Si eres un seguidor de la tecnología seguro que puedes recitar de memoria los últimos modelos y sus procesadores, así como hacerte una buena idea de cuánto un móvil es una buena compra o no. Pero no todo el mundo está tan al día, y para ellos hemos recopilado una serie de recomendaciones sobre qué debes tener en cuenta a la hora de comprar un nuevo móvil.
No esperes aquí recomendaciones de modelos concretos o comparativas sobre distintos procesadores, sino una serie de consejos básicos con los que te puedas guiar a la hora de comparar dispositivos, ideal para quien va a una tienda, mira la tabla de especificaciones de un móvil y no tiene ni idea de qué está leyendo o si un número es mejor que sea lo más alto o lo más bajo posible.
1. Lo primero: aspecto y tamaño
Tanto si eres un experto en tecnología como si no, todo el mundo puede apreciar y valorar el tamaño y diseño de un teléfono móvil. Aquí no hay un diseño o tamaño correcto, sino que todo depende de tus preferencias. Hay quien prefiere teléfonos más pequeños (aunque cada vez más escasos), y quien prefiere que la pantalla sea lo más grande posible, para poder ver vídeos o chatear sin tener que forzar la vista.
Un móvil demasiado grande puede ser difícil de manejar, lo cual puede llevar a una caída accidental al intentar manejarlo con una sola mano, mientras que los teléfonos compactos necesitan hacer peripecias para lograr incluir todos los componentes en su interior. También tienen menos espacio para su batería, lo cual implica menor autonomía (es decir, tardará menos tiempo en agotarse la batería).
Importantes son también los materiales, pues no es igual de durable un teléfono fabricado predominantemente de plástico que otro de metal o incluso titanio. A la larga incluso quizá te interese investigar si la superficie del móvil resulta muy resbaladiza o si es propensa a llenarse de huellas, si eso es importante para ti.
2. La memoria RAM
La mayoría de teléfonos móviles a la venta hoy en día cuentan con 1, 2, 3, 4 o 6 GB de RAM y en este caso la respuesta es sencilla: cuanta más RAM, mejor. Esta memoria se usa para cargar las aplicaciones y cuanta mayor es, más apps puedes abrir a la vez sin que el sistema necesite liberar antes espacio en memoria.
Ahora bien, tampoco hay que exagerar. 3 GB es una cantidad apropiada en la mayoría de las ocasiones, aunque en el futuro la cifra probablemente se incremente. Es posible sobrevivir también con 2 GB y 1 GB de RAM, pero en estos casos algunos juegos o apps complejas podrían no ser compatibles.
3. La memoria interna
Mientras que la memoria RAM es usada por el sistema internamente, la memoria interna del móvil es el lugar donde se guardan tus datos, así como las aplicaciones y el propio sistema operativo de tu móvil, que generalmente será Android o iOS. Las configuraciones más populares hoy en día van de 16 GB a 128 GB y sí, cuanta más memoria interna, mejor.
Ten en cuenta que el sistema operativo ocupa una buena porción de esta memoria y que cada foto y vídeo que tomes irá comiendo el espacio, así que en ningún caso deberías optar por un móvil con menos de 16 GB de memoria interna hoy en día. Hacerlo te puede ahorrar algo de dinero, pero a cambio ganarás mucha frustración cuando la memoria se llene y no puedas actualizar apps o hacer más fotos hasta que hagas hueco.
En Android, algunos móviles incluyen el soporte para tarjetas de memoria micro SD, pero no se debe tomar esto como una solución con la que ampliar la memoria del móvil. La tarjeta de memoria tiene varias limitaciones y en la mayoría de los casos su uso se limita a almacenar fotos y vídeos. Las apps se siguen almacenando en la memoria interna, así como muchos de los datos, por lo que es mejor ser generoso con la cantidad de memoria interna, aunque se piense usar una tarjeta microSD.
4. El procesador
Uno de los puntos más difíciles para quienes no están puestos en tecnología -e incluso para los que están- es el cerebro del teléfono móvil, o su procesador. Esto es así porque hay distintas marcas (Qualcomm, MeditaTek, Kirin...) y cada marca tiene sus propios modelos, que no siempre son fácilmente comparables.
Qualcomm Snapdragon, uno de los cerebros más extendidos cuenta con nada menos que cinco gamas: la serie 200, 400, 600, 700 y 800, siendo el número mayor destinado a una gama superior y por tanto más potente. Ahora bien, dichas gamas se van actualizando cada año con modelos que o bien son más potentes, más eficientes o ambos a la vez.
Lo cierto es que comparar procesadores es complicado incluso para los expertos, pues los benchmarks (una especie de puntuación de la potencia) no siempre son concluyentes. Hacer un cursillo rápido de procesadores móviles sería impensable, pero si tienes dudas entre dos modelos concretos, generalmente con buscar ambos en Google tendrás
La buena noticia es que generalmente no vas a tener demasiadas opciones en cuanto al procesador. Un mismo rango de precio generalmente equivale a un mismo procesador (o muy parecido), a no ser que estés comparando con un móvil de hace uno o dos años. En esos casos, podrías estar comparando un procesador de gama media actual con otro de gama alta de un año anterior.
5. La cámara
Antiguamente muchos seguían la sencilla regla de que la cámara, con cuántos más megapíxeles mejor, pero los fabricantes de dispositivos llevan años tomando nota e intentando inflar la cifra. Hoy en día, los megapíxeles por sí mismos no sirven para determinar si la cámara de un móvil es mejor que la de otro.
Entran en juego otros muchos factores como la lente o lentes, la apertura de las mismas, el sensor usado e incluso las optimizaciones por software para mejorar los retratos. Aquí lo más sensato es que te fíes de la opinión de los expertos leyendo análisis como los nuestros, donde verás cómo se comporta en distintas situaciones: a contraluz, en retratos, creando panoramas... También puedes probar la cámara en la tienda, claro, pero entonces será una prueba más limitada.
6. La batería
Por último, en nuestro repaso no podemos olvidarnos de la batería, cuya capacidad generalmente se mide en mAh o miliamperios - hora. Cuanto mayor es el número de mAh, mejor, aunque ten en cuenta que una gran batería en la mayoría de los casos se traduce en un gran teléfono (y también algo pesado).
La mayoría de teléfonos hoy en día tienen una cifra que ronda los 3.000 mAh de capacidad, lo cual se suele traducir en una autonomía de un día de uso o algo más, según cómo de optimizado esté el sistema y el resto de componentes. Algunos modelos ofrecen un extra de batería, llegando hasta los 4.000 o 5.000 mAh.
En Xataka Móvil | Cambiar de móvil y elegir el mejor teléfono según tus necesidades es fácil con esta guía y comparativas
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