Toyota quería hacer del hidrógeno su tecnología estrella y la alternativa al coche eléctrico. Ya dudan de que sea posible

  • Las ventas de los coches de pila de combustible son testimoniales

  • Apenas hay 1.100 hidrogeneras abiertas en todo el mundo para uso público

  • Toyota está denunciada en Estados Unidos por promesas que no se han materializado con sus Mirai

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No puedo decir con certeza que haya un futuro brillante para el hidrógeno

Las palabras tienen firma, fecha y lugar. Y no son baladíes. Esta frase la pronunció Hiroki Nakajima, director de tecnología de Toyota, en el Fuji Speedway el circuito de casa para la firma nipona. Esa misma que, sin duda, ha sido la que más ha apostado por el coche de hidrógeno en diversas formas.

Las palabras las recoge Financial Times, quienes aseguran que la compañía nipona ya se encuentra en un proceso para repensar su estrategia con el hidrógeno. Desde 2014, cuando Akio Toyoda (ahora presidente de la compañía) dijo que había "visto el futuro" durante la presentación del Toyota Mirai, las ventas de sus coches de pila de combustible no han terminado de despegar.

Pese a que las ventajas del coche de hidrógeno para el consumidor final son evidentes (cero emisiones de CO2 y un tiempo de recarga comparable la de la gasolina) la infraestructura de apoyo sigue siendo muy pobre. A fecha de 2024 sólo hay 1.100 hidrogeneras en todo el mundo listas para recargar coches movidos por pila de combustible. En Europa sólo estaban listas 245 y 99 de ellas estaban en Alemania.

El mayor problema del hidrógeno sigue siendo el alto coste productivo y de distribución. El hidrógeno es muy volátil y la forma más segura y que admite mayor capacidad es criogenizarlo y transportarlo en estado líquido. El problema es que, para eso, hay que mantenerlo a -253ºC.

A lo anterior hay que sumar que no es la opción más eficiente. Si se utiliza un sistema de pila de combustible, se aprovecha entre el 50 y el 60% de la energía pero se necesitan depósitos muy grandes para el rendimiento conseguido. En comparación, un coche eléctrico tiene una eficiencia cercana al 80%.

Todo ello ha dejado a Toyota sin el crecimiento esperado en sus coches de hidrógeno. Según los datos aportados por Toyota, desde 2014 el mejor año para el coche de hidrógeno fue 2021 y apenas vendió 5.918 automóviles movidos por pila de combustible. Una cifra extremadamente baja para el mayor productor de coches del mundo el cual superó los 11,5 millones de vehículos en 2023.

Al mismo tiempo, la venta de coches eléctricos sí ha crecido exponencialmente y eso teniendo en cuenta que no ha sido una tecnología en la que Toyota haya brillado en su primer acercamiento con el Toyota bZ4X. Con todo, pasó de poco más de 3.000 unidades vendidas en 2020 a más de 100.000 vehículos eléctricos en 2023. A falta de datos consolidados, se espera que en 2024 se superen los 130.000 coches eléctricos.

Unos problemas que invitan a la reflexión

En el diario económico aseguran que todo lo anterior pone a Toyota ante la difícil situación de evaluar qué hacer con el coche de hidrógeno en los próximos años. Recuerdan que han entrado en proyectos colaborativos con Hyundai y BMW.

La intención de la compañía, parece, es la de reenfocar su estrategia. Nakajima, quien confesaba a los periodistas que el futuro no era demasiado halagüeño, también se reafirmaba en que la empresa debía seguir investigando:"si renunciamos a esta tecnología, entonces corremos el riesgo de renunciar al futuro", recogen en Financial Times.

En los últimos tiempos, Toyota también ha abierto el abanico del hidrógeno con la experimentación en motores de combustión. Con la quema de hidrógeno aspiran a reproducir las sensaciones del coche de gasolina y, al mismo tiempo, proporcionar recargas muy rápidas al cliente. El problema es que la autonomía en este caso es extremadamente corta.

Sus planes siempre han pasado por mantener todas las opciones encima de la mesa. Y entre esas opciones está, desde luego, Europa donde las regulaciones buscan apartar las emisiones contaminantes de los tubos de escape. Sin embargo, las ventas son testimoniales y tampoco han arrancado en Estados Unidos donde, de hecho, Toyota está denunciada por sus propios clientes ya que consideran que les vendieron el coche con unas promesas de respaldo en la carga que finalmente no se han cumplido.

Y tampoco los resultados de los competidores son demasiado halagüeños. En el diario económico, Lee Ho-geun, profesor de vehículos futuros en la Universidad de Daeduk (Corea del Sur) asegura que Hyundai ha perdido 22.000 dólares con cada Hyundai Nexo que ha puesto en la calle. Una cifra que podría ser mucho más alta porque otros 26.000 dólares por vehículo habrían sido aportados por ayudas gubernamentales para el desarrollo de la tecnología.

Al mismo tiempo, el coche eléctrico no deja de crecer y tampoco afloja la tecnología híbrida. Lo segundo son buenas noticias para Toyota que todavía no tiene coches competitivos en el ámbito eléctrico pero, desde luego, son malas noticias para el hidrógeno. Debía ser parte fundamental de su futuro pero si la compañía nipona no quiere perder cuerda tendrá que seguir apostando fuertemente por el coche eléctrico donde ha ido definiendo una nueva hoja de ruta en los últimos meses.

Foto | Toyota

En Xataka | El hidrógeno lleva años postulándose como alternativa al coche eléctrico. Alemania ya está cerrando estaciones por poco uso

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