Un PC en la palma de la mano. Esta es una promesa que se viene entonando desde hace algunos años. Fue a partir del Dongle HDMI, un concepto en apariencia sencillo, cuando la ficción se tornó en realidad. Y digo en apariencia sencillo porque detrás del invento se esconden varios progresos trabajando de forma conjunta.
Por un lado, la mejora en velocidad y calidad de transmisión en las conexiones HDMI 2.0. Por otro, el florecimiento de la tecnología modular. La mayoría de estos dongles reproducen contenidos vía streaming, pero necesitan de la potencia de nuestro smartphone para reproducirlos. En muchos casos, su procesador ARM no es más que un transmisor para codificar y evitar cuellos de botella.
Chromecast fue la primera piedra: todo el mundo quería uno y no sabía ni donde comprarlo. Desde entonces, y gracias a que los montadores no tenían que pagar licencias de uso por el sistema operativo Android, el mercado se ha llenado de copias a muy bajo coste, versiones, algunas mejores y otras peores, pero que han allanado el terreno de los nuevos PC de bolsillo bajo la misma filosofía: reproducir contenidos de ocio, y tareas ofimáticas de rutina, dejando de lado la “especialización”. ¿Y por qué se ha dado esa tendencia del all-in-one al phablet y de él, al PC del tamaño de una memoria USB? Sencillo: la movilidad, la posibilidad de gestionar nuestros datos en la nube, de sincronizar en todo momento los progresos de nuestros trabajos.
La revolución desde dentro
Cualquier interesado en tecnología habrá advertido esa noticia en el mundo del PC: los equipos modulares son el camino a seguir. Presentado en el Computex, hace unos días dejábamos constancia de cómo ASUS apostaba en nuevo sistema ROG Avalon por el ordenador modular.
Todo PC actual es modular, de hecho, ya que monta distintos componentes dentro de una carcasa contenedora, no estamos hablando de soldar piezas a la placa, pero lo que ASUS propone es algo bastante revolucionario: por un lado se solventa de un plumazo las categorías de precios, puesto que cada usuario decide hasta dónde potenciar sus sistema. Y, por otro, se elimina ese miedo irracional al ordenador custom, porque cada pieza es un bloque con una inequívoca conexión, con un esquema de montaje simplificado, sin cables ni salientes que den pie a equivocarse.
Estos pocket-PC recurren al potencial de las actuales Smart TV, cada vez más inteligentes
Los mini-PC de bolsillo van un paso más allá: montan pequeños procesadores con 1 ó 2 GB de RAM, almacenamiento SSD con aplicaciones esenciales y sistema operativo optimizado, recurriendo, como decíamos, al potencial de las actuales Smart TV, cada vez más inteligentes. El monitor sigue siendo un elemento clave en la ecuación, como lo puede ser un ratón o teclado inalámbrico, pero el músculo, la esencia del PC, está contenido en un pequeño rectángulo poco mayor que un llavero.
Por otro lado debemos mirar a los ciclos de fabricación y distribución tecnológica. Si algo está demostrando el mercado de las consolas, con nuevos modelos de Xbox One y PlayStation 4 en camino, es que los chips y toda la circuitería vive una permanente expansión de potencia y disminución de memoria, y no podemos quedarnos estancados en dilatados ciclos de fabricación limitando así la densidad de transmisión de datos o la propia potencia de los procesadores.
Una tendencia llena de posibilidades
Si por los agoreros fuera diríamos que el PC lleva muerto varias décadas. La realidad es bien distinta: el PC sobrevive a cualquier giro de guión en el mercado, si bien ha sufrido una transformación en formatos. Aunque el PC de sobremesa montado en torre sigue siendo un estándar, cada día es más habitual encontrar usuarios que únicamente utilicen un pequeño portátil convertible más el smartphone para realizar todas las tareas, tanto de trabajo como de ocio. Esta tendencia refleja una necesidad: la de poder moverse sin dejar de lado el contenido.
Durante 2015 el mercado de los sticks creció exponencialmente. El chipset Intel Atom Bay Trail de 4 núcleos logró su posición de estándar gracias a su pequeño tamaño, pero 2016 es el verdadero año del cambio
Durante el año pasado el mercado de los sticks creció exponencialmente. El chipset Intel Atom Bay Trail de 4 núcleos logró su posición de estándar gracias a su pequeño tamaño, y con 2GB de RAM y SSD de 32GB ya teníamos más que suficiente. Pero este 2016 es el verdadero año del cambio.
Hay que tener en cuenta que uno de estos sticks de bolsillo no sólo permiten ver Youtube o nuestro contenido en redes, la mayoría vienen equipados para hacer de cualquier tele un verdadero centro multimedia, convirtiendo la TV en un marco de fotos digital o una pantalla clonada del PC —gracias al smart-share de Miracast—, pudiendo usarlo de office portátil e incluso como videoconsola, para instalar emuladores o juegos desde los bazares de sus respectivos sistemas.
VivoStick, el PC de bolsillo de ASUS
La taiwanesa Asus presentó VivoStick hace algunos meses. Su experiencia en este segmento es amplia: desde el VivoPC o el QM1 hasta el VivoMini, la marca ha forjado un sólido camino en el mercado de los PC a pequeña escala. VivoStick es un stick HDMI poco mayor que un rotulador Edding. Con 70 gramos de peso y menos de 14 cm de largo, se puede denominar PC de bolsillo con todas las letras.
ASUS regala 100 GB a nuevos clientes mediante su ASUS WebStorage
Este stick monta un procesador Intel Atom X5-Z8350 de 4 núcleos a 1,92 GHz, con 2GB de RAM y 32GB de espacio de almacenamiento interno en un SSD. El sistema operativo anfitrión es un Windows 10 Home, en versión retail. En cuanto a conexiones, está por encima de otros competidores: incluye 2 puertos USB de serie, uno 2.0 y otro 3.0, conector jack de 3,5mm, bien para auriculares o como salida de audio externo. En cuanto a protocolos inalámbricos, incluye Bluetooth 4.0 y WiFi 802.11 b/g/n, además de ser compatible con cualquier terminal del mismo ecosistema.
Para ampliar el espacio interno podemos añadir en uno de los puertos una memoria USB adicional o conectar un HD externo como éste. Tenemos dos slots USB para aprovecharlos.
Así se prescinde de espacios innecesarios que se puedan ensuciar y resten espacio al músculo del sistema. En sus acabados exteriores, como podéis ver en las fotos, la superficie es lisa, ligeramente cromada y ultra-compacta, dando una cómoda sensación de estabilidad, de fortaleza. Como imaginareis, se alimenta desde la misma conexión HDMI. Y, como se trata de evitar cables a toda costa, ASUS regala 100 GB a nuevos clientes mediante su ASUS WebStorage. Si conocéis la oferta de almacenaje en la nube sabréis que 100 GB está por encima de la media de cualquier servicio.
¿De verdad necesitamos un pocket-PC a estas alturas?
Bien, aquí voy a tratar de explicarlo desde mi experiencia personal. Estar todo el día colgado del teléfono es agotador, siempre acabo sin batería en el momento más inesperado. Las personas que nos vemos obligadas a viajar bastante tenemos en VivoStick una opción de no sacrificar nuestros datos más importantes. Se puede conectar a la televisión de una habitación de hotel y, desde el WiFi, ver YouTube o acceder a nuestras cuentas, bien Netflix, Amazon Premium u otras tantas aplicaciones que irán apareciendo en la tienda.
De ahí que, tanto si estás de vacaciones como simplemente en casa de un amigo y quieres enseñarle unas fotos, archivos de vídeo, presentaciones, cómics o un PDF, este stick ofrece esa posibilidad de manera inmediata y ágil. Y, como podéis ver en la imagen de abajo, puede utilizarse como proyector, para señalización digital, incluso para presentaciones de instituto o en frente a clientes en un negocio.
Como decíamos al comienzo, el mercado de los Dongle HDMI está en pleno crecimiento. La mayoría de modelos oscilan entre los 80 y los 150 euros, son energéticamente muy eficientes y permiten montar una oficina improvisada en cualquier sitio donde haya una tele con conexión HDMI. Entre tanta cacharrería de la anterior generación, reproductores Blu-Ray, consolas, viejos TDT o los routers del operador de telefonía, es de agradecer estos nuevos mini-PC que aportan soluciones en muy poco espacio. Junto a la propia aplicación del móvil, sólo nos queda imaginar el control domótico del resto del hogar —luces, puertas, control de cámaras, etcétera—. Las posibilidades son infinitas.
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