Como diría Benjamin Franklin en su ‘Consejos a un joven comerciante’, «el tiempo es oro». Pasamos demasiado tiempo esperando a las cosas: a que pongan una nueva serie en nuestro portal de contenido favorito, a que se descargue un archivo, a que se copie desde una memoria USB los últimos apuntes de la universidad, o unas recetas de cocina. O lo que sea.
El tiempo es determinante a la hora de elegir un equipo: no hay nada peor que convivir día a día con un sistema lento, cansino, que nos agota la paciencia desde que lo desplegamos y metemos nuestra clave de usuario. Conexiones como Thunderbolt 3 entran en este escenario para cambiarlos por completo.
¿De qué hablamos cuando hablamos de Thunderbolt?
Thunderbolt es un estándar de conexión, como podría ser USB o Firewire. Pero, a diferencia de estos, su tecnología se basa en pulsos de luz para transmitir la información, no en pulsos magnéticos (o eléctricos).
Thunderbolt basa su tecnología en pulsos de luz para transmitir la información
En la electrónica de consumo, el protocolo USB 3.0 y eSATA son los más extendidos en la transmisión de datos, igual que el HDMI y DisplayPort para el vídeo. Thunderbolt es compatible con todos, aglutinando las mejoras de unos y otros y presentando unos ratios de transmisión muy superiores.
Thunderbolt nació en 2010, tras una década de progresos e investigaciones dentro del marco del USB, el bus estándar más popular. Por aquel entonces se llamaba Light Peak y tenía mucho que demostrar. En teoría era revolucionario; en la práctica aún tardaría dos años en aterrizar al mercado doméstico.
Y no fue fácil. De hecho, durante su breve historia, Thunderbolt 3 se rindió al diseño USB-C. Es decir, adaptó el tipo de conector para ser compatible con éste, en forma y fondo. En la actualidad también es compatible con PCI Express, DisplayPort 1.2, USB Superspeed (3.0 y 3.1) y anteriores versiones de Thunderbolt (vía adaptador).
¿Qué hace diferente a Thunderbolt 3?
En primer lugar, su ancho de banda. Ya nadie recuerda aquél límite teórico marcado por el USB 1.1 —12 Mb/s que en realidad alcanzaban los 2 MB en el mejor de los casos—, pero ese pasado no es tan remoto. Thunderbolt 3 ofrece un límite teórico de 40 Gbit por segundo, lo que se traduce en 5 GB/s, consumiendo la mitad de energía que su iteración anterior.
Gracias a este ancho de banda, Thunderbolt puede alimentar dos 4K pantallas externas a 60 Hz o una pantalla 4K a 120 Hz. Estamos hablando de un cable capaz de ofrecer cuatro veces más datos, con total compatibilidad con las conexiones P2P 10GbE, lo que se traduce en rápidas migraciones de ficheros entre soportes externos y otros ordenadores más antiguos.
¿Y qué utilidad ofrece tanta velocidad? Pues, además de la obvia mejora en rendimiento diario, reduciendo tiempos de carga en la transmisión de archivos, presenta un nuevo escenario: al disminuir el cuello de botella, podemos hacer uso de pantallas con resoluciones más altas, usar replicadores de puertos, montar un segundo monitor sin que esto afecte a la tasa de frames, etcétera.
Al disminuir el cuello de botella, podemos hacer uso de pantallas con resoluciones más altas
Que el mismo puerto de ordenador sirva para conectar un HD o una pantalla o cualquier dispositivo USB, desde un lector de libros a una cámara de fotos digital, no sólo nos optimiza la vida ofimática, también ayuda a quienes no poseen conocimientos informáticos, aquellos que se vuelven locos buscando el cable compatible.
Aunque Thunderbolt 3 nació tras una dilatada alianza entre Intel y Apple, es en Windows donde más se está apostando en la actualidad. Las últimas Windows 10 Creators Update apuntaban hacia esta dirección: durante el pasado mayo se notificaron más de 120 diseños de PC equipados con procesadores Intel de séptima generación, optimizados para Thunderbolt 3.
Además, su apoyo sólo irá en aumento. Desde Intel apuestan por el libre uso: Thunderbolt se convertirá en un estándar libre de regalías y comisiones para fabricantes.
Nuevos equipos para nuevos tiempos
A quien más beneficia este nuevo ecosistema es a los escritorios móviles, aquellos que necesitan movilidad: hoy conectados a un servidor NAS desde el trabajo, mañana conectados a una segunda pantalla para ver una peli en casa de unos amigos.
Portátiles como el ASUS ZenBook 3 Deluxe cuentan en su diseño con 3 puertos Thunderbolt 3, además de un procesador Intel Core i7 de séptima generación y un SSD de 1TB.
Decíamos que el tiempo es oro. En ASUS lo saben bien. Como usuarios siempre queremos lo mejor, no sólo en términos de potencia. ¿Para qué queremos 16GB de RAM si vamos a tardar media hora en copiar unos archivos?
Además, como ya hemos comentado en alguna ocasión, para vivir sin cables todavía quedan algunos años. En cambio, la Realidad Virtual y las resoluciones superiores de la actualidad (4K HDR) requieren una transmisión de datos mucho más elevada. Tanto el equipo emisor como el receptor deben estar más preparados y usar protocolos de conexión más eficientes.
Thunderbolt 3 y sistemas como ZenBook 3 Deluxe proporcionan las necesarias mejoras para disfrutar de nuevas tecnologías sin sacrificar nuestro (valioso) tiempo. Y, si hay algo que siempre necesitamos más y más, es tiempo.
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