Samsung UE65HU8500Z 65" Curvo UHD Smart TV, análisis

Las primeras teles curvas ya han llegado a las tiendas, y parecen dispuestas a quedarse. No hace mucho analizamos qué aportan a la experiencia de la televisión, y ahora, por fin, hemos tenido la oportunidad de comprobarlo de primera mano.

El televisor UHD con pantalla curva UE65HU8500Z de Samsung ha sido uno de los primeros en llegar a las tiendas, y también a nuestro laboratorio. Además de su innovador panel, incorpora los últimos refinamientos introducidos por la compañía surcoreana en sus teles, por lo que, sobre el papel, debería ser un «peso pesado». Veamos si ha superado nuestras expectativas.

Samsung UE65HU8500Z, análisis en vídeo

Principales especificaciones

Si queréis consultar todas las características de este televisor o compararlo con algún otro modelo de esta marca podéis echar un vistazo a la página web de Samsung.

Diseño y construcción

En las fotografías que ilustran este análisis podéis ver que el diseño de este televisor está cuidado. Su chasis es estilizado y el panel tiene un grosor reducido, aunque en este modelo su curvatura, que tiene un radio de 4,2 metros, provoca que su profundidad real sea mayor que la de un televisor plano. Aun así, no es nada exagerado y prácticamente puede ser ubicado en cualquier espacio en el que sea posible integrar un televisor de 65 pulgadas plano.

Su construcción, por otra parte, está en consonancia con la que cabe esperar en un televisor de la serie 8 de Samsung. Utiliza plásticos de calidad, aunque lo que realmente llama la atención al observarlo de cerca es su marco, de aluminio e impecablemente mecanizado. La peana, por su parte, es bastante bonita y no resulta excesivamente grande, sobre todo dado que tiene que sostener un televisor con un panel de unos 140 cm de anchura y un peso de más de 30 Kg.

Interfaz y sistema de control

La mayor parte de los grandes fabricantes de electrónica de consumo, entre los que, por supuesto, se encuentra Samsung, está apostando por unificar en la medida de lo posible la interfaz de sus dispositivos para facilitar a los usuarios el salto de uno a otro. Aunque hay diferencias claras entre la interfaz de esta tele y la de un smartphone, es evidente que Samsung ha apostado por darle un aspecto más plano y, por lo tanto, más parecido al de un teléfono móvil inteligente. Estéticamente es bastante atractiva y basta dedicarle unos pocos minutos para familiarizarse con ella. No planteará problemas a ningún usuario que esté mínimamente familiarizado con otros Smart TV, o bien, con un smartphone o un tablet.

Samsung ha apostado por integrar en este televisor un microprocesador con cuatro núcleos que mueve la interfaz, como cabía esperar, con una latencia prácticamente inapreciable. La auténtica prueba de fuego son las aplicaciones, y la verdad es que en este terreno no tengo nada que objetar. Prácticamente todas se ejecutan con fluidez y con unos tiempos de espera razonables que vienen impuestos más por la velocidad de la conexión a Internet que por la CPU.

En lo que concierne a las apps el repertorio es muy amplio. Por supuesto, están todas las que podemos considerar «imprescindibles», como YouTube, Skype, Vimeo, Disney Channel (impagable si hay niños en casa), Twitter, etc. Pero también hay un abanico interesante de aplicaciones que pueden resultar atractivas para un espectro amplio de usuarios, como Yomvi, Smart Home, los canales de televisión a la carta, los principales diarios españoles, etc. La mayor parte de las apps que podemos exigir a un televisor inteligente actualmente están, así que no tengo nada que objetar.

Por otro lado, Samsung ha introducido algunas innovaciones importantes en las opciones de interacción entre el usuario y el televisor. Al igual que las dos últimas generaciones de teles de este fabricante, este modelo nos permite interactuar con él utilizando nuestra voz, nuestros gestos, y, cómo no, los mandos a distancia. El control por gestos ha experimentado una mejora bastante notable, y ahora ya no es necesario mover los brazos y hacer «aspavientos» exagerados; basta mover con suavidad nuestro brazo para desplazarnos por la interfaz y doblar el dedo índice como si presionásemos uno de los botones de un ratón para seleccionar la app o la opción adecuada.

El control por gestos es ahora más sutil y cómodo, pero, sinceramente, y esta es una opinión personal, aunque al principio la interacción mediante la voz y los gestos es bastante impactante, enseguida te das cuenta de que resulta más rápido y práctico el control mediante el puntero integrado en el mando a distancia convencional, así que esta es mi opción preferida.

Calidad de imagen

Y, por fin, llegamos al que para mí es el apartado más interesante de este televisor: su calidad de imagen. Empezaremos indagando en las cualidades y los defectos del panel curvo. Sobre el papel, el diseño curvado debe ofrecernos una mayor capacidad de inmersión en las imágenes, un menor índice de reflexión de la luz ambiental (indica la cantidad de luz que refleja) y una distorsión trapezoidal (es la deformación de la imagen que aparece en las teles planas provocada por la distancia variable entre nuestros ojos y las distintas zonas del panel) inferior a la de los paneles planos. Vayamos por partes. Con total honestidad, yo no he apreciado una capacidad de inmersión significativamente superior a la que ofrece un televisor de 65 pulgadas con panel plano. Tuve la ocasión de colocar al lado de este Samsung una tele de LG UHD también de 65 pulgadas, y ambas ofrecen una inmersión similar, que, en mi opinión, está más propiciada por el tamaño del panel que por su curvatura.

Eso sí, el índice de reflexiones es ligeramente inferior al que ofrece un panel completamente plano, algo que me sorprendió positivamente, por lo que provoca una fatiga ocular algo menor cuando se utiliza durante muchas horas. La distorsión trapezoidal subjetiva es algo inferior, y lo que más me sorprendió es que cuando se observa el televisor desde una posición algo escorada, la legibilidad del extremo opuesto es claramente mejor que la que ofrece un televisor plano, aunque se pierde un poco de contraste en el extremo más próximo si estamos exageradamente descentrados.

Para probar a fondo la calidad de imagen de este televisor lo alimentamos con contenidos con resolución UHD, 1080p, 720p y resolución estándar, y lo cierto es que los resultados que obtuvimos fueron dispares. Con contenidos UHD este televisor, como cabía esperar, da lo mejor de sí mismo. Ofrece unos negros profundos que me recuerdan a los de los paneles OLED, un nivel de detalle en zonas oscuras realmente bueno (aunque no el mejor que he visto) y una gama cromática amplia que le permite restituir los colores con una enorme riqueza. Además, su sensación de profundidad es de lo mejor que he visto hasta ahora, lo que parece indicar que la tecnología Auto Depth Enhancer de Samsung funciona. Y, por supuesto, su nivel de detalle global es el que cabe esperar de una tele UHD: excelente.

Por otra parte, el escalado que hace a partir de contenidos Full HD es realmente bueno. Obviamente, el nivel de detalle que obtenemos al reproducir imágenes 1080p no es equiparable al del vídeo UHD, pero, aun así, es realmente alto, y su contraste y colorimetría global son sobresalientes. Cualquier película en Blu-ray Disc o bajada de Internet con resolución 1080p se verá de maravilla en esta tele. Pero ahora entramos en «terreno pantanoso». El algoritmo de escalado se resiente claramente cuando se ve obligado a pasar de resolución estándar o 720p a UHD para alcanzar la definición nativa del panel, por lo que el nivel de detalle global es mucho menor, las imágenes son más planas y la gama cromática parece menos rica. Este resultado para confirmar una sospecha que ya tenía: un escalado tan agresivo como el que se ven obligadas a realizar las teles UHD con este tipo de contenidos no permite obrar milagros.

Calidad de sonido

Es evidente que a Samsung le importa mucho la estética de sus productos. Con el fin de reducir el grosor de los marcos, la firma surcoreana ha decidido alojar los altavoces de esta tele en el perfil inferior del panel, una solución que estéticamente queda muy bien. La dotación de transductores no está mal; de hecho, incorpora varios altavoces de agudos y medios, y un woofer con una potencia de amplificación conjunta de 60 vatios. Sin embargo, como en la mayor parte de estas teles, las restricciones que impone su estilizado chasis son difíciles de sortear.

El sonido de esta Samsung es convincente con contenidos televisivos, pero no para cine en casa o videojuegos. Sus graves tienen poca pegada, su sonido es muy metalizado (el timbre no es realista) y el nivel de presión sonora máximo es bastante limitado. A su favor debo decir que mantiene la distorsión bajo control incluso cuando se nos va la mano con el volumen, pero, aun así, lo ideal es acompañar esta tele por un equipo de sonido que esté a la altura de las estupendas imágenes que es capaz de entregar cuando la alimentamos con contenidos UHD o Full HD.

Opinión de la Samsung UE65HU8500Z en Xataka

Samsung ha hecho un buen trabajo con esta tele. Su diseño es muy atractivo, ofrece una excelente calidad de imagen con contenidos UHD y Full HD, y su panel curvo nos permite disfrutar, como he explicado antes, algunas ventajas sobre los paneles planos que, si bien no me parecen decisivas, sí pueden mejorar algo la experiencia del usuario en determinados escenarios de uso en los que la luminosidad ambiental puede ser un problema o es necesario mirar la televisión desde una posición muy descentrada.

Además, me parece una buena idea que Samsung haya extraído una parte de la lógica fuera del televisor para permitir su actualización en el futuro a través de los UHD Smart Evolution Kits. Desafortunadamente no tuvimos la ocasión de probar esta tele con contenidos en 3D, pero es probable que hubiese estado a la altura. Lo que, como he mencionado en el análisis, no me convence es, por un lado, su sonido, que para aplicaciones de cine en casa me parece muy mejorable. Y, por otra parte, es conveniente saber que las teles UHD «sufren» mucho al escalar contenidos con resolución inferior a Full HD para que nadie se sienta defraudado después de haberla comprado. Por supuesto, este televisor se puede usar sin problemas para ver la señal DVB-T, pero, en este caso, la experiencia es mejor con los canales de alta definición.

Para concluir solo me queda comentar que el modelo que hemos analizado ya está disponible en muchas tiendas. Su precio oficial es 4.499 euros, pero puede encontrarse por debajo de los 4.000 euros sin dificultad indagando un poco en las tiendas físicas o Internet.

El equipo ha sido cedido para la prueba por parte de Samsung. Puedes consultar si lo deseas nuestra política de relaciones con las empresas.

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