Las pantallas de los teléfonos móviles han ido creciendo en tamaño a medida que los fabricantes experimentaban con fórmulas más atrevidas en este apartado. La evolución del concepto de smartphone no ha estado exenta de un proceso de selección natural por parte de los usuarios, aceptando o rechazando la adopción de nuevos modelos, y por ende haciendo mover ficha a los fabricantes.
Las tabletas y los teléfonos móviles eran, en su origen, gamas muy claramente diferenciadas, con tamaños medios de pantalla, en el año 2011, de 3,8’’ para los smartphones. Ese mismo año, se presentaban opciones arriesgadas, de hasta 5,3'' a modo de ensayos para ver qué aceptación tenían mayores tamaños. Todo un alarde de atrevimiento que generó más de un debate sobre la conveniencia de estos terminales "oversized".
¿Cuestión de gustos? ¿O de vista?
Desde entonces hasta ahora, este proceso de selección natural ha hecho que la categoría phablet (combinación de los términos phone y tablet) se haya consolidado en el mercado. A modo de recordatorio, decir que los phablets son dispositivos móviles con un tamaño de pantalla entre 5’’ y 7’’, un rango de tamaños que se está convirtiendo en el estándar para los nuevos lanzamientos.
Según IDC, para 2019 el 71% de los smartphones tendrán pantallas entre las 5’ y las 7’’, lo cual da una idea de cómo esta tendencia alrededor de los phablets se está consolidando de un modo prácticamente irreversible. En Xataka, ya hace algunos meses, se hablaba de un modo un tanto pesimista sobre esta circunstancia, especialmente para los amantes de los terminales pequeños.
Además, estudios como el realizado por Ericsson (Ericsson Mobility Report 2015) confirman el éxito de tamaños de pantalla grandes, con estadísticas como el tráfico de datos que indican que el mayor consumo de contenidos se realiza desde terminales con pantallas entre 5’’ y 6’’.
Al final, de un modo intuitivo, encontramos que usamos más aquellos terminales donde vemos mejor la pantalla. Donde se ven de un modo más cómodo, sin tener que dejarnos la vista en el intento. De hecho, volviendo al lanzamiento del Galaxy Note en 2011, hubo usuarios que se hicieron con él “simplemente” porque los textos y las imágenes se “veían grandes”, haciendo caso omiso a otras tecnologías bastante novedosas como el S-Pen.
El encanto de la gran pantalla, el incordio del terminal grande
De todos modos, si bien una pantalla grande es de agradecer, un teléfono grande no lo es tanto. Pero de momento, hasta que lleguen las pantallas plegables, o las que se proyectan en nuestro antebrazo como el futurista Cicret Bracelet, las pantallas con una diagonal generosa, tienen que tener un tamaño también generoso. Pueden ser más o menos delgados, o ligeros, pero en superficie, poco se puede hacer para reducirlo.
Al final, uno se acostumbra a todo, y tras unos días de uso de un terminal de 4’’, uno de 5’’ nos parecerá grande. Y tras unos días de uso de un phablet de 5,5’’, uno teléfono de 4,5’’ nos parecerá pequeño. Pero hay ciertos hábitos cotidianos que se ven modificados cuando usamos un terminal de gran tamaño. Por ejemplo, salir a correr con él, o guardar el teléfono en un bolsillo de un tejano.
En este sentido, los usos y costumbres de hombres y mujeres en ámbitos como la moda influyen en la adopción de los terminales de tipo phablet. Entre la audiencia femenina, sin ir más lejos, el uso del bolso es generalizado, y ello facilita que haya menos reticencia a la hora de elegir un smartphone grande. Puede parecer curioso, especialmente si tenemos en cuenta que, en general, las manos de una mujer son más pequeñas que las de un hombre.
Con todo, las virtudes de una pantalla grande prevalecen sobre la ergonomía de los modelos de menos de 5’’. De hecho, según Flurry Analytics, el consumo de contenidos tales como noticias y revistas, o de entretenimiento, creció hasta más de cinco veces más en phablets que en móviles convencionales.
Siguen vendiéndose terminales de tamaño por debajo de las 5’’, pero las cifras se decantan hacia los phablets y, al mismo tiempo, los fabricantes dejan de ofrecer terminales con un tamaño compacto, lo que a su vez hace que se acelere la adopción de modelos con diagonal de pantalla grande.
Al final, la relación que se tiene con un phablet acaba siendo de amor y odio a la vez. Cuando estamos viendo una página web, o leyendo un artículo, o editando o viendo fotos y vídeos, amamos nuestra pantalla de 5,5’’. Pero cuando tenemos que guardar el terminal en el bolsillo, o lo llevamos a correr, desearíamos tener un terminal mucho más pequeño.
Cómo usamos un phablet
Según la RAE, la ergonomía es ”el estudio de la adaptación de las máquinas, muebles y utensilios a la persona que los emplea habitualmente, para lograr una mayor comodidad y eficacia”. Acerca de los phablets también hay estudios ergonómicos que hablan de la forma en la que interactuamos con ellos.
En nuestro día a día, cada uno tiende a adoptar formas de uso personales, pero hay algunos datos que pueden ayudarnos a poner en contexto las nuestras. Por ejemplo, según Hoober and Patti Shank los usuarios de phablets usan ambas manos el 70% del tiempo de uso. El informe donde están esos datos precisa de suscripción, aunque es una estadística relevante que dice mucho sobre las exigencias ergonómicas de estos dispositivos.
Según el portal especializado en el campo de las interfaces de usuario (UI/UX), A List Apart, se pueden delimitar las zonas donde es más complicado o más fácil acceder con nuestro dedo pulgar sobre la pantalla de un dispositivo móvil, aunque en el caso de los phablets, también se usa el dedo índice para interactuar con la pantalla.
Un interesante ejercicio que puedes hacer es el de pararte a observar cómo usas tu dispositivo móvil, ya sea de menos de 5’’ o un phablet. Puede que tras ello, te resulte más cómodo cambiar de estrategia, o simplemente usar un tipo u otro de interacción dependiendo del momento concreto.
Las ventajas de un phablet
Al final, las cifras acerca del uso de apps y consumo de contenidos en los phablets, comparadas con las de los smartphones hacen que la balanza se incline hacia los primeros. Los móviles de menor tamaño son más cómodos de llevar y manejar, pero hacen que derivemos tareas como la lectura, el acceso a páginas web o el visionado de películas y vídeos a las tabletas.
Los phablet, en este sentido, canibalizan las ventas de tabletas, haciendo que se dejen en los cajones, y polarizando el uso de dispositivos para movilidad en dos direcciones: por un lado están los phablets, y por otro los portátiles convertibles y 2 en 1.
Empresas como Asus, han adaptado sus propuestas de movilidad a esta tendencia, apostando por el formato de 5’’ en sus smartphones (incluyendo la opción de las 5,5"). La gama Zenfone 2 integra todo lo necesario para satisfacer las necesidades de los usuarios en movilidad, junto con una experiencia optimizada para el consumo de contenidos.
Las pantallas de esta familia son Full HD o HD, con tecnología IPS y 400 nits de brillo, junto con Asus Splendid, una app específica para gestionar temperaturas de color, filtrado de luz azul o la saturación de los colores. Además, cuenta con aplicaciones propias para la administración de la energía, con un margen de maniobra muy amplio a la hora de decidir qué consumo queremos en nuestro dispositivo.
También ofrece un lanzador de aplicaciones propio, ZenUI, junto con un modo especial para manejar la interfaz con una única mano que se activa pulsando dos veces sobre el botón de inicio. De este modo, se facilita el uso con una única mano del terminal, lo cual es de agradecer para usuarios con manos pequeñas. Las capturas de pantalla también se pueden realizar usando un único dedo, por poner otro ejemplo de optimización de los Zenfone 2 para minimizar los aspectos negativos del tamaño y potenciar los positivos.
Otros apartados como la cámara, están igualmente cuidados, como corresponde a un dispositivo que pretende ser una solución de movilidad todo terreno, capaz de aglutinar en un único terminal las funciones de smartphone y tableta. Hay modelos con procesador Qualcomm, así como Intel Atom, con hasta 4 GB de RAM y 32 GB de almacenamiento interno expandible mediante tarjetas microSD. De este modo, el hardware no será un cuello de botella.
Las baterías también están dimensionadas para ofrecer una autonomía correcta, con hasta 3.000 mAh de capacidad, aprovechando el mayor tamaño disponible para integrar una batería más solvente que en terminales de menor tamaño.
Un acierto de Asus ha sido integrar el control de volumen en la parte posterior, lo cual hace que sea más fácil llegar a ellos, aunque el terminal sea de 5,5’’. Es una característica además hace que tanto diestros como zurdos manejen los controles de un modo óptimo.
Muchas ventajas, pocos inconvenientes
Los phablet están para quedarse. Y en manos de los fabricantes está ofrecer el mejor hardware posible para sacar todo el partido posible a dispositivos con la responsabilidad de ser tanto un smartphone como una tableta. En este sentido, el uso de apps para optimizar la interacción con la interfaz de usuario es un acierto, así como ubicar los botones en lugares donde alcancen todo tipo de manos.
Los Zenfone 2 de Asus suponen una interpretación acertada del formato phablet, con la excepción de la ubicación del botón de encendido, en la parte superior, de difícil acceso con una mano incluso para personas que las tengan de un tamaño por encima de la media. Con todo, cada usuario tendrá que juzgar por sí mismo y adoptar un estilo de uso acorde con sus necesidades, usos y costumbres.
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