El excesivo calor es uno de los mayores peligros a los que se enfrenta todo ordenador, especialmente si es portátil. Tanto que si el equipo se sobrecalienta demasiado, se puede no solo resentir el rendimiento de la máquina sino incluso tener un fallo del sistema.
Además, este tipo de incidentes suelen ser más frecuentes en los portátiles precisamente porque los sistemas de refrigeración incorporados no están desarrollados, por lo general, para soportar el calor generado por los propios componentes del ordenador cuando éste se utiliza durante muchas horas.
Ante las altas temperaturas, un poco de aire
Las baterías, las tarjetas gráficas y las CPUs más antiguas pueden superar fácilmente los 100 grados si por error se cubren sus salidas de aire. Algo que no es tan descabellado si utilizas el equipo en el sofá, cama o en tu regazo. Las temperaturas a partir de las cuales entramos en zona de riesgo son los 90-95 grados para la tarjeta de video, los 70 para el procesador o los 60-65 en un disco duro.
La mejor manera de evitar el sobrecalentamiento es una base o almohadilla de refrigeración portátil. Es una superficie rígida para el portátil que añade ventiladores de alta potencia para aumentar el flujo de aire y la disipación de calor dentro de la carcasa del equipo.
Estas bases son especialmente útiles si utilizas el portátil para tareas que conlleven un uso intensivos de la CPU, como juegos o renderizado de vídeo.
El material del que está hecho
Como no son iguales, cada portátil puede obtener dispares resultados con distintas o incluso con las mismas bases, aunque en términos generales son muy útiles para bajar las temperaturas de los componentes dentro de un portátil.
Estas bases de refrigeración pueden ampliar la vida de un portátil al combatir el calor. E incluso pueden ser más silenciosas que el ventilador que incorpore el portátil.
Por lo general, estas bases están fabricadas con metal o plástico. El segundo es bastante barato, pero el metal suele dar mejores resultados y dura más tiempo. Por eso, podemos decir que, aunque hay excepciones, el aluminio o metal en general es una mejor opción de compra que una base de plástico.
Cuestión de tamaño y diseño
Evidentemente, debes comprar una base que se ajuste al tamaño de tu portátil, de manera no que sea ni muy grande ni muy pequeña.
El exceso de calor es contraproducente para los ordenadores y es más frecuente en los portátiles
Basta hacer una búsqueda rápida para comprobar que estas bases de refrigeración para portátiles vienen en diseños, tamaños y formas de gran variedad. Por eso, se debe optar por aquella que esté diseñada adecuadamente para el tamaño de su portátil.
Además del tamaño, es importante que te asegures de que las rejillas de ventilación y los ventiladores del portátil y el refrigerador portátil se alineen. Al igual que los GHz de los procesadores o las RPM de los discos duros no lo son todo en estos componentes, la potencia bruta del ventilador (medida en muchas ocasiones en CFM, pies cúbicos por minuto, que es una medida del volumen de aire que fluye en un sistema) no lo es todo. De hecho, la alineación de ventiladores y respiraderos tendrá un papel más importante en la eficacia de la base en la mayoría de los casos.
El diseño sería un punto aparte, como función estética. Existen bases de gaming que exhiben un portentoso músculo pero que combinarán poco con un portátil que prefiere optar por la movilidad y un diseño muy fino. Por supuesto, la base seguirá haciendo su trabajo en uno y otro caso.
Un ejemplo de diseño integrado es el portátil de gaming ROG GX700VO de ASUS. Es el primer portátil gaming con refrigeración líquida gracias a su módulo extra.
Que el portátil siga siendo portátil
Especialmente si viajas con tu portátil, no olvides el tema del peso a la hora de comprar una base. Asegúrate de que ésta es portátil, ligera y, por supuesto, que pueda durar mucho tiempo aunque la lleves de viaje.
Debes tener en cuenta cómo están alineados los ventiladores y los respiraderos de la base de refrigeración
Es cierto que el plástico puede ser la mejor opción en estos casos dado que es más ligero que el metal, pero también sacrificarás la duración de tu compra, por lo que, o balanceas muy bien qué es más importante para ti y tu bolsillo (ligereza o durabilidad) o te seguiremos recomendado las bases de metal.
Si además de viajar con el portátil eres de los que lo utilizas sobre la marcha, en un sofá o en tu regazo, no deberías olvidarte de comprobar que la base que elijas te permita sentirte cómodo mientras usas el portátil.
Número y potencia del ventilador
En la variedad, dicen, está el gusto. En el mercado puedes encontrar propuestas de refrigeración que tienen uno (generalmente grande) o más ventiladores (siendo entonces más pequeños).
Un ventilador más grande no significa necesariamente que estemos ante un mejor sistema de refrigeración que cuando tenemos dos o más ventiladores más pequeños. Tampoco eso conlleva que sea más o menos ruidosos.
El factor de calidad de una base de enfriamiento lo marca su capacidad y potencia de resistencia para disminuir el calor operativo y la temperatura del dispositivo. Por lo tanto, antes de elegir la mejor base de refrigeración es importante que puedas saber dónde están los respiraderos y cuál es la potencia de estos ventiladores.
Cuidado con el efecto aspirador
También hay que tener en cuenta el mecanismo empleado para enfriar el interior del portátil y que ése no sea contraproducente. No hay que olvidar que el mecanismo tiene tendencia a aspirar las partículas no deseadas y el polvo del lugar donde se encuentre el portátil.
A medida que las partículas de polvo se absorben, la CPU tenderá al sobrecalentamiento, a ralentizar su rendimiento o incluso a estropearse. Por lo tanto, la base no solo debe enfriar sino hacerlo eficazmente reduciendo la calidad del polvo aspirado o incluso creando una barrera especial entre la parte posterior del ordenador portátil y la base. Para ello puede ser determinante el lugar donde se encuentren los ventiladores.
Que no te estallen los oídos
Los ventiladores de los ordenadores, por lo general, hacen ruido. Y los de las bases de enfriamiento no son una excepción.
En función de la tolerancia que tengas a este exceso de ruido, tu elección de base será una u otra, ya que algunas son más “tranquilas”. Por lo general, cuanto más alto sea el CFM más ruido pues generan las bases. Cuanto más ventiladores tenga, el ruido también puede ser hasta un 50% más. Y cuanto más más pequeños sean los respiraderos, más ruido generará.
Por último, y no por ello menos importante, debes encontrar la base que se adapte a tu presupuesto. Las de plástico son más baratas pero de nuevo recuerda que duran menos.
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