Siempre pensé que hablar de la muerte de un proyecto de Google, vende bastante, y en el caso de las gafas de Google, se hizo de forma exagerada. Es cierto que no se llegó a crear un producto para el gran público, ahí no supieron lidiar con las expectativas. Al final la cosa quedó en que había que darle una nueva vuelta al dispositivo, y lo volvieron a meter en laboratorios, pero lo que es vivo, estaba bastante vivo.
Hoy volvemos a tener noticias de las Google Glass, por cortesía de The Wall Street Journal, que nos informa sobre el despliegue de un nuevo modelo, limitado al mundo empresarial. Lo está distribuyendo de forma “silenciosa”, buscando tener la retroalimentación de los entornos reales, pero sin hacer el ruido mediático que se montó en el pasado.
Las nuevas gafas están llegando a trabajadores de entornos relacionados con la salud, la fabricación, y en general industrias en las que puede ser útil tener una pantalla y las manos libres para trabajar. Serán conocidas como "Google Glass Enterprise Edition”, y el programa de despliegue de las gafas, "Glass for Work".
Nos cuentan que de ahí no va a pasar a medio plazo, y es que Google no tiene planificado oficializar la nueva versión. Un dispositivo que lógicamente trae mejoras sobre el que conocimos, como un nuevo diseño, unos dicen que basado en bisagras que les permitirán plegarse, otros, que se podrá colocar en cualquier gafa. Se introduce la idea de que son mucho más resistentes, para poder introducirlas en entornos de trabajo más complicados.
La otra gran novedad, esperada, es la presencia de Intel dentro del dispositivo, que se encargará de dar más potencia, conectividad y autonomía. También hay novedades en el diseño del prisma, que es más delgado y con mayor calidad para representar la realidad aumentada.
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