A cinco días de su final, ha llegado el que posiblemente es el día más importante de 2024 para Netflix: el estreno de la segunda temporada de 'El juego del calamar'. El éxito coreano de 2021, absolutamente inaudito para la industria del streaming y para la propia plataforma, ha tardado más de tres años en generar una continuación, en la que Netflix ha puesto toda la carne en el asador a escala promocional. Es una de las series más esperadas del año, y en las próximas semanas sabremos si a Netflix le va a compensar una espera tan dilatada.
El mayor éxito de la historia de Netflix. Que se dice pronto. La serie de 2021 aún es la más vista de la historia de la plataforma en cualquier idioma, con 265,200,000 visualizaciones y solo acercándosele la primera temporada de 'Miércoles'. Aunque son datos que la plataforma ya no facilita, en su día se habló de 142 millones de espectadores en 28 días y 1.650 millones de horas en el mismo periodo. Según calculaba Bloomberg, Netflix puede haber ganado en torno a 900 millones de dólares con una serie que solo le costó 21,4 producir.
A por la segunda. Tiene toda la lógica del mundo que Netflix quiera repetir o, por lo menos, aproximarse a la jugada: el inesperado boom de la primera 'El juego del calamar' puso definitivamente en el radar a las series coreanas, que ya disfrutaban de cierto éxito, pero lo hacían en términos de culto. Un ejemplo del alcance del éxito de la primera temporada de la serie: todas las competidoras de Netflix por la época comenzaron a producir fuera de Hollywood, sin miedo a tabúes como el idioma o los repartos íntegramente no-caucásicos. La guinda del pastel es que son series mucho más baratas de producir, con lo que es posible que el arrollador impacto de 'El juego del calamar' y 'La casa de papel' hayan hecho más por la invasión internacional de series ajenas a Hollywood que millones de horas de producciones europeas y asiáticas previas.
Una temporada más asequible. Aún hoy, hay cosas difíciles de explicar del éxito de la primera temporada: una serie resultona en lo visual, con una estructura argumental de videojuego que la hacía fácilmente reconocible, pero rebosante de mensajes desesperanzados y extremadamente amargos, ya desde su planteamiento: ¿cuántos cadáveres estarías dispuesto a dejar a tu paso para ser millonario? La segunda parte suaviza en parte ese propósito: volvemos a los juegos, pero su mirada es más limpia y empática, y plantea preguntas acerca de cómo derribar a los opresores más que de cómo protegerse del prójimo. Ha pasado de libertarismo a la coreana a comunismo light, lo que acaba resultando mucho más esperanzador. Es el primero de los pasos de Netflix para que la serie replique el éxito inicial.
Conexión Unsleashed. El pasado 17 de diciembre, Netflix lanzó 'Squid Game: Unleashed', un battle royale multijugador, una especie de 'Fall Guys' un poco menos festivo que se lanzó, por primera vez en la historia de los videojuegos de la compañía, en acceso abierto de forma limitada, sin necesidad de tener suscripción a Netflix. Ver episodios de la serie se traduce en premios en el juego, y cómo no, el mayor de todos los premios llega si se ha visto la serie de una sentada. Se trata del mayor esfuerzo de Netflix en el medio interactivo hasta la fecha (ha tardado dos años en desarrollarse) y es un buen ejemplo de lo que a la plataforma le gustaría hacer en un futuro para promocionar sus series más potentes.
Fenómeno pop. Hay un aspecto de la primera 'El juego del calamar' que no se puede cuantificar, y es su pericia, a veces involuntaria, muy complicada en cualquier caso de replicar, para convertir muchos de sus elementos en iconos pop. Los trajes de los guardias se convirtieron en carnaza de Halloween instantánea, y lo reconocibles de los juegos, el detalle de los chándals de los participantes, lo simbólico de los escenarios, todo pasó al imaginario colectivo de inmediato. Netflix no solo produjo una versión "real" del concurso (más estimable de lo esperado), sino que ha generado multitud de explotaciones: de los recientes Beast Games (Mr. Beast ya hizo un Juego del Calamar propio en Youtube) a los concursos coreanos para fuertecitos y bestias pardas, a medio camino entre 'El juego del Calamar' y los 'Ultimate Beastmaster' y derivados norteamericanos.
¿Cuánto se juega Netflix? A nivel de imagen, muchísimo: la serie ha despertado tal expectación que ha sido nominada a Mejor serie en los Globos de Oro sin haber sido estrenada. 'El juego del Calamar - The Experience' es una lujosa experiencia interactiva que lleva semanas funcionando en Madrid. Marcas como Xbox (con un mando especial), Domino’s, Johnnie Walker (una edición especial de las botellas) o Duolingo (un curso de coreano customizado) se han visto implicadas en la promoción de diversas formas. Llevamos semanas viendo a la icónica muñeca de la primera prueba y a guardias uniformados andando por las calles de las principales ciudades del mundo. Traducción de esta monstruosidad de marketing: Netflix necesita un éxito comparable a la primera entrega, o tendremos la sensación de que la plataforma ha alcanzado un "tope" que ni ella puede replicar.
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