Las cámaras fotográficas son uno de los elementos más importantes de cara a elegir un terminal móvil. Especialmente en los terminales de gama media y alta, los usuarios demandan de sus smartphones unas habilidades fotográficas capaces de capturar momentos con rapidez, calidad y el máximo de posibilidades creativas.
El problema de los móviles es la falta de espacio para integrar tecnologías ópticas más allá un sensor, una óptica fija y la electrónica capaz de manejar la información recogida por el captor. Tras diversos intentos, honrosos pero sin demasiado éxito, en aras de integrar elementos ópticos como el zoom, diseñar accesorios del estilo de cámaras dedicadas acoplables o experimentar con más o menos megapíxeles y tamaños de sensor, en la actualidad parece que se ha llegado a un consenso en cuanto a qué tecnologías son las óptimas para la cámara de un móvil.
El problema de los móviles es la falta de espacio para integrar algunas tecnologías ópticas
Sin ir más lejos, para sensores tan pequeños como los que se usan en los smartphones, el número de píxeles se mantiene, en general, en valores de menos de 16 Mpx, primando la capacidad captora de luz al número de elementos captores de luz. Además, se tiende a usar ópticas tan luminosas como sea posible, por debajo de F2.0 junto con sistemas de estabilización muy perfeccionados.
El autoenfoque, por su parte, se trabaja a nivel de sensor, con tecnología de píxeles duales capaces de, tanto captar la luz como de enfocar, ayudados por sistemas láser si el fabricante lo contempla. También se añaden modos manuales en las aplicaciones de cámara, y procesadores de imagen que compensan las carencias del hardware en la medida de lo posible.
La doble cámara
Si bien es cierto que en un smartphone con un grosor de unos pocos milímetros es complicado añadir elementos ópticos complejos en su cámara, lo que sí se puede hacer de un modo óptimo es añadir una segunda cámara que amplíe las posibilidades creativas de los teléfonos móviles.
Tener una batería de alta capacidad es un detalle muy de agradecer: hacer fotos es una de las tareas que más energía consume en un smartphone.
Lo que en un principio empezó siendo anecdótico y con usos tan aparentemente exóticos como el de capturar información de profundidad para añadir efectos de desenfoque selectivo en las fotos, ha acabado por convertirse en una característica muy apreciada por los usuarios que buscan de su terminal el máximo potencial creativo para la captura de imágenes y vídeos.Tanto es así, que el "April's Fool" de este año tuvo una de sus mejores bromas en el anuncio por parte de ASUS de un móvil con seis cámaras, el Zenfone Zoooooom Extreme HDR 1.7s Veritas Blue Limited Special Edition.
Inocentadas aparte, cada fabricante apuesta por su propia interpretación de la doble cámara: en unos casos se apuesta por ofrecer un gran angular. En otros se apuesta por la diferenciación de los sensores en apartados como el número de píxeles o su especialización para hacer fotos en blanco y negro. En otras ocasiones se apuesta por la integración de un angular de tipo zoom que, además, sirva para recrear efectos digitales.
Dos mejor que una
La doble cámara, a día de hoy, puede considerarse un “must” para los amantes de la fotografía. Para terminales a partir de cierta gama, es difícil justificar la ausencia de una segunda cámara. Para los usuarios es una ventaja siempre y cuando no afecte negativamente aspectos como la ergonomía, el tamaño o el peso. Pero a estas alturas parece suficientemente probado que una segunda cámara no es incompatible con tener una batería de gran capacidad, con un grosor mínimo y un diseño tan elegante como funcional.
Lo que sí deja margen para la diversidad es la implementación de las dobles cámaras, tanto en el apartado de cualidades ópticas como tecnológicas. Como hemos visto, hay diferentes posibilidades donde los fabricantes pueden elegir. Uno de los últimos y más recientes ejemplos de cámara dual es el del Zenfone Zoom S de ASUS.
La doble cámara empieza a ser una característica habitual en los terminales móviles que pretendan ofrecer a los usuarios las mejores herramientas creativas
Este terminal apuesta por el zoom óptico 2,3x para su segunda cámara, con una distancia focal de 59 mm frente a los 25 mm de la cámara “estándar”. Es importante que los sacrificios tecnológicos aplicados a la segunda cámara sean los mínimos: que la segunda cámara venga “gratis” no implica que pueda descuidarse su calidad.
Así, en una óptica zoom es normal que se pierda luz. Es decir, que llegue menos luz al sensor, con lo que perderemos capacidad para capturar imágenes en condiciones de luz escasa. Concretamente, se pasa de F1.7 en la apertura de la cámara “normal” a F2.8 en la cámara zoom. El número de píxeles es, al igual que en la cámara principal, de 12 Mpx, con estabilización de tres ejes para la cámara zoom y de cuatro para la principal.
En ambos casos, se permite grabación 4K y la captura de fotos mientras se graba vídeo, sin que el grosor pase de 8 mm y con una batería de nada menos que 5.000 mAh.
Tecnología digital de vanguardia
Otro apartado donde los fabricantes tienen margen para la diferenciación es en el de tecnología digital que se emplea para realizar “mejoras” sobre las imágenes capturadas por los sensores. De nuevo, ASUS con el Zenfone Zoom S es un ejemplo de aplicación de técnicas de procesamiento de imagen capaces de ofrecer un zoom “digital” de hasta 12x, junto con efectos de desenfoque del fondo en retratos.
Para compensar la degradación de la luminosidad en el sensor zoom 2,3, ASUS ha integrado su tecnología SuperPixel Engine, en la que se usan algoritmos capaces de eliminar ruido, estabilizar la imagen y realizar operaciones de apilado con el fin de eliminar artefactos de tales como el pixelado en el zoom digital o el ruido si se trabaja con poca luz.
¿Qué puedes hacer con una doble cámara?
En pocas palabras, puedes hacer fotos diferentes, con un arsenal creativo superior al que tendrías con una única cámara. Y también puedes hacer las mismas fotos, pero con un resultado mejor. Las técnicas de procesamiento digital combinando las dos cámaras permiten reducir los artefactos visuales no deseados, así como añadir efectos que, solo mediante el hardware, serían imposibles de conseguir.
En el caso del Zenfone Zoom S de ASUS; además de poder “acercar” hasta 2,3x los sujetos gracias a su zoom óptico, se consigue un zoom digital de gran calidad con hasta 12x. Sin olvidar el modo retrato donde se usa el efecto de desenfoque del fondo para hacer que los sujetos destaquen aún más.
Por otro lado, junto con la apertura de F1.7, la tecnología SuperPixel consigue que se trabaje con una luminosidad equivalente hasta ocho veces superior a la de una cámara convencional, con píxeles de menor tamaño.
Básicamente, lo que conseguimos también con una cámara dual bien hecha, es capturar el momento con mayores garantías que en terminales con una única cámara. ASUS, precisamente, invita capturar momentos con el ASUS Zenfone Zoom S: “Catch the moment” es el argumento con el que resume todas las innovaciones y funcionalidades del Zoom 3.
Si puedes, elige doble cámara
Además de su uso en fotografía, las dobles cámaras también encuentran aplicación en la grabación de vídeo. Jugando con angulares diferentes se pueden grabar secuencias mucho más dinámicas. Las ventajas de las dobles cámaras son mucho mayores que sus inconvenientes y se hace complicado justificar su ausencia en terminales de gamas altas e incluso también en las gamas medias-altas.
Es todo cuestión de gustos, por supuesto. Pero las dobles cámaras aumentan las posibilidades creativas de los terminales. Y si están bien hechas, no tienen por qué suponer una merma en otros apartados como el diseño o la ergonomía. Ejemplos hay, como el reciente Zenfone Zoom S, uno de los terminales más avanzados en la integración de sistemas de cámaras duales.
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