Apple actualizó ayer sus AirPods Max. No llegó la aparente 2ª generación, sino únicamente el necesario cambio de conector a USB-C y nuevos colores. Ni siquiera sus chips H1 fueron actualizados. Ni hablemos de resolver problemas inherentes a su diseño tras casi cuatro años en el mercado.
El estuche que les deja desprotegidos, la falta de un botón de encendido y apagado o la propia carencia de un modo de apagado real, y no de "ultra bajo consumo" que les hace perder su batería poco a poco. Nada de eso fue resuelto.
Tampoco hubo renovación alguna de sus modos de sonido. La decisión de incorporar Lightning en su momento, pero no un jack de 3.5 mm, le dejó sin sonido lossless. Pese a que Apple Music lo incluyó tras el lanzamiento del modelo original. Y no ha habido milagro en forma de códec inalámbrico. Bluetooth da para lo que da.
Mantener los H1 sin saltar a los H2 le impide heredar las características estrella que vemos en los AirPods Pro 2 (la mitad de su precio) o incluso en los AirPods 4 con cancelación de ruido (un tercio de su precio).
De hecho, lo del precio es otra cuestión: sigue en 579 euros. Tan cierto es que Apple los rebajó en 50 euros un tiempo después de lanzarlos como que cuesta digerir que mantenga esa cifra tras casi cuatro años y cada vez más distancia frente a sus competidores.
¿Qué ha hecho Apple con estos AirPods Max? Priorizar los cambios cosméticos sobre las funciones sustanciales. Ni H2 ni modo adaptativo ni un estuche que los proteja, pero ahora sí los tenemos en nuevos colores.
Y no es que no haya habido quejas en este tiempo. Nos encantó su sonido entre otras bondades, pero claramente había un margen de mejora, un feedback que no se ha tenido en cuenta. E iba sobre aspectos importantes como los problemas de diseño.
Apple está poniendo todos sus recursos de sonido en los AirPods que caben en un bolsillo. Su nueva gama AirPods (los dobles 4 y los Pro 2) son muy convincentes, pero la opción más cara es la menos redonda.
O bien Apple está confiando demasiado en la lealtad de sus usuarios, o prefiere no dedicar esfuerzos en un producto que se está vendiendo presumiblemente poco, al menos para los estándares de Apple.
Esta actualización es una oportunidad perdida para Apple de reafirmar su liderazgo en el sonido premium, dentro de la categoría del sonido inalámbrico, y de ofrecer a sus usuarios algo acorde a los tiempos y que corrija las carencias del pasado.
Imagen destacada | Matt Birchler en Unsplash
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