Windows 8.1 cumplirá una década el año que viene, eso significa que pronto se convertirá en un sistema operativo obsoleto. El 10 de enero de 2023, Microsoft pondrá punto final al soporte extendido de esta versión, cerrando definitivamente su ciclo de vida y, por consecuencia, disminuyendo su compatibilidad y seguridad.
Según datos de Statista, Windows 8.1 actualmente está presente en aproximadamente el 3% de los ordenadores con sistemas operativos de Microsoft. No estamos frente a una cuota de mercado elevada, posiblemente porque no ha sido una de las versiones más amadas, pero para todos aquellos que todavía la utilicen, aquí vas las novedades.
Microsoft le dice adiós a Windows 8.1
Como muchos de vosotros ya sabéis, Microsoft cambió su esquema tradicional de actualizaciones con Windows 8. En lugar de lanzar un Service Pack para poner al día el sistema operativo, los de Redmond decidieron lanzar Windows 8.1. La actualización buscaba subsanar algunas de las principales problemas que afectaban al sistema.
Por aquel entonces, gran parte de los usuarios no estaban contentos con Windows 8 y consultoras como Gartner recomendaron a las empresas no actualizar a Windows 8.1, sino mantenerse en Windows 7 o esperar el lanzamiento de Windows 10. Después de todo, Microsoft está preparada para dejar ir a este sistema operativo. Veamos cómo afectará a los usuarios.
El 10 de enero de 2023, Windows 8.1 dejará de recibir actualizaciones de seguridad, actualizaciones de calidad y correcciones de errores. ¿En qué se traduce esto? Principalmente en un aumento de los riegos de seguridad. Y es poco relevante que se tenga un software antivirus. Ciertos parches de seguridad que corrigen vulnerabilidades en el sistema simplemente no llegarán.
Si bien Windows 8.1 todavía podrá ejecutar la mayoría de los programas previamente instalados, muchos programas nuevos requerirán versiones posteriores para funcionar, como Windows 10 y Windows 11. Esto suele ocurrir porque los desarrolladores utilizan recursos para hacer funcionar sus programas que está disponibles únicamente en los sistemas operativos más recientes.
En el caso del soporte técnico, los usuarios ya no podrán acceder a las opciones de asistencia disponibles en línea, aunque estas están principalmente orientadas a clientes corporativos. Las limitaciones también se harán presentes a nivel de hardware. Puede que algunos componentes más nuevos no funcionen con Windows 8.1 y, en caso de funcionar, no lo hagan al 100%.
Microsoft explica que Windows 8.1 también perderá la capacidad de instalar nuevas aplicaciones desde la Microsoft Store a partir del 10 de enero de 2023. Esto quiere decir que los usuarios podrán descargar y continuar usando las aplicaciones que hayan obtenido, pero no nuevas. En todos los casos, las actualizaciones de apps vía Microsoft Store (incluidos de desarrolladores externos) dejarán de llegar el 30 de junio de 2023.
Como hemos visto, permanecer en Windows 8.1 después del fin del soporte conlleva ciertos riegos. Lo ideal sería actualizar a una versión de Windows que todavía tenga un ciclo de vida activo. Aquí nos encontramos con dos opciones: Windows 10 y Windows 11. En el caso de la primera, durante mucho tiempo Microsoft ofreció la posibilidad de actualizarse gratuitamente, pero esa alternativa ya no está disponible.
Lo mismo ocurre con Windows 11. No hay forma de actualizarse de manera gratuita desde Windows 8.1 al último sistema operativo de Microsoft. En este sentido las opciones se limitan a conseguir una licencia nueva de algunos de los mencionados sistemas operativos o comprar un ordenador nuevo. En caso de elegir Windows 10 es preciso recordar que este SO tendrá soporte hasta el 14 de octubre de 2025.
Imágenes: Microsoft | Wikimedia Commons
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