Puede llegarse a pensar que si esta delirante mezcla de cine de catástrofes, ciencia ficción imposible y remix de éxitos de las últimas décadas del cine más ruidoso de Hollywood no ha funcionado del todo bien en taquilla es quizás por su radical desviación de las reglas no escritas de las superproducciones actuales. Esas que imponen que hasta las películas de superhéroes y guerras estelares tienen que presumir de lógica, coherencia, control y verosimilitud.
'Moonfall', que acaba de llegar a Prime Video pocas semanas después de su estreno en salas, no tiene ninguna de esas características ni remotamente. Ya su punto de partida es puro festival de la insensatez: una fuerza desconocida saca a la Luna de su órbita y la dirige contra nuestro planeta, lo que empieza a generar fenómenos atmosféricos catastróficos. Solo un minúsculo equipo de astronautas está capacitado para encontrar la solución.
Pero lo que podía ser una aventura épica con una base argumental ridícula, como 'Armageddon', aquí se contagia de un entusiasmo infantil por la chorrada y el exceso que trae consigo desde imágenes apocalípticas de una belleza arrebatadora, como la que acompaña estas líneas o la secuencia del accidente de avión, hasta todo el tramo final, que explica lo que ha sucedido con una especie de giro etílico a la estética y algunas ideas de '2001: Odisea en el espacio'.
Por supuesto, 'Moonfall' no es perfecta (aunque sí es la más perfecta de todas las películas de Roland Emmerich). Pese a un resultón trío protagonista conformado por Halle Berry, Patrick Wilson y John Bradley, su duración juega en su contra y tiene bajones de ritmo considerables, además de un cargante mensaje acerca de cómo los millonarios que lanzan cohetes al espacio salvarán a la especie humana. Pero el conjunto es tan saludablemente chiflado que su presencia entre las novedades de la semana es casi balsámica.
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