Que aparezcan el C9 de LG y el Q90R de Samsung en el titular de este artículo no es un capricho nuestro. Y no lo es porque es la propia TCL quien asegura que ha concebido su nuevo televisor QLED con tecnología mini-LED para competir de tú a tú con estos dos televisores de gama alta, que, por otro lado, nos proponen dos experiencias muy diferentes que se asientan sobre bazas y debilidades también distintas.
La elección de estos televisores de LG y Samsung no es casual. Cuando llegue al mercado europeo durante el próximo mes de marzo el modelo X10 de TCL, que por el momento solo estará disponible en 65 pulgadas, costará 2.499 euros, lo que lo coloca en el mismo segmento de precio del C9 y el Q90R de las marcas surcoreanas. Además, tener el «descaro» de retar a dos de los televisores de los que más se ha hablado durante 2019 te coloca inevitablemente en el centro de atención, por lo que, sin duda, parece una estrategia inteligente. En cualquier caso, solo será efectiva si el X10 realmente está a la altura. El propósito de este artículo es averiguarlo.
Este es un texto de primeras impresiones, y no uno de nuestros análisis en profundidad, porque nuestra primera toma de contacto con el modelo X10 tuvo lugar hace solo unos días en la fábrica que TCL tiene en las afueras de Varsovia (Polonia). Nuestros análisis requieren que probemos los productos en nuestras propias instalaciones y que los sometamos a nuestro banco de pruebas, pero, afortunadamente, hemos tenido la oportunidad de probar el nuevo televisor de TCL con la debida calma y la profundidad necesaria para hacernos una idea certera de lo que va a ofrecernos cuando irrumpa en el mercado europeo. Y, de paso, también hemos podido enfrentarlo «cara a cara» al C9 de LG y el Q90R de Samsung.
TCL X10: especificaciones técnicas
El núcleo de la apuesta de este televisor, y lo que realmente lo hace diferente, es su retroiluminación, así que me parece una buena idea que empecemos indagando en ella. Aunque sus nombres se parecen, las tecnologías micro-LED y mini-LED no son en absoluto lo mismo. De la primera de ellas hemos hablado ya mucho en Xataka, y, grosso modo, recurre a una matriz de diodos LED RGB diminutos para restituir las imágenes, lo que la posiciona como una alternativa muy atractiva tanto a los televisores LCD LED como a los OLED.
La tecnología mini-LED recurre a una matriz de diodos LED azules muy pequeños y muy juntos que se responsabiliza de proporcionar la luz que necesita el panel LCD para reproducir las imágenes
Sin embargo, la tecnología mini-LED recurre a una matriz de diodos LED azules muy pequeños y muy juntos, aunque ni tan diminutos ni tan pegados como en la tecnología micro-LED, que se responsabiliza de proporcionar la luz que necesita el panel LCD para reproducir las imágenes. Esto ya lo hace la tecnología FALD (Full Array Local Dimming) que podemos encontrar en muchos televisores LCD avanzados desde hace varios años, pero la tecnología mini-LED permite llevar a cabo la atenuación de la luz por zonas con mucha más precisión, lo que permite al televisor ajustar la luz global de cada fotograma con más exactitud.
La ventaja que tiene la tecnología mini-LED si la comparamos con la implementación de un sistema FALD tradicional consiste en que recurre a diodos LED más pequeños. Y este inferior tamaño permite, como es lógico, incluir más en la matriz. Las cifras de este televisor de TCL son bastante impresionantes y pueden ayudarnos a hacernos una idea aproximada de la complejidad que tiene su retroiluminación. Y es que la matriz incorpora nada menos que 15.360 LED que permiten atenuar la luz de cada escena actuando sobre un total de 768 zonas independientes. Esta tecnología sigue sin ofrecer un control de la luz tan preciso como OLED, que, como todos sabemos, actúa a nivel de píxel, pero representa un paso hacia delante importante si la comparamos con una implementación FALD tradicional, que suele apoyarse en el mejor de los casos en 480 zonas (esta es la cifra de los modelos Q9FN y Q90R de Samsung).
Otra tecnología relevante que los ingenieros de TCL también han incluido en el modelo X10 es Quantum Dot, y lo han hecho bajo la forma de una implementación que, sobre el papel, es similar a QLED de Samsung. Sobre las capacidades de los nanocristales hemos hablado en Xataka largo y tendido, pero es interesante que recordemos que estas diminutas partículas tienen la capacidad de actuar sobre la longitud de onda de la luz emitida por el sistema de retroiluminación para permitir al televisor reproducir un abanico de tonos mucho más amplio. Según TCL su modelo X10 gracias a esta técnica es capaz de cubrir el 100% del espacio de color DCI-P3 con cualquier nivel de luminosidad. Incluso cuando la retroiluminación entrega picos máximos de brillo de 1.500 nits, lo que no está pero que nada mal.
La matriz de diodos LED de este televisor incorpora nada menos que 15.360 LED que permiten atenuar la luz de cada escena actuando sobre un total de 768 zonas independientes
Otra característica importante de este televisor es su soporte completo de los formatos HDR más extendidos: Dolby Vision, HDR10+, HDR10 y HLG. También resultan atractivas la barra de sonido firmada por Onkyo que incluye y su capacidad de procesar audio Dolby Atmos. Por último, en lo que se refiere al software que ha elegido TCL para que actúe como intermediario entre nosotros y el televisor la marca china ha ido sobre seguro al apostar por Android TV 9.0. Esta plataforma tiene como gran baza la disponibilidad de un abanico amplísimo de apps, pero, en mi opinión, también tiene margen de mejora desde un punto de vista estético y funcional. En cualquier caso, es justo reconocer que la experiencia que nos ofrece Android TV en los televisores que han llegado al mercado durante los últimos dos años es mucho más satisfactoria que la que nos proponían las anteriores generaciones de dispositivos con el sistema operativo de Google.
TCL X10 | Características |
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PANEL | LCD VA 4K UHD de 65 pulgadas y 10 bits con tecnología Quantum Dot y relación de aspecto 16:9 |
RESOLUCIÓN | 3.840 x 2.160 puntos |
HDR | Dolby Vision, HDR10+, HDR10 y HLG |
PROCESADOR DE IMAGEN | IPQ 2.0 Engine |
RETROILUMINACIÓN | Mini-LED Full Array (15.360 diodos LED ultrafinos divididos en 768 zonas) |
BRILLO | Hasta 1.500 nits (pico máximo) |
COBERTURA DE ESPACIO DE COLOR DCI-P3 | 100% a 1.500 nits |
MEMORIA INTERNA | 16 GB |
SISTEMA OPERATIVO | Android TV 9.0 |
SONIDO | Barra de sonido integrada Onkyo de 2 x 40 vatios Procesado Dolby Atmos |
CONEXIONES | 3 x HDMI 2.0, 1 x CI+, 2 x USB 2.0, 1 x Ethernet, 1 x jack de 3,5 mm, 1 x salida audio digital óptica y 1 x RF |
CONECTIVIDAD INALÁMBRICA | WiFi 802.11ac Bluetooth |
CONSUMO MEDIO DE ENERGÍA | 120 vatios |
ETIQUETA ENERGÉTICA | Clase A+ |
DIMENSIONES | 1.448 x 931 x 337 mm (con la base incluida) |
PESO | 35,80 kg (con la base incluida) |
PRECIO | 2.499 euros |
Bien acabado y listo para irrumpir en la gama alta
Este televisor no oculta sus aspiraciones: va a llegar decidido a irrumpir en la gama alta. Su precio sin duda encaja con esta pretensión. Y, sobre el papel, también lo hace su tecnología, pero ¿están a la altura su diseño y su acabado? Sí, sin duda lo están. En su diseño destacan unos marcos superior y laterales tan finos como los de las soluciones más avanzadas de sus competidores, y también una peana con mucha personalidad en la que está integrada la barra de sonido. Su acabado, por otra parte, está a muy buen nivel. La peana y los marcos son completamente metálicos y están impecablemente mecanizados (podéis intuirlo observando la fotografía de detalle que tenéis debajo de estas líneas). Incluso la parte trasera del televisor es bonita debido a que la mitad superior es diáfana y completamente lisa, una característica que recuerda el diseño del panel trasero de los televisores OLED.
Como he mencionado unas líneas más arriba, la barra de sonido que incorpora este televisor ha sido diseñada y ecualizada por ingenieros de Onkyo, una marca japonesa con mucha tradición en el mercado del cine en casa y la alta fidelidad. Como podéis ver en las fotografías que ilustran este artículo la anchura de la barra casi iguala la del propio televisor, lo que le da una presencia bastante imponente. Pero, sin duda, su cualidad más atractiva es su sonido.
Durante mis pruebas demostró resolver bien no solo las frecuencias medias y los agudos; también tiene un extremo grave muy digno que resulta inalcanzable para un televisor moderno que no se apoye en una solución como esta. Además, es capaz de ofrecernos un nivel de presión sonora máximo importante sin que la distorsión arruine su sonido. Por supuesto, un equipo de audio multicanal dedicado siempre nos ofrecerá un sonido más impactante e inmersivo, pero se agradece que algunos televisores nos ofrezcan de serie un audio tan cuidado como el de este dispositivo.
Calidad de imagen: la tecnología mini-LED está aquí para propulsar los paneles LCD
Por fin llegamos al momento álgido de este artículo: el duelo entre el X10 de TCL, el C9 OLED de LG y el Q90R de Samsung. Durante nuestra visita a la fábrica de TCL en Polonia los responsables de la marca tenían preparados los tres televisores para que pudiésemos hacer con ellos las pruebas que quisiéramos, así que lo primero que hice fue reiniciar los tres dispositivos para que adoptasen la configuración de fábrica. Esta era la única estrategia que me garantizaba que ninguno de ellos había sido manipulado para que el X10 partiese con ventaja. Después activé el modo cine en todos ellos y reproduje varias secuencias de películas que conozco bien tanto en Netflix como en soporte físico (Blu-ray 4K y Blu-ray Disc), como ‘Dunkerque’ o ‘El caballero oscuro’. La fuente era una consola Xbox One X.
Para hacer las pruebas tuve que prescindir casi totalmente de la luz ambiental, por lo que en la fotografía que tenéis a continuación no es posible distinguir cuál es cada televisor. No importa: el de la izquierda es el Q90R de Samsung, el del centro el X10 de TCL, y el de la derecha el C9 de LG. No obstante, las imágenes que se ven en la fotografía no reflejan fielmente la calidad de cada televisor porque esta foto pretende mostrar el escenario de pruebas completo, y no era posible tomarla respetando la calidad de imagen de los tres dispositivos. Una vez que terminé las pruebas utilizando la configuración por defecto del modo cine dediqué algo de tiempo a manipular los ajustes avanzados de cada televisor para intuir, en la medida de lo posible, el impacto que puede tener en su calidad de imagen una calibración minuciosa.
Todo lo que voy a comentar a partir de este momento en esta sección del artículo debe ser considerado una valoración preliminar. Nuestra opinión definitiva acerca del X10 de TCL llegará cuando tengamos la oportunidad de probarlo a fondo en nuestras propias instalaciones, algo que probablemente podremos hacer dentro de unas semanas. En cualquier caso lo interesante ahora es saber si sale o no bien parado después de enfrentarse al Q90R y el C9. Sí, globalmente está a la altura de estos televisores, aunque cada uno de ellos tiene sus propias fortalezas y debilidades.
El X10 supera al C9 de LG por su capacidad de entrega máxima de brillo, que según la marca china llega a los 1.500 nits, y también por una colorimetría más amplia que le permite reproducir, entre otros motivos, la piel de los actores con una mayor naturalidad. Eso sí, como cabe prever, no iguala ni los negros absolutos del televisor OLED de LG ni su relación de contraste subjetiva.
Con el Q90R, como es lógico, tiene bastante en común si nos ceñimos a la colorimetría, pero lo supera gracias a su mayor nivel de detalle en regiones en sombra, y también adolece de menos blooming, un efecto que no es otra cosa que la iluminación residual en forma de halos que provoca la retroiluminación FALD al restituir un objeto luminoso sobre un fondo oscuro. Pero no supera al Q90R en todo. El televisor de Samsung es capaz de entregar más brillo (hasta 2.000 nits) y resuelve un poco mejor el movimiento. Si nos ceñimos a la profundidad de sus negros y su relación de contraste ambos televisores están a un nivel similar.
Como acabo de mencionar, la capacidad de recuperar detalle en regiones oscuras que tiene el modelo X10 es muy notable gracias en gran medida a la retroiluminación mini-LED. Su capacidad máxima de entrega de brillo le ayuda a conseguir que los contenidos HDR sean impactantes, pero esta característica sacrifica algo de detalle en altas luces, algo que suele ser habitual en los televisores que son capaces de entregar picos de brillo muy importantes en determinadas porciones de un fotograma. La siguiente fotografía muestra una escena de ‘Dunkerque’ que nos permite intuir este menor detalle en altas luces, aunque es importante tener en cuenta que la captura está ligeramente desvirtuada por la exposición de la fotografía. En vivo el X10 fue capaz de recuperar más detalle en las regiones iluminadas del que aparece en esta fotografía.
La secuencia de ‘El caballero oscuro’ en la que Batman se enfrenta a Joker en las lúgubres calles de Gotham es fantástica para poner de relieve la capacidad que tiene un televisor a la hora de recuperar detalle en las zonas más oscuras de cada fotograma. En este terreno este televisor de TCL es sobresaliente gracias a lo precisa que es su tecnología de atenuación de la retroiluminación. Sin duda, disponer de una matriz de diodos LED tan ambiciosa ayuda. Además, sus negros rivalizan por su profundidad con los de los mejores televisores LCD FALD que he analizado hasta ahora.
Durante mis pruebas los responsables de TCL pusieron una Xbox One X a mi disposición, por lo que no podía dejar escapar la oportunidad de comprobar qué tal rinde su X10 con videojuegos. En este escenario de uso su compatibilidad con Dolby Vision, HDR10+ y HDR10 juega a su favor, pero, desafortunadamente, los conectores HDMI que incorpora este televisor responden a la norma 2.0, y no a la 2.1, y no implementan las tecnologías VRR (frecuencia de actualización variable) y ALLM (modo automático de baja latencia). Es una lástima porque estas dos innovaciones marcan la diferencia cuando decidimos utilizar un televisor con videojuegos. Y lo harán aún más cuando lleguen las consolas de nueva generación, que sin duda implementarán tanto VRR como ALLM, algo que ya hace Xbox One X.
Uno de los títulos para Xbox One que pude probar con este televisor después de habilitar el modo para juegos desde su menú de configuración fue el estupendo ‘Forza Horizon 4’. Mi experiencia fue muy satisfactoria porque, dejando a un lado su calidad de imagen global, que es muy alta, su latencia es reducida. No es fácil identificarla sin tener la oportunidad de medirla con precisión, pero apostaría que oscila entre 20 y 23 ms, una cifra que, si se confirma, no es de récord, pero tampoco está nada mal. Un apunte que merece la pena tener en cuenta: el panel LCD VA de este televisor de TCL es inmune a la retención de imágenes con videojuegos, un hándicap que en este escenario de uso aún no ha sido resuelto del todo en los televisores OLED, y que puede aparecer a largo plazo si los usamos durante sesiones de juego muy prolongadas.
TCL X10: la opinión de Xataka
Como he mencionado en los primeros párrafos del artículo, este televisor irrumpirá en el mercado europeo durante el próximo mes de marzo. Y lo hará con un precio de propuesta de gama alta: 2.499 euros en su encarnación de 65 pulgadas, que por el momento será la única disponible. En cualquier caso, lo que ha provocado que nosotros nos fijemos en él es su retroiluminación mini-LED, una innovación que sin duda lo colocará en el centro de atención de los usuarios que están buscando un televisor de gama alta y no descartan hacerse con un modelo LCD.
La tecnología mini-LED actualmente es la innovación disponible comercialmente que más permite acercarse a un televisor LCD al rendimiento de un modelo OLED si nos ceñimos a la reproducción del color negro y la resolución del contraste. Aun así, en estos frentes la tecnología OLED sigue siendo intratable. Eso sí, este televisor también me ha dejado muy buen sabor de boca por su colorimetría, un apartado en el que supera ligeramente el rendimiento del C9 de LG, y también por su muy notable capacidad de entrega de brillo, que consigue que los contenidos HDR sean espectaculares.
Pero no es perfecto. Su manejo del movimiento no es tan convincente como el de los televisores de gama alta de Sony, Panasonic o Samsung; y no viene tan bien calibrado de fábrica como los modelos de las dos marcas japonesas que acabo de mencionar. Pero lo que más echo de menos es la presencia de conectores HDMI 2.1, o, en su defecto, de las tecnologías VRR y ALLM, que sin duda marcan la diferencia con videojuegos. En cualquier caso, el modelo que tuve la ocasión de probar es un prototipo, y quizá TCL decida incorporar alguna mejora en los televisores que llegarán a las tiendas en un par de meses. Dudo mucho que vayan a incorporar HDMI 2.1, pero quizá otras mejoras más sutiles sí sean posibles. Saldremos de dudas en pocas semanas.
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