Los esfuerzos que AMD ha hecho en los últimos meses la han ayudado a ser más competitiva en el ámbito de las CPUs y las GPUs, pero la mayoría de sus soluciones para usuarios finales (Threadripper ha sido una de las excepciones) siguen siendo menos potentes que las de Intel o NVIDIA.
Eso podría cambiar en el futuro próximo, porque en AMD han anunciado dos nuevas tarjetas gráficas profesionales basadas en la arquitectura Vega y fabricadas en 7 nm. Más interesante aún fue la presentación de su nueva microarquitectura Zen 2 para sus CPUs, que hará su aparición con el procesador con nombre en clave "Rome", que podría convertirse en el primero de 7 nm para PCs de sobremesa.
Radeon Instinct MI60 y MI50
La presentación de AMD en el evento "New Horizon" comenzó con el anuncio de dos nuevas tarjetas gráficas orientadas al segmento profesional. Basadas en la arquitectura Vega y en litografías de 7 nm, las Radeon Instinct MI60 y Radeon Instinct MI50 serán la primera gran apuesta de AMD para esta nueva etapa.
Estas gráficas no estarán dedicadas a la computación gráfica que usamos en videojuegos, sino que estarán totalmente orientadas a tareas de inteligencia artificial, servicios en la nube y cálculos científicos. Incluso contarán con una tecnología nativa de virtualización que permitirá aprovecharlas para usarlas en grandes centros de datos y servidores en la nube con ese propósito.
La Instinct MI60 es especialmente prometedora: esta aceleradora gráfica podría ser la más potente de su gama en opeeraciones de doble precisión, ya que logra un rendimiento de 7,4 TFLOPS con dichas operaciones. A ello se le suma la nueva memoria HBM2 que puede llegar a ofrecer anchos de banda de 1 TB/s.
Esta Instinct MI60 llegará al mercado antes de que acabe el año (no hay precios aún), mientras que la Instinct MI50, que no es mucho menos potente (6,7 TFLOPS) aparecerá en el primer trimestre de 2019.
Zen 2 y las CPU de 7 nm en el horizonte
Más interesante aún para el usuario final (y también para centros de datos o servidores) es la microarquitectura Zen 2, que plantea cambios importantes en diversos aspectos de los futuros procesadores de AMD. El primero de ellos será "Rome", un módulo multi-chip con entre cuatro y ocho dies de 7 nm que estarán entrelazados gracias al chip con tecnología Infinity Fabric.
Este crucial componente, que AMD llamó "I/O die", será un componente fabricado en 14 nm que gestionará la memoria y los puertos PCIe, ofreciendo una interfaz de memoria de 8 canales que permitirá eliminar el cuello de botella que aparecía en los diseños MCM con 4 dies.
Con ese límite máximo de 8 dies, Rome podría tener (atentos) hasta 64 núcleos de proceso, una interfaz de memoria DDR4 de ocho canales y 96 pistas PCIe 4.0 que permitirían conectar aún más gráficas o tarjetas que aprovechen esta interfaz a su máxima capacidad. El nombre en clave "Rome" responde a su procesador EPYC de próxima generación, pero esos mismos principios acabarán llegando a micros para usuarios finales.
La nueva arquitectura incluye mejoras en todas las áreas, incluido un nuevo 'branch predictor', mecanismos de prefetch de instrucciones más rápidos, una caché de instrucciones L1 mejorada y ampliada y una caché L2 de prefetch también mejorada. La GPU es ahora de 256 bits, el doble de lo que eran con Zen, y los anchos de banda para operaciones de carga o almacenamiento de datos en los registros se ha doblado también.
¿Qué significa todo esto? Pues que estos nuevos micros ganarán en todo pero también lo harán en la métrica que interesa a muchos jugones, el IPC (instrucciones por ciclo) con el que Intel ha dominado este terreno tradicionalmente.
No hay fechas ni precios para esos futuros productos, pero AMD no se detuvo ahí: la microarquitectura Zen 3 e incluso la microarquitectura Zen 4 están ya en diversas fases de desarrollo. Esta última incluso podría hacer uso de litografías de 5 nm, pero por el momento aquí hay más especulación que otra cosa. Lo que parece evidente es que en AMD
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