Tras infinidad de rumores y filtraciones, Valve anunció ayer el Steam Deck, su ¿consola? portátil. Realmente llamarlo consola es erróneo, porque la Steam Deck no es una consola, es un PC hecho y derecho que podemos llevar a cualquier lado y que nos permite hacer con ella lo que virtualmente nos de la gana. Y precisamente por eso el dispositivo es tan interesante.
Tocará esperar hasta finales de año para que el Steam Deck llegue a los usuarios y podamos echarle el guante para probarla, pero las promesas que nos hace Valve con este híbrido es digna del tren del hype. Porque no solo es tener el inmenso catálogo de Steam en la palma de la mano: es tener todas las opciones del PC gaming en el bolsillo, es poder jugar a lo queramos, cuando queramos.
Ficha técnica de la Steam Deck
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steam deck |
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dimensiones y peso |
298 x 117 x 49 mm 669 gramos |
pantalla |
LCD de 7 pulgadas Resolución 1.280 x 800 píxeles Formato 16:10 60 Hz 400 nits Táctil Brillo automático |
procesador |
APU AMD CPU: Zen 2 4c/8t, 2,4-3,5 GHz Potencia de la APU: 4-15W |
gpu |
8 RDNA 2 CUs, 1-1,6 GHz |
memoria ram |
16 GB LPDDR5 |
almacenamiento |
64 GB eMMC (PCIe Gen 2x1 256 GB NVMe SSD (4xPCIe Gen 3) 512 GB NVMe SSD de alta velocidad (4xPCIe Gen 3) |
expansión |
MicroSD |
controles |
Botones ABXY Cruceta Gatillos analógicos L y R Botones frontales L y R Botones de Ver y Menú 4 x botones de empuñadura asignables 2 x sticks analógicos capacitivos 2 x trackpads cuadrados (32,5 mm) Giroscopio de seis ejes |
conectividad |
Bluetooth 5.0 WiFi ac, 2x2 MIMO |
audio |
Estéreo con DSP integrado Micrófono dual Jack de 3,5 mm Audio multicanal |
batería |
40 Wh, hasta 8 horas de juego Fuente de alimentación USB tipo C PD3.0 de 45W |
software |
Steam OS |
precio |
64 GB: 419 euros 256 GB: 549 euros 512 GB: 679 euros |
Steam sí, pero también todo lo demás
La Steam Deck no es un PC gaming de gama alta ni falta que le hace. No tiene la potencia que se puede esperar de un ordenador creado exclusivamente para jugar, pero sí tiene las capacidades necesarias para, en principio, mover cualquier título en HD (la pantalla no da para más) a una tasa de fotogramas decente (con un máximo de 60 Hz).
El Steam Deck no va a enamorar a los que busquen jugar a 'Call of Duty' o 'Battlefield' con 360 Hz, sino que es una forma de llevar los juegos de PC en el bolsillo, desde indies a triple A, y acceder a ellos en cualquier momento. Habrá que ver cómo se comporta con juegos que están pensados sola y exclusivamente para teclado y ratón, pero se entiende la idea (ahí entra en juego el dock, enseguida vamos con él).
En cualquier caso, lo realmente interesante es que el Steam Deck es un PC. El dispositivo cuenta con una versión de SteamOS optimizada para el juego portátil, pero no deja de ser un sistema Linux con Proton, una capa de compatibilidad que hace posible ejecutar juegos sin que los desarrolladores tengan que adaptarlos.
Aunque la experiencia pivota alrededor de Steam, podemos acceder al escritorio sin problema. Es más, citando textualmente a Valve, "Steam Deck es un PC, por lo que puedes instalar software y sistemas operativos de terceros". Eso incluye Windows y abre todo un mundo de potenciales posibilidades que van más allá de Steam. Habrá que ver cómo de fácil es instalar Windows, cómo se comporta la interfaz y cómo corren los juegos, pero es algo viable.
Steam tiene una presencia enorme en PC, pero hay muchas otras opciones para jugar, véanse Epic Games, el launcher de Ubisoft, de Blizzard, etc. Podemos usar Steam (y seguramente vayamos bien surtidos de juegos), pero si así lo queremos podemos usar cualquier otro servicio que nos plazca. Al final, no dejan de ser plataformas para descargar juegos de ordenador.
¿Y cuál es una de las plataformas más interesantes para jugar en PC? Exactamente, Xbox Game Pass. Con Steam Deck no hará falta tener un PC gaming de sobremesa o una Xbox para explotar el servicio. Ahora podremos abrir la app de Xbox, bajarnos lo último de Bethesda o de Microsoft (pensemos en 'DOOM Eternal', 'Age of Empires IV' o un 'Starfield', por ejemplo) y jugar mientras vamos en el tren, en el bus o mientras estamos tirados en el sofá.
Pero va más allá. ¿Hay un juego que no podemos jugar en la calidad deseada? Pues sin problema, porque ahí tenemos los servicios de juego en la nube. Bastaría con acceder a Google Stadia, Xbox xCloud, NVIDIA GeForce Now o Amazon Luna (cuando esté disponible), lanzar el juego y listo. El Steam Deck tiene WiFi y el dock para la tele tiene Ethernet, así que la experiencia no debería ser mala.
Y hablando del dock, hablemos del dock (que tendrá que comprarse aparte). Es cierto que la clave del Steam Deck es la portabilidad, pero Valve no se ha olvidado de los que quieren jugar en una pantalla grande y para ellos creará la estación de conexión oficial. Esta tendrá DisplayPort 1.4 y HDMI 2.0, por lo que podremos conectar a cualquier tele o monitor compatible para jugar a lo grande. La resolución con el dock no estará limitada a 720p, pero cabe esperar que aumentarla afecte ligeramente al rendimiento.
En cualquier caso, y dejando de lado el dock, lo que está claro es que la forma en la que jugamos está cambiando. Desde hace unos años hasta ahora hemos visto a las empresas volcarse en ofrecer sus juegos en cuantos más dispositivos, mejor (sobre todo en lo que a la nube se refiere) y apostar por la portabilidad. De hecho, Nintendo quizá sea el máximo exponente de esta segunda premisa y el tiro le ha salido de miedo.
Habrá que ver cómo funcionan las Steam Deck cuando lleguen al mercado y si todas estas promesas llegan a buen puerto. Es cierto que Steam no ha tenido éxito ni con las Steam Machines ni con el Steam Link, pero esta nueva propuesta tiene mucho potencial. A pesar de su precio, que no es precisamente bajo.
El modelo más asequible cuesta 419 euros y tiene 64 GB de almacenamiento eMMC. El de 256 GB monta un SSD NVMe y cuesta 549 euros y el de 512 GB incorpora el SSD NVMe más rápido, cuesta 679 euros y además, tiene una "pantalla antirreflectante de primera calidad".
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