A pesar de que tenga un nombre que ruso, Vostok es un lago que no se encuentra en Rusia, sino en mitad de la Antártida. En mitad de la Antártida y debajo de ella, ya que se ubica a unos 4.000 metros por debajo de la superficie del continente helado. Es el lago subglacial más grande de los casi 400 lagos que subglacial que tiene la Antártida y ha estado cubierto por hielo durante milenios. Aislado de todo lo que ocurre en la superficie y en la Tierra en general, el lago Vostok es uno de los entornos más extremos y enigmáticos del planeta.
Desde la superficie de la Antártida tendríamos que perforar unos 4.000 metros para llegar a tocar agua (aunque bueno, estamos tocando agua al ser todo hielo y nieve...). Esto sitúa al lago no solo debajo del hielo sino también debajo del nivel del mar, a unos 500 metros. Sus medidas tampoco defraudan, cuenta con unos 250 kilómetros de longitud y unos 50 kilómetros de ancho en su parte más ancha. Es el más grande de toda la Antártida, pero también se encuentra entre los más grandes del mundo, en el puesto 16.
Agua líquida en el punto más frío del planeta
Una de las cosas interesantes de este lago es cómo es posible que exista encontrándose en uno de los puntos más fríos del planeta. Como ya vimos, esta zona de la Antártida puede alcanzar temperaturas hasta casi los -90 °C. A este punto el agua ya debería estar más que congelada con sólo pasar los 0 °C.
Hay varias teorías de por qué no lo hace. La más lógica de todas es que realmente el agua ahí abajo no está a una temperatura tan baja, sino que se sitúa alrededor de los -3 °C de media. Sigue por debajo de los 0 °C, por lo que debería congelarse. Sin embargo, los investigadores creen que la el calor geotérmico del interior de la Tierra mantiene las temperaturas relativamente altas. Además al tener placas de hielo en la parte superior que hacen presión, esto reduce más el punto de congelación del agua, permitiendo que a -3 °C no llegue a congelarse. Los científicos han descubierto que hasta se producen mareas en este lago, como las que se dan en los mares por la acción del Sol y la Luna.
La vida en condiciones tan inhóspitas
Más allá de las características en forma y tamaño del lago, lo realmente interesante es qué hay ahí. Y no lo sabemos, está a tanta profundidad y en un lugar tan complicado para operar que apenas se han realizado investigaciones in situ del interior del lago. Sí que se ha sobrevolado y analizado con radares (algo que se ha hecho en toda la Antártida) pero lo que interesa es saber cómo es el agua que hay ahí dentro y su composición. Es decir, estamos hablando de agua "virgen" que no ha sido manipulada por el exterior en miles y quizás millones de años, una cápsula del tiempo biológica única.
En la última década diferentes perforaciones por equipos rusos han conseguido llegar hasta la superficie del lago para extraer parte de su agua y analizarla. No es tarea fácil, no sólo por lo que cuesta hacer semejantes agujeros (aunque los rusos de eso saben) sino por conseguir no contaminar las muestras. La maquinaria que se utiliza requiere de combustible que permite agujerear y mantener estable la capa de hielo para llegar hasta el interior. Este combustible a menudo es queroseno y freón, que claro, puede contaminar y destruir la composición original del agua al sacarla. Es por ello que las primeras muestras obtenidas no han sido del todo aceptadas por la comunidad científica debido a su posible impureza.
Se han encontrado algunos microoganismos en las muestras extraídas, lo que sugiere la presencia de una biosfera más profunda que puede estar habitando el lago. Un conjunto de seres vivos totalmente adaptados para sobrevivir en un lugar con temperaturas extremas, en completa oscuridad, a altas presiones y sin apenas alimento. Microorganismos que se desarrollaron hace cientos de miles de año y no han tenido que evolucionar para adaptarse a las condiciones cambiantes de la superficie terrestre. Esta biosfera, al entrar en contacto con la de la superficie terrestre puede o acabar destruida o acabar destruyendo, de ahí que se lleven a cabo las investigaciones con mucha cautela.
Estudiar estos modos de vida es esencial ya que pueden ser un reflejo de la posible vida en otros lugares del Sistema Solar. En el resto de planetas y sus lunas hay, sorprendentemente, más agua y océanos de los que creemos. El problema está en que se encuentran congelados y bajo la superficie, como ocurre con el lago Vostok. Se sabe que Europa, la luna de Júpiter contiene océanos bajo su superficie. Aislados del exterior como ocurre con el lago Vostok, podrían albergar microorganismos y ser la primera muestra de vida en el Sistema Solar fuera de la Tierra. Es por ello que estudiar el lago Vostok nos permitiría entender mejor la evolución de la vida en la Tierra y fuera de ella.
Más información | LiveScience, Phys, BBC
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