Alexa es, con diferencia, el asistente de voz que más cuota de mercado tiene en el sector de los altavoces inteligentes. Solo en Estados Unidos, el asistente de Amazon cuenta con un 70% de cuota, seguida de lejos por los Google Home con Assistant y, todavía más lejos, Apple y sus HomePod con Siri. Pero la compañía de Bezos quiere ir más allá y llevar Alexa a dispositivos IoT (Internet of Things) menos potentes.
Es por ello que la empresa ha actualizado los Alexa Voice Services, los servicios que permiten que Alexa funcione en los dispositivos en los que se implementa, para que pueda funcionar en gadgets más modestos. Tanto, que ahora solo será necesario que el dispositivo cuente con 1 MB de memoria RAM y un procesador Cortex-M. Para ponerlo en contexto, hasta ahora los requisitos eran 100 MB de memoria RAM y un procesador de clase Cortex-A.
Menos potencia y más nube
Reducir las especificaciones de Alexa Voice Service para AWS IoT Core permite, efectivamente, que casi cualquier gadget de andar por casa pueda responder a nuestras órdenes de voz, pero no lo hará en local. Para ello falta potencia de cómputo, pero Amazon no solo vende productos online, sino que también dispone de una compleja infraestructura de servicios web en la nube (AWS) que, por supuesto, usará para darle vida a Alexa.
Como señalan en TechCrunch, elementos como el modelo de reconocimiento de voz, el motor de toma de decisiones, recopilación de medios, decodificación de audio, etc., se llevarán a cabo en la nube. Lo único que el dispositivo debe ser capaz de hacer es detectar la palabra clave de activación, como "Alexa". Todo lo que venga después se mandará y procesará en la nube de Amazon.
Dirk Didascalou, VP de AWS IoT, afirma que dado que "descargamos la gran mayoría de todo esto a la nube" el dispositivo puede ser "ultra tonto". Que Alexa se ejecute en la nube abre la puerta a que el asistente llegue a gadgets tan básicos como una bombilla, un microondas o un termostato. Si se puede conectar a Internet y dispone de un micrófono para captar la voz, puede tener Alexa.
De hecho, Didascalou cree que con los nuevos procesadores de bajo consumo de NXP y Qualcomm los fabricantes podrán reducir el coste de los materiales hasta en un 50%. Opina también que lo más probable es que esta nueva opción lleve Alexa, principalmente, a dispositivos de consumo. "Simplemente abre lo que llamamos inteligencia ambiental real y espacio informático ambiental", afirma el VP de Amazon, "porque ahora no necesitas identificar dónde está el centro de control, simplemente hablas con tu entorno y tu entorno puede interactuar contigo".
Hasta el momento, si quieres interactuar con una bombilla inteligente mediante voz tienes que tenerla conectada a un dispositivo matriz como un Amazon Echo o un Google Home, que actúa como intermediario. Lo que Amazon ha conseguido llevando Alexa a la nube es que eso no sea necesario, puesto que bastará con tener la bombilla conectada. Por el momento no se sabe qué dispositivos serán los primeros en contar con esta tecnología.
Vía | TechCrunch
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