‘Jurassic World: El reino caído’ es la quinta entrega de una franquicia iniciada en 1993 por Steven Spielberg con la inolvidable ‘Parque jurásico’, una de las pocas películas que ha logrado superar la barrera de los 1.000 millones de recaudación mundial. Es probable que la cinta dirigida por el español Juan Antonio Bayona también lo haga y además también ha conseguido ser la secuela que más acerca al nivel de la aventura original, aunque siga quedándose lejos de aquella.
No podemos culpar a Bayona por no alcanzar el nivel de uno de los títulos más populares de la filmografía de Spielberg, pero sí que he hecho la secuela más disfrutable de la saga hasta ahora. La diferencia no es mucha respecto a ‘El mundo perdido’ o ‘Jurassic World’, pero sí que ha sabido tomar ideas del pasado para ofrecernos un eficaz pasatiempo veraniego con el que resulta difícil aburrirse.
La magia de ‘Parque jurásico’ no está ahí
Spielberg estaba en su madurez creativa cuando realizó ‘Parque jurásico’, pues conviene tener en cuenta que ese mismo año estrenó ‘La lista de Schindler’. Es cierto que la adaptación de la novela de Michael Crichton no se encuentra entre sus mejores trabajos, pero sí que demostraba su habilidad para construir escenas inolvidables, dotando a la cinta de un sentido del espectáculo inolvidable sin por ello sacrificar a los personajes o la necesidad de tener un guion.
A eso le añadíamos la inolvidable banda sonora de John Williams y la utilización de unas criaturas muy verosímiles que dispararon el imaginario colectivo y el resultado se asemeja a lo que uno puede entender como la magia del cine. No a nivel emocional, pero sí como un entretenimiento que marcó a toda una generación de cinéfilos. Por desgracia, eso se perdió con las secuelas y ‘Jurassic World: El reino caído’ tampoco logra recuperarlo.
Es evidente que la aventura original era una producción palomitera, pero a veces nos olvidamos que haciendo cine de entretenimiento también se pueden lograr obras especiales y aquí Spielberg incluso maneja sus grandes conocimientos del cine de terror. En el caso de ‘Jurassic World: El reino caído’ eso no sucede porque de entrada es una película orientada a mantenerse dentro de un entorno que se había demostrado exitoso y eso le permite poco espacio a Bayona para intentar hacer la película suya.
Sí se percibe un mayor interés por parte del director en potenciar la idea de que el encariñamiento del público con los dinosaurios les haga sufrir en determinadas escenas, aprovechándose así del hecho de que ciertos espectadores lo pasan peor si muere en pantalla un animal que una persona. Sin embargo, la película sigue condenada a respetar los cánones de la franquicia, los cuales se establecieron en la cinta de 1993, pero entonces era algo nuevo y fresco.
Los parecidos con ‘El mundo perdido’
‘Jurassic World: El reino caído’ se parece bastante argumentalmente a ‘El mundo perdido’, ya que en ambas se organizan expediciones para sacar dinosaurios de la isla en la que están poco menos que abandonados a su suerte. Luego cada una juega sus cartas de forma diferente, pero si Bayona está limitado por el modelo original, Spielberg lo está por las prisas en aprovechar el enorme éxito de la 'Parque jurásico'
Hasta entonces, las únicas secuelas que había dirigido Spielberg eran las dos que había hecho de Indiana Jones, esmerándose de forma notable para que ninguna desmereciese de la anterior, pero aquí se nota que no tenía especial interés en hacerla y la capacidad para asombrarnos que dominaba con maestría en la anterior queda reducida a pequeños fogonazos en un relato que a duras penas entretiene por la combinación de un mal guion, unos personajes endebles y una utilización menos meritoria de los dinosaurios. Más es menos.
No voy a negar que el guion también es una de las grandes debilidades de ‘Jurassic Word: El reino caído’, pero eso es algo de lo que Bayona parece consciente en todo momento, por lo que se dedica a potenciar la acción y el espectáculo por encima de todo. Lo hace además ofreciendo una variada sucesión de set-pieces e intentando que las discutibles ideas que propone el libreto ayuden a que la repetición no llegue a hacer acto de presencia.
Además, la mitología de la saga da un paso adelante, algo que ‘El mundo perdido’ se resistió a hacer con un desenlace un tanto complaciente cuando justo antes tenía el material para haber llevado todo hacia lugares inexplorados. Al final, Bayona no es Spielberg, pero sí que su nivel exhibido en ‘Jurassic World: El reino caído’ es suficiente para superar la relativa desidia con la que está abordada la segunda entrega.
Al menos realmente se percibe como una película de la saga
‘Parque jurásico III’ es una mala película en la que se nota tanto la ausencia de Spielberg tras las cámaras y Williams en la banda sonora como el hecho de empezar a rodarse sin tener un guion, lo cual la convierte en una sucesión de disparates -comparte con ‘El reino caído’ el interés en profundizar en la inteligencia de los velociraptores, pero cae una y otra vez en el absurdo, en especial en lo referente a la utilización de un lenguaje propio-.
Todo queda limitado en ‘Parque jurásico III’ a lo que puedas disfrutar con escenas de acción aisladas, rompiendo incluso el encanto asociado a la figura del tiranosaurio para intentar presentar una amenaza mayor -eso seguiría explorándose más tarde, pero al menos añadiendo las posibilidades de la manipulación genética-. Se nota que es una película hecha a toda prisa, echando mano de escenas descartadas de las dos novelas de Crichton para las anteriores entregas y destrozando a Alan Grant, el personaje interpretado por Sam Neill.
En oposición a eso tenemos que el guion de ‘El reino caído’ también utiliza ideas que fácilmente podrían haber caído en el ridículo, pero al menos Bayona logra esquivarlo en la gran mayoría de los casos. Además, demuestra un mayor dominio técnico en las escenas de acción que Joe Johnston y cuenta con una historia quizá deudora de ‘El mundo perdido’, pero al menos con sentido y que de verdad tiene la vista en el futuro en lugar de ser una especie de aventura de relleno.
Incluso haciendo un ejercicio de abstracción y pensando en ambas películas como aventuras individuales -por ejemplo creo que ‘Indiana Jones y la calavera de cristal’ es una mala película de la saga pero también un aceptable pasatiempo-, poco hay que rescatar en ‘Parque jurásico III’. Quizá algo del inicio y la presentación en sociedad de los pterodáctilos. Es que hasta visualmente se queda por debajo de sus predecesoras, algo que no puede decirse de ‘El reino caído’.
Con algo más de personalidad que ‘Jurassic World’
Catorce años pasaron entre ‘Parque jurásico III’ y ‘Jurassic Wold’, tiempo que ayudó a que el público echase de menos a los dinosaurios, lo que le permitió llegar a convertirse en la tercera más taquillera de la historia con unos ingresos mundiales de 1.671 millones de dólares. ¿Cómo lo hizo? Volviendo a la aventura original y bebiendo muchísimo de ella, tanto que resulta difícil encontrar cualquier rastro de personalidad.
Ese mal también afecta en parte a ‘El reino caído’, pero lo hace porque Bayona asume esa naturaleza de la película intentando ir un poco más allá con todo lo que mencionaba antes sobre conseguir la empatía del público con los dinosaurios ante su posible extinción. También hace lo posible para que la niña de la película resulte menos odiosa e incluso le da un papel de cierta importancia en la evolución de la trama.
Curiosamente, los peores detalles de ‘El reino caído’ provienen del guion en el que participa Colin Trevorrow, director de la anterior entrega, lo cual nos permite pensar que menos mal que estuvo más limitado en ‘Jurassic World’. Otro cambio destacable es que su predecesora apostó abiertamente por el cine de aventuras, mientras que la que ahora nos ocupa recupera un cóctel de géneros más cercano al de ‘Parque jurásico’.
Bayona incluso tiene la ocasión de lucir su experiencia previa en el cine de terror -recordemos que su ópera prima fue ‘El orfanato’- en algunas escenas, logrando por lo general situaciones con una gran fuerza visual. Además, se nota una mayor preocupación por preparar escenas que perduren más en el imaginario colectivo -otra cosa es que llegue a conseguirlo-, hasta el punto de que la acción para directamente a primer plano, sacrificando así en parte la historia y, sobre todo, los personajes.
Donde sí sale perdiendo ‘El reino caído’ respecto a ‘Jurassic World’ es en la utilización de Bryce Dallas Howard y, sobre todo, Chris Pratt, ya que tienen menos tiempo para aprovechar su química y el actor menos oportunidad para sacar partido a esa vena cómica con un toque gamberro que le ha convertido en una estrella. Algo de eso hay, sobre todo una escena muy divertida en la que está intentando esquivar algo, pero aquí la comedia se rebaja y a cambio se aumenta el dramatismo.
¿Qué es entonces lo que hace que ‘El reino caído’ supere por poco a ‘Jurassic World’ si lo que gana en personalidad lo pierde en personajes? Simplemente es más entretenida y además realmente te deja con ganas de ver qué va a suceder a continuación, mientras que la cuarta entrega de la franquicia no se queda muy atrás como pasatiempo de usar y tirar, pero no genera esa curiosidad añadida que se traduce en una pequeña pero auténtica evolución.
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