Como decía nuestro lector allfreedo, el Wiimote se merece una entrada para el solo en este especial sobre controles de videojuegos. Y es que el mando de la Wii ha supuesto una revolución en la forma de controlar la consola y ha acercado los juegos a gente que nunca se había planteado siquiera probar uno.
Solo por eso ya se merece esta entrada especial pero, además, resulta interesante conocer cuales son las tecnologías que hay en su interior y que le permiten funcionar tal como lo hace.
La comunicación entre el Wiimote y la consola se realiza a través de Bluetooth lo que, como veremos luego, permite usar el mando con el ordenador, ofreciendo interesantes posibilidades a los aficionados a trastear con dispositivos electrónicos.
Dos son las tecnologías básicas en las que se basa el Wiimote: el acelerómetro y un sensor óptico. El acelerómetro permite, como su propio nombre indica, detectar la aceleración del mando en los tres ejes. Básicamente, y para simplificar, permite detectar hacia donde movemos el mando.
Imagen de Wikipedia.
El sensor óptico nos permite saber a que punto de la pantalla estamos apuntando. Para ello se ayuda de la barra de infrarrojos que se conecta a la consola y que se coloca encima o debajo del televisor. Esta barra dispone de diez LEDs que emiten infrarrojos, los cuales son recibidos por el sensor óptico que, a partir de ellos, triangula la posición.
El mando, además de un control en forma de cruz y diversos botones, incluye en su interior un altavoz y un pequeño motor que ofrece la posibilidad de activar la vibración. El altavoz es independiente del sonido que emite la consola, lo que ofrece unas posibilidades interesantes a los juegos, como ofrecer información adicional a través de este.
A pesar de que Sony afirmó en su momento que el SIXAXIS no incluía la funcionalidad de vibración porque esta no era compatible con los sensores de movimiento, el Wiimote demostró desde un primer momento que esto no era cierto (y a la postre lo hemos visto falseado, ya que Sony ha sacado un mando con vibración y sensores). La vibración del Wiimote se puede desactivar a voluntad desde el menú de la consola.
Para acabar con las características físicas del Wiimote, nos falta decir que también dispone de una pequeña memoria interna donde se pueden almacenar algunos datos, como los avatares (los Mii) que creemos en la consola, pudiendo llevarlos con nosotros y usarlos en otras Wii.
El Wiimote funciona con dos pilas de tipo AA, algo que no ha gustado a muchos, que hubieran preferido una batería recargable. Ambos tienen sus ventajas e inconvenientes, pero si nos gusta más este último diversos fabricantes han puesto a la venta packs con baterías y bases de recarga para el mando.
Diversos son los accesorios que se pueden conectar al Wiimote a través del puerto de expansión situado en la parte inferior. El más común es el nunchuk, ya que uno de ellos viene con el pack básico de la consola. El nunchuk dispone de un joystick analógico y un par de botones.
Además, ofrece también un sensor de movimiento (el citado acelerómetro) que los juegos pueden aprovechar. Algunos fabricantes, como Nyko, ofrecen nunchuks inalámbricos que podremos adquirir por separado.
El controlador clásico es otro de los accesorios que se pueden conectar al Wiimote. Básicamente es un gamepad que contiene dos joysticks analógicos, una cruceta digital, cuatro botones en la parte frontal y cuatro botones más en la parte superior.
Se conecta al Wiimote para comunicarse con la Wii y no dispone de vibración ni acelerómetro. Está pensado para los juegos de la Virtual Console, ya que no se permite su uso con juegos de Gamecube.
Como comentábamos al principio, el Wiimote puede conectarse al ordenador a través del protocolo Bluetooth, para lo cual existe un diver basado en GlovePIE. Con esto se han hecho cosas como un control al estilo Minority Report, una batería o una pizarra multitáctil.
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