La feria Computex 2019 es cita obligada para los amantes de PCs y portátiles, y este año ha habido anuncios muy importantes por parte de AMD y de Intel. Por un lado tenemos los nuevos AMD Ryzen 3000 con arquitectura Zen 2. Por el otro, los nuevos Ice Lake de 10 nanómetros.
De momento no podemos comparar directamente ambas familias ya que los primeros productos de una están orientados a PCs de sobremesa (AMD) y los de la otra a ultraportátiles (Intel), pero una cosa está clara: los Ryzen 3000 amenazan la supremacía que Intel ha tenido durante años en el segmento entusiasta y gamer.
El IPC lo es (casi) todo
En los últimos años hemos visto como AMD iba presentando procesadores cada vez más llamativos, pero en muchos casos su foco estaba en la relación precio/prestaciones y en el buen comportamiento de sus gráficas integradas, superiores frecuentemente a las de micros equivalentes de Intel.
Cuando se trataba de aspirar a lo máximo Intel siempre lograba dar el do de pecho. Sus procesadores dominaban en una métrica fundamental para los gamers: el IPC o Instructions Per Cycle/Clock. Básicamente nos indica cuántas cosas puede hacer la CPU en un solo ciclo, una métrica muy relacionada con la frecuencia de reloj (cuántos ciclos completa la CPU en un segundo).
Cuanto mayor es el IPC y la frecuencia de reloj, mejor es el comportamiento del procesador en cuanto a rendimiento. El número de núcleos es también relevante si ejecutamos varias tareas en paralelo que puedan aprovechar los núcleos del procesador o los hilos de ejecución. Estos últimos son el doble en micros Intel con tecnología Hyper Threading y que también se doblan en los AMD Ryzen con SMT, Symultaneous MultiThreading.
Sin embargo en gaming importan especialmente la frecuencia de reloj y sobre todo el IPC, que pueden significar cierto sacrificios en el paralelismo pero que dan más fluidez a los juegos permitiendo que podamos alcanzar mayores tasas de FPS con altos niveles de detalle.
AMD no solía brillar en este apartado, pero sus últimos procesadores, los AMD Ryzen 3000 de 3ª generación con arquitectura Zen 2, lo cambian todo. O podrían hacerlo, porque los modelos presentados plantean una amenaza muy, muy seria a lo que Intel tiene en el mercado actualmente.
Muchas bazas para AMD en los próximos meses
Como hemos dicho la nueva familia Ice Lake de Intel no está de momento preparada para competir en el segmento gaming: los procesadores lanzados están destinados a portátiles, convertibles e incluso tabletas y tienen consumos reducidos que van de los 7 a los 28 W.
Los procesadores de sobremesa presentados por AMD cambian el panorama de forma muy especial y ahora contaremos con propuestas que pueden ponerle las cosas a Intel en ese terreno que tradicionalmente dominaba. Como indicaban los responsables de la firma en la presentación de estos nuevos micros, la mejora del 15% en cuanto al IPC con respecto a los Ryzen de segunda generación es de por sí prometedora.
De hecho las comparaciones con los actuales micros de 9ª generación Intel para PCs de sobremesa son como siempre odiosas pero inevitables, e incluso la propia AMD mencionaba cómo sus modelos son similares a prestaciones a los de Intel que son (mucho) más caros.
Los ejemplos que daba son desde luego llamativos (datos de AMD):
- Ryzen 9 3900X (499 dólares con ventilador): comparable al Intel Core i9-9920X (1.199 dólares sin ventilador), y que también tiene 12 núcleos y 24 hilos de ejecución.
- Ryzen 7 3800X (399 dólares con ventilador):comparable al Intel Core i7-9900K (485 dólares sin ventilador)
- Ryzen 7 3700X (329 dólares con ventilador):comparable al Intel Core i7-9700K (399 dólares sin ventilador)
Las pruebas de rendimiento que AMD mostró se centraban solo en Cinebench R20 y de momento no mencionaban benchmarks de juegos, pero desde luego los resultados son prometedores no ya solo en multi-hilo, sino en hilo simple, algo que promete abrir la puerta a resultados muy llamativos en el terreno de los videojuegos.
Como se puede ver en la imagen, el rendimiento de los Ryzen 9 3900X es realmente espectacular en escenarios con un alto grado de paralelismo y supera al muchísimo más caro Core i9-9920X cuando tomamos como base el rendimiento del Core i7-9700K.
Para escenarios de rendimiento en un solo hilo la diferencia no era tan abismal, pero vemos cómo el rendimiento de AMD es equiparable (o un poco superior según estas pruebas) al de los micros comparables de Intel en cuanto a especificaciones, pero que son más sensiblemente más caros y no integran ventilador, algo que AMD sí ofrece desde hace tiempo en sus micros Ryzen.
Las ventajas no solo llegan en este ámbito, sino en otros como el del más que llamativo soporte PCIe 4.0 que doblará el ancho de banda disponible a la hora de conectar todo tipo de dispositivos como gráficas o unidades de almacenamiento.
Un pequeño ejemplo lo tenemos en la unidad SSD M.2 NVMe que presentó Patriot durante estos días de Computex: se logran velocidades de lectura/escritura de 4950/4250 MB por segundo, cifras asombrosas que son casi 10 veces superiores a las de las unidades SSD SATA y doble o triple que las unidades SSD M.2 NVMe tradicionales.
Será por tanto muy interesante comprobar el verdadero rendimiento de estas nuevas CPUs cuando aparezcan el próximo 7 de julio, y será entonces cuando sepamos con mucha mayor certeza si la amenaza planteada por AMD le sirve para aspirar al trono del segmento entusiasta y gamer.
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