Vale, no lo puedo negar, me he enamorado del CLVE TVBE. Sí, incluso con ese nombre. Pero es que el diseño que le han otorgado sus creadores me ha encantado, aunque no tanto sus prestaciones, prácticamente calcadas a las de un ultraportátil.
Así, en su interior encontramos un procesador Intel Atom a 1.6 GHz, a escoger entre 1 o 2 GB de RAM y un disco duro de 320 o 500 GB. Al contrario que los ultraportátiles, por eso, no dispone de conectividad Wi-Fi, pero sí de una unidad óptica, concretamente una grabadora de DVD a 22x.
Como conexiones ofrece un puerto Ethernet, seis puertos USB 2.0 (dos de ellos en la parte superior), salidas y entradas de audio e, incluso, un puerto paralelo y puertos PS/2. Todo ello unido a una fuente de alimentación de bajo consumo.
El modelo más barato del CLVE TVBE cuesta 299 euros, viniendo con Linux como sistema operativo, mientras que el más caro, con un procesador de doble núcleo, salida de S-Video y Windows Vista cuesta 404 euros. De momento solo están a la venta en Alemania, pero tienen previsto distribuirlo pronto en más países.
Lástima que por prestaciones no esté demasiado pensado para situarlo en el salón junto al televisor, porque es donde mejor quedaría con ese diseño.
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