacía era pedirle mediante el sistema de voz que abriera ‘cualquier aplicación que estuviera instalada en el dispositivo’, hasta que se abría YouTube”, cuenta. “Quedé petrificado al ver que Google, una compañía billonaria, era superada por una niña de siete años”, comenta el padre indignado.
Lo cierto es que al igual que los padres utilizan Internet para informarse sobre cómo evitar que sus hijos se salten los controles, también los preadolescentes comparten sus trucos y estrategias en la red. “Mi padre va a instalar Qustodio en mi ordenador y necesito una manera de saltarlo”, escribe el usuario dontfeed_theducks en Reddit. Qustodio, al igual que Family Link, es otra aplicación para sistemas Android e iOs que permite a los padres y madres bloquear aplicaciones, ver lo que hacen sus hijos en redes sociales como Facebook, Instagram o Whatsapp o establecer límites de tiempo .“Yo lo que hago es crear una partición del disco y funciona”, comenta otro usuario en la conversación.
“Instrucciones para saltarse los controles de Qustodio”, reza el título de otro hilo en la red social. Aquí un jóven menciona una serie de pasos para esquivar los controles. “Abre una imagen que sea una captura de YouTube justo cuando el límite de tiempo va a comenzar. Qustodio bloqueará esa imágen creyendo que es Youtube y permitirá utilizar el resto de aplicaciones, ya que no puede bloquear dos aplicaciones al mismo tiempo”, explica el usuario SniperEternal.
Maximiliano Olmi es padre de un hijo de 14 años. Nos cuenta cómo tiene que lidiar con su hijo continuamente en casa para limitar el tiempo que usa los dispositivos y por qué decidió instalar, en su caso, Family Link. Relata que su hijo usa los dispositivos para escuchar música, ver videos de YouTube y en menor medida, jugar con algún juego. “Yo le permito no más de dos horas diarias, en un horario entre las 10:30 y las 21:00, pero para él no es suficiente y ha llegado incluso a cambiar los parámetros del control parental para evadir los límites”.
“Tardé un tiempo en darme cuenta hasta que he empezado a revisar su historial cada cierto tiempo y siempre encuentro que ha visitado tutoriales para saltarse los controles de todas las maneras en foros de jóvenes y en redes sociales”, cuenta Olmi. “Al final, nos sentamos un día con su madre y él asumió que ha cambiado la configuración en alguna ocasión, pero hemos llegado a un acuerdo para que no vuelva a suceder y ganarnos poco a poco su confianza”, explica este padre.
Padres cada vez más conscientes de las actividades de sus hijos
Miquel López es formador de tecnología de Apple y da charlas a padres y madres de los alumnos de varios colegios privados que han cambiado los libros de texto tradicionales por los iPads. “Los padres nos vienen asustados porque dicen que sus hijos han recibido tabletas que saben usar muy bien pero que ellos, al no tener ni idea, no pueden controlarlos. Nosotros les enseñamos controles parentales como Tiempo de Uso y les explicamos cómo pueden limitar el tiempo que sus hijos utilizan los iPads”.
En estos eventos, López enseña a padres y madres a configurar el navegador de las tabletas para que sus hijos solo puedan acceder a ciertas páginas webs. Además, les explica a visualizar el historial que tiene incorporado el Tiempo de Uso de Apple para ver los movimientos de los pequeños y bloquearlo para que no pueda borrarse.
“Un buen chivato que también enseñamos a los padres y madres y que sorprende hasta a los propios niños es que desde la aplicación Batería que lleva incorporada cada tableta se puede ver qué aplicaciones han consumido más energía y cuánto tiempo se han utilizado. Si vemos que YouTube es la que más lo ha hecho y se supone que estaba bloqueada, entonces nos enteramos de que el hijo ha conseguido acceder a ella de algún modo”, explica.
Los iPads con los que trabaja López pertenecen a instituciones educativas privadas y están protegidos con una capa de software de MDM (Mobile Device Management). Esta herramienta permite vigilar con total precisión lo que pasa en los iPads de los alumnos y, a su vez, limitar el acceso a aplicaciones y contenido, así como a la cámara y a la configuración del sistema. Gracias a ese MDM, el profesor puede ver todas las pantallas de los dispositivos de los alumnos e incluso visualizarlas en la pizarra delante de la clase. Pero esta herramienta solo funciona dentro de los colegios. Es decir, cuando los menores llegan a casa, el control ya solo depende de las familias.
“Los padres y madres no saben casi nada de controles parentales. Saben usar los iPads de manera muy básica y no se adentran en los controles. En cuanto les explicas estas cosas se les ilumina la cara al saber que ya pueden pillar a sus hijos jugando fuera de horas”, señala López. “Creo que los niños siempre van a encontrar un método con el cual puedan escabullirse total o parcialmente de las limitaciones. Y creo que las tecnológicas como Apple tomarán nota y, en futuras actualizaciones, lo solucionarán. Pero no me sorprendería que, después de un tiempo, los niños descubran otro resquicio por donde colarse”, concluye el experto.
Imágenes: Pixabay | Apple
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